30 de abril de 2012

Ireneo de Lión y la Eucaristía

Ireneo de Lión es, con mucho, el teólogo más importante de su siglo. No se sabe la fecha exacta de su nacimiento, pero fue probablemente entre los años 140 y 160. Su ciudad natal está en el Asia Menor, y probablemente es Esmirna.

Ireneo está tan convencido de la presencia real del cuerpo y de la sangre del Señor en la Eucaristía, que deduce la resurrección del cuerpo humano del hecho de haber sido alimentado por el cuerpo y la sangre de Cristo:

Si, pues, el cáliz con mezcla de agua y el pan elaborado reciben al Verbo de Dios (επιδέχεται τον λόγον του Θεου) y se hacen Eucaristía, cuerpo de Cristo, con los cuales la substancia de nuestra carne se aumenta y se va constituyendo, ¿cómo es posible que algunos afirmen que la carne no es capaz del don de Dios que es la vida eterna, la carne alimentada con el cuerpo y sangre del Señor, y hecho miembro de El? ... la carne que se nutre del cáliz que es su sangre, y recibe crecimiento del pan que es su cuerpo. Así como el esqueje de la viña plantado en la tierra da fruto a su debido tiempo, y así como el grano de trigo que cae al suelo y se descompone, brota y se multiplica gracias al Espíritu de Dios, y al recibir luego la palabra de Dios se convierte en la Eucaristía, que es el cuerpo y la sangre de Cristo, así también nuestros cuerpos, alimentados por ella y depositados en la tierra, donde sufren la descomposición, se levantarán a la hora que les fuere señalada (5,2,3). ¿Y cómo dicen también que la carne que se alimenta con el cuerpo y la sangre del Señor se corrompe y no participa de la vida? Por lo tanto, que cambien de parecer o dejen de ofrecer las cosas que hemos mencionado. Nuestra opinión, en cambio, está en armonía con la Eucaristía, y la Eucaristía, a su vez, confirma nuestra opinión. Pues le ofrecemos a El lo que es suyo, manifestando de ese modo la comunión y la unión y profesando la resurrección de la carne y del espíritu. Porque así como el pan, que es de la tierra, en recibiendo la invocación de Dios (προσλαβόμενος την έπίκλησιν του θεού) ya no es pan ordinario, sino Eucaristía, que se compone de dos elementos, terreno y celestial, así también nuestros cuerpos, al recibir la Eucaristía, ya no son corruptibles, puesto que poseen la esperanza de la resurrección eterna (4,18,5).

28 de abril de 2012

San Francisco de Asís: Un enamorado de la Eucaristía

De la carta de San Francisco de Asís a los clerigos:
" "Todos aquellos, pues, que administran tan santos misterios reflexionen en su interior, especialmente los que administran sin discreción, cuán viles son los cálices, los corporales y los lienzos en donde se sacrifica el Cuerpo y Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. Muchos dejan el santo Cuerpo en lugares despreciables, lo llevan con descuido, lo reciben indignamente y lo dan a otros sin discreción... Y, ¿no nos movemos a compasión y ternura pensando en estas cosas, siendo así que el mismo piadoso Señor se viene a nuestras manos, y lo manejamos, y todos los días lo recibimos por nuestra boca? ¿Por ventura ignoramos que hemos de caer en sus manos? Corrijamos, pues, prontamente y con esfuerzo  todas estas cosas y otras semejantes."

27 de abril de 2012

Oración de Consagración al Corazón Eucarístico de Jesús




Sacratísimo Corazón Eucarístico de Jesús, yo confío inmensamente en tu misericordia. Te pido humildemente que me des la fe que necesito para abandonarme a tu infinita misericordia, porque ya se han agotado mis recursos humanos y ahora sólo me cabe volverme con confianza a tu infinita compasión, porque sé que Tú no desoirás mi súplica.
Aquí estoy Señor a tus pies pidiendo con fervor arregles todas mis cosas y problemas, según tu amor y beneplácito divino, que será lo mejor para mí, concédeme lo que te estoy pidiendo sí es para bien de mi alma.
!Tomá Señor! Mi problema. !Tomá, mi corazón!
!Yo confío en Tí, Corazón Eucarístico de Jesús!
! Yo confío en Tí, Corazón Eucarístico de Jesús!
!Yo Confío en Tí, Corazón Eucarístico de Jesús!
Amén.

26 de abril de 2012

4º Domingo de Pascua: El Buen Pastor



El Buen Pastor


Jesús es mi Pastor, nada me falta;

en serenas praderas me apacienta,

me guía, me protege, al lobo ahuyenta

cuando -hambriento- al rebaño, fiero, asalta.


Su silbido y su voz no sobresalta,

no asusta a las ovejas ni amedrenta;

es silbido y es voz que las contenta,

porque al decir su nombre las exalta.


No sólo eres Pastor, sino Cordero,

y eres Tú mismo el pasto que da Vida

dejándote comer, vivo y entero,

pues tu Carne -dijiste- era comida;

y hasta llegar al redil verdadero

tú serás mi Pastor, pasto y bebida.

 
José Luis Martínez, sacerdote marianista español

25 de abril de 2012

Más información sobre el 50 Congreso Eucarístico internacional




Reflexiones teológicas y pastorales acerca del tema del Congreso

Para profundizar en la comprensión del tema del Congreso, se estableció una Comisión Teológica, compuesta por expertos en los campos de estudios bíblicos, liturgia, teología, antropología, teología pastoral y ecumenismo. A ella le fue confiada la tarea de desarrollar un documento que incorporara reflexiones teológicas y pastorales para proveer la base para una apropiada renovación espiritual. En octubre de 2010, luego de una amplia consulta, se publicó el documento teológico del Congreso. Este material se encuentra en el portal web del Congreso y está disponible en inglés, español, italiano, francés, portugués y chino.

El logo del Congreso

El Logo, titulado “Gente en Comunión”, fue diseñado por Martin Barlow, oriundo de Portadown, Condado de Armagh, para el comité organizativo del Congreso. El concepto del diseño se basa en la idea de gente “de todas las naciones, familias, pueblos y lenguas” (Ap.7,9) siendo reunidos en comunión, en “Un Cuerpo” formado por la fe en la persona de Jesucristo, el Cordero de Dios, y su sacrificio ofrecido en la Cruz.

El Himno del Congreso

El himno del Congreso, titulado “Aunque somos muchos”, fue compuesto por Bernard Sexton como parte de un concurso en el cual participaron numerosos compositores irlandeses de música religiosa. Though we are Many se basa en las palabras de San Pablo, quien recordó a los hermanos de Corintios que: “Ya que hay un solo pan, todos nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo Cuerpo, porque participamos de ese único pan”.

24 de abril de 2012

Eucaristía, Encuentro y Servicio


La presencia del Señor en la Eucaristía es un misterio grande. El inmenso y bellísimo misterio de un Dios que ha querido encarnarse, anonadarse; que se dejó abrazar, tocar, y también comer, que se hizo palabra de consuelo, gesto de ternura y pan de vida.

El Omnipotente, el Innombrable, el Infinito, el Inalcanzable, el que era motivo de temor para el Antiguo Testamento, ante el cual había que taparse el rostro para no caer muerto al verlo cara a cara, este Dios Inmenso comete la "amorosa imprudencia" de quedarse entre nosotros y para nosotros bajo la forma de pan y vino.

Misterio de descalabro, de celebración gozosa para los pequeños y de escándalo para los fariseos: un Dios que se deja tomar entre las manos, que se deja pasar de mano en mano, con el riesgo de que no siempre ellas estén lo suficientemente limpias como el Señor merecería. y Ello sabe... e insiste en quedarse, y no se arrepiente ni quiere volver para atrás. No le interesa ser sólo un motivo de reverente y fría admiración, cuidadoso de no rozarse con nuestras miserias, para no ensuciarse. El nunca temió ni le escapó a las heridas del corazón, que como dicen "muchas veces supuran más que las del cuerpo", al contrario las ha venido a buscar, las ha asumido en su carne bendita y en ella las ha purificado llevándoselas a la cruz ya la Resurrección.

"Tus heridas nos han curado", nos dice bellamente la Liturgia de Semana Santa.

Nunca el Señor en el Evangelio es duro con el pecador que se reconoce pequeño, necesitado; en cambio sí lo es con los fariseos, los que la juegan de buenitos, los que intentan "tapar" con buenos modales -también religiosos-las malas costumbres. A ellos los llamará entre otras cosas nada lindas: "sepulcros blanqueados", que por más bonito que tengan el frente, adentro albergan un cadáver maloliente.

21 de abril de 2012

Los Discípulos de Emaús y la Eucaristía



«Les explicó lo que se refería a Él en toda la Escritura» (Lc 24,27)

El relato de la aparición de Jesús resucitado a los dos discípulos de Emaús nos ayuda a enfocar un primer aspecto del misterio eucarístico que nunca debe faltar en la devoción del Pueblo de Dios: ¡La Eucaristía misterio de luz! ¿En qué sentido puede decirse esto y qué implica para la espiritualidad y la vida cristiana?

Jesús se presentó a sí mismo como la «luz del mundo» (Jn 8,12), y esta característica resulta evidente en aquellos momentos de su vida, como la Transfiguración y la Resurrección, en los que resplandece claramente su gloria divina. En la Eucaristía, sin embargo, la gloria de Cristo está velada. El Sacramento eucarístico es un «mysterium fidei» por excelencia. Pero, precisamente a través del misterio de su ocultamiento total, Cristo se convierte en misterio de luz, gracias al cual se introduce al creyente en las profundidades de la vida divina. En una feliz intuición, el célebre icono de la Trinidad de Rublëv pone la Eucaristía de manera significativa en el centro de la vida trinitaria.

La Eucaristía es luz, ante todo, porque en cada Misa la liturgia de la Palabra de Dios precede a la liturgia eucarística, en la unidad de las dos «mesas», la de la Palabra y la del Pan. Esta continuidad aparece en el discurso eucarístico del Evangelio de Juan, donde el anuncio de Jesús pasa de la presentación fundamental de su misterio a la declaración de la dimensión propiamente eucarística: «Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida» (Jn 6,55). Sabemos que esto fue lo que puso en crisis a gran parte de los oyentes, llevando a Pedro a hacerse portavoz de la fe de los otros Apóstoles y de la Iglesia de todos los tiempos: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna» (Jn 6,68). En la narración de los discípulos de Emaús Cristo mismo interviene para enseñar, «comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas», cómo «toda la Escritura» lleva al misterio de su persona (cf. Lc 24,27). Sus palabras hacen «arder» los corazones de los discípulos, los sacan de la oscuridad de la tristeza y desesperación y suscitan en ellos el deseo de permanecer con Él: «Quédate con nosotros, Señor» (cf. Lc24,29).

Los Padres del Concilio Vaticano II, en la Constitución Sacrosanctum Concilium, establecieron que la «mesa de la Palabra» abriera más ampliamente los tesoros de la Escritura a los fieles.[9] Por eso permitieron que la Celebración litúrgica, especialmente las lecturas bíblicas, se hiciera en una lengua conocida por todos. Es Cristo mismo quien habla cuando en la Iglesia se lee la Escritura. Al mismo tiempo, recomendaron encarecidamente la homilía como parte de la Liturgia misma, destinada a ilustrar la Palabra de Dios y actualizarla para la vida cristiana. En efecto, no basta que los fragmentos bíblicos se proclamen en una lengua conocida si la proclamación no se hace con el cuidado, preparación previa, escucha devota y silencio meditativo, tan necesarios para que la Palabra de Dios toque la vida y la ilumine.

20 de abril de 2012

Oración del Padre Pio delante de la Eucaristía



Plegaria rezada diariamente por San Pío en la pequeña Iglesia de S. María de las Gracias

Visita al Santísimo Sacramento: ¡Señor mío Jesucristo, que estás día y noche en este Sacramento lleno de piedad y de amor, esperando, llamando y acogiendo a todos los que vienen a visitarte! Creo que estás presente en el Sacramento del Altar. Te adoro desde el abismo de mi nada y te doy gracias por todas las gracias que me has concedido; especialmente la de haberte dado a Ti mismo a mí en este Sacramento, la de haberme dado por abogada a Tu Santísima Madre María y la de haberme llamado para visitarte en esta iglesia. Saludo a Tu Amantísimo Corazón y entiendo saludarlo por tres fines: primero en acción de gracias por este gran don; segundo, para reparar todas las injurias que has recibido de todos tus enemigos en este Sacramento; tercero, con esta visita tengo la intención de adorarte en todos los lugares de la tierra donde Tú Sacramentado, eres menos reverenciado y más abandonado.

Jesús mío, te amo con todo mi corazón. Me arrepiento de haber ofendido a Tu Infinita Bondad durante mi vida pasada. Propongo, con Tu Gracia, no ofenderte más y ahora, miserable como soy, me consagro todo a Ti, te entrego y renuncio a mi voluntad, te entrego todos mis afectos, mis deseos y todas mis cosas. De hoy en adelante haz de mí y de todo lo mío lo que te plazca; sólo te pido y deseo Tu Santo Amor, la perseverancia final y el cumplimiento perfecto de Tu Santa Voluntad.

Te recomiendo las almas del purgatorio, especialmente las más devotas del Santísimo Sacramento y de María Santísima. Te recomiendo además a todos los pobres pecadores. Uno, en fin, amado Salvador mío, todos los afectos de Tu Amorosísimo Corazón y así reunidos los ofrezco a Tu Eterno Padre, y a Él ruego en Tu Nombre que por Tu Amor los acepte y los bendiga. Amén

17 de abril de 2012

Los ángeles que custodian la Sagrada Eucaristía


“Llenos de temor adoran, glorifican, entonan continuamente los misteriosos himnos de alabanza.” (San Juan Crisóstomo)

“Sé que te doy una alegría copiándote esta oración a los Santos Ángeles Custodios de nuestros sagrarios:
Oh Espíritus Angélicos que custodiáis nuestros Tabernáculos, donde reposa la prenda adorable de la Sagrada Eucaristía, defendedla de las profanaciones y conservadla a nuestro amor.” (J. Escrivá de Balaguer)

“Los ángeles rodean al sacerdote. Todo el santuario y el espacio que circunda al altar están ocupados por las potencias celestes para honrar al que está presente en el altar.” (San Juan Crisóstomo)

16 de abril de 2012

Milagros Eucarísticos

El Milagro tiene por función significar la presencia y la proximidad benéfica del Dios de amor, y de disponer al alma a la escucha de la buena nueva. Es como el saludo amistoso que dispone al díálogo. Compartimos estos videos sobre milagros eucarísticos como una invitación a entrar en diálogo con Jesús Eucaristía.









14 de abril de 2012

2º Domingo de Pascua: Fiesta de la Divina Misericordia



De lo dicho por Jesús a Santa Faustina:

“DESEO CONCEDER EL PERDÓN TOTAL A LAS ALMAS QUE SE ACERQUEN A LACONFESIÓN Y RECIBAN LA SANTA COMUNIÓN EL DÍA DE LA FIESTA DE MI MISERICORDIA." (Diario Sor Faustina, 1109).

Del diario de Santa Faustina:

“Oh Hostia Viva, mi única Fortaleza, Fuente de Amor y de Misericordia, abrazo al mundo entero, fortifica a las almas débiles. Oh, bendito sea el instante y el momento en que Jesús [nos] dejó su misericordiosisimo Corazón.” (Diario Sor Faustina, 223).

“Me veo tan débil que si no tuviera la Santa Comunión, caería continuamente; una sola cosa me sostiene y es la Santa Comunión. De ella tomo fuerza, en ella está mi fortaleza. Temo la vida si algún día no recibo la Santa Comunión. Tengo miedo de mi misma. Jesús oculto en la Hostia es todo para mí. Del tabernáculo tomo fuerza, poder, valor, luz; es aquí donde busco alivio en los momentos de tormento. No sabría cómo glorificar a Dios si no tuviera la Eucaristía en mi corazón.” (Diario Sor Faustina, 1037).



13 de abril de 2012

La Eucaristía, "sacramento de la Pascua de Cristo"




La Eucaristía es el “sacramento de la Pascua de Cristo”. La Eucaristía nos hace concorpóreos, consanguíneos y contemporáneos del Señor. El Señor instituyó en la Eucaristía una misteriosa contemporaneidad entre su muerte y su resurrección y el transcurrir de los siglos. Solo la fe puede conocer esta admirable transparencia del tiempo y del espacio al poder del amor y de la gloria de Cristo, por medio del Sacramento de la Eucaristía. En el "Hoy" de la liturgia eucarística, la única pascua redentora se hace celebración contemporánea.



Y porque es el “sacramento de la Pascua”, nos hace esencialmente pascuales y participes en el sacrificio pascual. Nos da la gracia de acompañar la ofrenda sacrificial de Cristo en cada momento de la existencia, amando como Cristo amó desde la Cruz.



(monseñor José Gea Escolano, obispo emérito de Mondoñedo-Ferrol)



12 de abril de 2012

Jesús Misericordioso y la Eucaristía




De la encíclica del Beato Juan Pablo II Dives in Misericordia (Dios rico en misericordia)


La Iglesia vive una vida auténtica, cuando profesa y proclama la misericordia—el atributo más estupendo del Creador y del Redentor—y cuando acerca a los hombres a las fuentes de la misericordia del Salvador, de las que es depositaria y dispensadora. En este ámbito tiene un gran significado la meditación constante de la palabra de Dios, y sobre todo la participación consciente y madura en la Eucaristía y en el sacramento de la penitencia o reconciliación. La Eucaristía nos acerca siempre a aquel amor que es más fuerte que la muerte: en efecto, «cada vez que comemos de este pan o bebemos de este cáliz», no sólo anunciamos la muerte del Redentor, sino que además proclamamos su resurrección, mientras esperamos su venida en la gloria. El mismo rito eucarístico, celebrado en memoria de quien en su misión mesiánica nos ha revelado al Padre, por medio de la palabra y de la cruz, atestigua el amor inagotable, en virtud del cual desea siempre El unirse e identificarse con nosotros, saliendo al encuentro de todos los corazones humanos. Es el sacramento de la penitencia o reconciliación el que allana el camino a cada uno, incluso cuando se siente bajo el peso de grandes culpas. En este sacramento cada hombre puede experimentar de manera singular la misericordia, es decir, el amor que es más fuerte que el pecado.



11 de abril de 2012

Compendio del Catecismo y la Eucaristía III



286. ¿Qué tipo de culto se debe rendir al sacramento de la Eucaristía?

Al sacramento de la Eucaristía se le debe rendir el culto de latría, es decir la adoración reservada a Dios, tanto durante la celebración eucarística, como fuera de ella. La Iglesia, en efecto, conserva con la máxima diligencia las Hostias consagradas, las lleva a los enfermos y a otras personas imposibilitadas de participar en la Santa Misa, las presenta a la solemne adoración de los fieles, las lleva en procesión e invita a la frecuente visita y adoración del Santísimo Sacramento, reservado en el Sagrario.

287. ¿Por qué la Eucaristía es el banquete pascual?

La Eucaristía es el banquete pascual porque Cristo, realizando sacramentalmente su Pascua, nos entrega su Cuerpo y su Sangre, ofrecidos como comida y bebida, y nos une con Él y entre nosotros en su sacrificio.

288. ¿Qué significa el alltar?

El altar es el símbolo de Cristo mismo, presente como víctima sacrificial (altar-sacrificio de la Cruz), y como alimento celestial que se nos da a nosotros (altar-mesa eucarística).

Compendio del Catecismo y la Eucaristía II




276. ¿Qué lugar ocupa la Eucaristía en el designio divino de salvación?

En la Antigua Alianza, la Eucaristía fue anunciada sobre todo en la cena pascual, celebrada cada año por los judíos con panes ázimos, como recuerdo de la salida apresurada y liberadora de Egipto. Jesús la anunció en sus enseñanzas y la instituyó celebrando con los Apóstoles la Última Cena durante un banquete pascual. La Iglesia, fiel al mandato del Señor: «Haced esto en memoria mía» (1 Co 11, 24), ha celebrado siempre la Eucaristía, especialmente el domingo, día de la resurrección de Jesús.

277. ¿Cómo se desarrolla la celebración de la Eucaristía?

La celebración eucarística se desarrolla en dos grandes momentos, que forman un solo acto de culto: la liturgia de la Palabra, que comprende la proclamación y la escucha de la Palabra de Dios; y la liturgia eucarística, que comprende la presentación del pan y del vino, la anáfora o plegaria eucarística, con las palabras de la consagración, y la comunión.

278. ¿Quién es el ministro de la celebración de la Eucaristía?
El ministro de la celebración de la Eucaristía es el sacerdote (obispo o presbítero), válidamente ordenado, que actúa en la persona de Cristo Cabeza y en nombre de la Iglesia.

279. ¿Cuáles son los elementos esenciales y necesarios para celebrar la Eucaristía?

Los elementos esenciales y necesarios para celebrar la Eucaristía son el pan de trigo y el vino de vid.

280. ¿En qué sentido la Eucaristía es memorial del sacrificio de Cristo?

La Eucaristía es memorial del sacrificio de Cristo, en el sentido de que hace presente y actual el sacrificio que Cristo ha ofrecido al Padre, una vez por todas, sobre la Cruz en favor de la humanidad. El carácter sacrificial de la Eucaristía se manifiesta en las mismas palabras de la institución: «Esto es mi Cuerpo que se entrega por vosotros» y «Este cáliz es la nueva alianza en mi Sangre que se derrama por vosotros» (Lc 22, 19-20). El sacrificio de la Cruz y el sacrificio de la Eucaristía son un único sacrificio. Son idénticas la víctima y el oferente, y sólo es distinto el modo de ofrecerse: de manera cruenta en la cruz, incruenta en la Eucaristía.

10 de abril de 2012

Compendio del Catecismo y la Eucaristía I


271. ¿Qué es la Eucaristía?
La Eucaristía es el sacrificio mismo del Cuerpo y de la Sangre del Señor Jesús, que Él instituyó para perpetuar en los siglos, hasta su segunda venida, el sacrificio de la Cruz, confiando así a la Iglesia el memorial de su Muerte y Resurrección. Es signo de unidad, vínculo de caridad y banquete pascual, en el que se recibe a Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da una prenda de la vida eterna.

272. ¿Cuándo instituyó Jesucristo la Eucaristía?
Jesucristo instituyó la Eucaristía el Jueves Santo, «la noche en que fue entregado» (1 Co 11, 23), mientras celebraba con sus Apóstoles la Última Cena.

273. ¿Cómo instituyó la Eucaristía?
Después de reunirse con los Apóstoles en el Cenáculo, Jesús tomó en sus manos el pan, lo partió y se lo dio, diciendo: «Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo que será entregado por vosotros». Después tomó en sus manos el cáliz con el vino y les dijo: «Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la Alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres, para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía».

9 de abril de 2012

50 Congreso Eucarístico Internacional

50° Congreso Eucarístico Internacional – 10 al 17 de Junio de 2012 – Dublín, Irlanda

Qué es un Congreso Eucarístico Internacional?

Un Congreso Eucarístico Internacional es un encuentro de gente cuyo objetivo es:
- Promover la toma de conciencia del lugar central de la Eucaristía en la vida y la misión de la Iglesia Católica
- Ayudar a mejorar nuestra comprensión y celebración de la liturgia
- llamar la atención acerca de la dimensión social de la Eucaristía

Usualmente, el Congreso tiene lugar cada cuatro años. La celebración de la Eucaristía está en el centro mismo del Congreso. El programa extendido incluye otros eventos litúrgicos, eventos culturales, catequesis y testimonios, a la vez que talleres durante toda una semana.
Dublín acogió un Congreso Eucarístico Internacional en 1932, y el Congreso fue reconocido como un importante contribuyente en el comienzo del proceso de sanación que le siguió a una Guerra civil que fue extremadamente divisoria para el pueblo Irlandés. El ultimo Congreso tuvo lugar en Canada y, anteriormente, en México.

8 de abril de 2012

Procesión con el Santísimo Sacramento en tiempo pascual


+ Exposición del Santísimo

+Cantamos: Alabado sea el Santísimo

A cada aclamación repetimos:

Dios sea bendito

Sea bendito en su eternidad.

Sea bendito en su vida en tres personas.

Sea bendito en su creación.

Sea bendito en su providencia.

Sea bendito en su designio de salvación.

Sea bendito por sus alianzas con los hombres.

Sea bendito por habernos revelado su amor y su ley.

7 de abril de 2012

La Liturgia del Sábado santo


SENTIDO DEL DIA

En el Misal Romano el Sábado Santo, dentro del Triduo Pascual, queda reducido a este aviso: “Durante el Sábado Santo la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su pasión y muerte, y se abstiene del sacrificio de la misa, quedando por ello desnudo el altar hasta que, después de la solemne Vigilia o expectación nocturna de la resurrección, se inauguren los gozos de Pascua, cuya exuberancia inundará los cincuenta días pascuales. En este día no se puede distribuir la sagrada comunión, a no ser en caso de viático”.

Se suele decir que el Sábado Santo es un día “alitúrgico”. La terminología no es exacta, porque el Sábado Santo, dentro del Triduo Pascual, es una celebración en lo hondo, y no sólo por la Liturgia de las Horas, sino por otros elementos mistéricos que son verdadera celebración. El ayuno ¿no es culto para el Señor? El permanecer en silencio junto al sepulcro del Señor, o más bien el estar en casa como las santas mujeres ¿no es una mistérica celebración de la esperanza. que impregna esta fase del Triduo pascual?

Elementos mistéricos de la celebración del Sábado Santo

EI misterio específico del Sábado Santo es éste: la ausencia del Señor. El Señor ha ocultado su rostro, ha sustraído su presencia. el Señor está ausente: el Señor—mistéricamente— esta muerto. Esto es lo absolutamente singular de este día misterioso, lo que le distingue de cualquier otro momento de la vida terrestre y celeste de .Jesús.

Cuando estaba con nosotros en la tierra, él “estaba” físicamente con los hombres resucitado. “está” presente en medio de la Iglesia y del mundo, y más fuertemente por el poder del Espíritu. Pero “muerto” no es -mistéricamente- el que afirma ni su presencia terrestre, ni su presencia celeste. El Señor está ausente, está muerto.

Con esta comprensión nuclear del misterio, los elementos que convenimos en llamar “mistéricos son los siguientes:

a) La privación de la Eucaristía. Siempre según esta lógica del misterio, es imposible la Eucaristía en Sábado Santo, porque el Señor “no está”.

b) Tampoco se proclama la Palabra de Dios en la asamblea eucarística. No hay Eucaristía, no hay Palabra en contexto de Eucaristía (Eucaristía como celebración o corno simple comunión), a diferencia del Viernes Santo.

c) La experiencia del vacío. Cuando se nos muere un ser querido decimos que nos ha dejado un vacío que no se puede llenar; la casa está vacía. El Sábado Santo es el contacto con el vacío. Si la fe, ungida de esperanza, no diera un contexto último a esta realidad, y no supiéramos que el vacío es transitorio, habríamos caído en el vacío primordial.

Este vacío, que es sobrecogimiento, silencio y ayuno, es misterio, y su vivencia es una celebración cultual en lo hondo.

6 de abril de 2012

El silencio eucarístico del Viernes santo


En el Viernes Santo la Misa ni tiene principio ni fin

porque el que ES principio y fin padeció hoy tan amarga Pasión.

Ninguna hostia se consagra; porque el Hijo de Dios estaba hoy en el ara de la Cruz consagrado.

Caemos en tierra de rodillas, adorando, y besamos la Cruz,

para que recuerdes que tu Redentor se inclinó cuando la Cruz estaba tendida en el suelo,

abriendo aquellos sagrados brazos y manos, para que se las enclavasen,

y enclavado, fue en la Cruz levantado sobre la tierra, para atraer a todos hacia Él.



(Juan de Padilla, el Cartujo. Poeta sevillano 1468-1518)











Vigilia Pascual: Guión Litúrgico


AMBIENTACIÓN: (Alrededor de 3 (tres) minutos antes de que el celebrante se ubique en el atrio)

Hermanos: Esta es la noche más santa, en la que celebramos el núcleo de nuestra fe. Es la fiesta por excelencia y la solemnidad más importante del año litúrgico, porque hoy toda la Iglesia festeja la Resurrección de Nuestro Señor y nuestra propia resurrección.

Es la noche en que los hijos de Israel comían el cordero pascual en recordación del paso del pueblo judío a través del Mar Rojo.

Es la noche en que Jesús rompió los lazos de la muerte para la salvación del mundo. (pequeña pausa)

En la primera parte de esta Vigilia, que se denomina Liturgia de la Luz ó Lucernario, el rito recuerda a Cristo resucitado, Luz de las naciones.

Primero, en el atrio, encenderemos el fuego nuevo que será bendecido por el sacerdote.

Este fuego es el signo de la presencia de Dios y expresión de luz, calor, fuerza y vida.

Inmediatamente en el Cirio Pascual, junto con las letras griegas Alfa y Omega que indican que Cristo es el principio y el fin de todas las cosas, se grabará el número de este año, como símbolo de Jesús como Rey del tiempo y de la eternidad.

Posteriormente en el cirio se incrustarán cinco granos de incienso, que representan las cinco llagas de Cristo.

Por último, el cirio será encendido con el fuego nuevo ya bendecido, para que Cristo resucitado, Luz del mundo, ilumine las tinieblas de nuestro corazón y de nuestro espíritu.

Iluminados por esa Luz, luego vamos a escuchar –en la Liturgia de la Palabra- la Palabra de Dios, recordando todo lo que él hizo por nosotros, desde la creación hasta la primera venida de su Hijo para nuestra salvación.

Poco después, en la Liturgia Bautismal, el agua nueva recién bendecida rociará nuestras cabezas, para simbolizar nuestro resurgir con Cristo a la vida nueva, renovando nuestras promesas bautismales.

Finalmente, celebraremos la Liturgia de la Eucaristía, en la que Jesús se nos ofrece bajo las formas de pan y vino, para darnos su vida en abundancia.

Nos ponemos de pie y permanecemos en absoluto silencio.

5 de abril de 2012

Jueves Santo: el día de la Eucaristía


El Jueves Santo tiene como centro la Ultima Cena del Señor con sus Apóstoles, (in Cena Domini) en la que Jesucristo abre de par en par su alma para hablarles del mandamiento nuevo, para expresarles el cariño que les tiene, para rezar por ellos al Padre y darles las últimas recomendaciones. Y sobre todo para hacernos el maravilloso regalo de la Eucaristía y del Sacerdocio. Es día de la caridad, del agradecimiento, de la adoración y del desagravio a la Eucaristía. Es noche de vela. Es noche de oración.

Jueves Santo es esencialmente el día de la Eucaristía. La Eucaristía es el Sacramento de la humildad de Dios: «Humildad de Jesús: en Belén, en Nazaret, en el Calvario... —Pero más humillación y más anonadamiento en la Hostia Santísima: más que en el establo, y que en Nazaret y que en la Cruz.

Por eso, ¡qué obligado estoy a amar la Misa! La Iglesia “vive” de la Eucaristía.

3 de abril de 2012

Homilía para la liturgia del Viernes Santo


Aquí tienen al Hombre, les dijo Pilato ... Aquí lo tienen ...

Aquí tienen a mi Hijo, nos dice Dios ... Aquí lo tienen ...

Cristo Crucificado!!!! ... Estamos tan acostumbrados a ver crucifijos por todas partes, que ya no nos impresionan!!! ... Tenemos tantos!!! ... La maldita rutina que todo lo estropea.

En esta tarde de Viernes Santo tenemos que animarnos a mirar la Cruz nuevamente. Volver a mirarla detenidamente, a contemplarla sin apuro, ver a Cristo no ya muerto sino muriendo, ... tratando de leer en este libro abierto, ... que es el corazón de Cristo traspasado. Corazón que sigue latiendo en la Eucaristía. Porque como decía la Madre Teresa de Calcuta: "En la Cruz contemplamos cuanto nos amó, en la Eucaristía contemplamos cuanto nos ama"

Por eso en el Viernes Santo miramos la Cruz pero sin separarla de la Eucaristía. Porque la Eucaristía actualiza el amor de la Cruz de Jesús. Y Hoy Viernes santo tenemos que animarnos a mirar la Cruz de Jesús. 

Misa Crismal: Eucaristía y sacerdocio


Carta de Juan Pablo II a los sacerdotes con ocasión del Jueves Santo 2004
Queridos sacerdotes:

1. Os escribo con alegría y afecto con ocasión del Jueves Santo, siguiendo unatradición iniciada en la primera Pascua como Obispo de Roma, hace ahora veinticinco años. Este contacto epistolar, que tiene un carácter especial de hermandad por la participación común en el Sacerdocio de Cristo, se sitúa en el contexto litúrgico de este día santo, marcado por dos ritos significativos: la Misa Crismal por el mañana y la Misa «in Cena Domini» por la tarde.Pienso en vosotros, reunidos en las Catedrales de vuestras Diócesis, en torno a los respectivos Ordinarios, para renovar las promesas sacerdotales. Este rito tan elocuente tiene lugar después de la consagración de los Santos Óleos, en particular el del Crisma, y encaja bien en dicha celebración, que pone derelieve la imagen de la Iglesia, pueblo sacerdotal santificado por los Sacramentos y enviado a difundir en el mundo el suave aroma de Cristo, el Salvador (cf. 2 Co 2,14-16). Al atardecer, os veo entrar en el Cenáculo para iniciar el Triduo pascual. Jesúsnos invita a volver cada Jueves Santo precisamente a aquella «sala grande» en el piso superior (Lc 22,12), y ahí es donde quiero encontrarme con vosotros,queridos hermanos en el Sacerdocio. En la Última Cena hemos nacido como sacerdotes. Por eso es bello y obligado encontrarnos en el Cenáculo,compartiendo la conmemoración, llena de gratitud, de la alta misión que nos une.

2 de abril de 2012

7º Aniversario de la Muerte de Juan Pablo II:


Al cumplirse un nuevo aniversario de la partida a la casa del Padre, recordamos extractos de la homilía del Santo Padre Juan Pablo II en Pakistan, el lunes 16 de Febrero de 1981:

"Las lecturas de la Liturgia de la Palabra de hoy nos invitan a reflexionar sobre el profundo misterio de la Eucaristía. En la primera lectura se nos recuerda: "que no sólo de pan vive el hombre, sino de cuanto procede de la boca de Yavé" (Dt 8, 3). Nuestro personal convencimiento de la verdad de estas palabras nos impulsa a reunirnos de modo periódico para celebrar el Sacrificio eucarístico.

Como seguidores de Cristo no despreciamos las cosas buenas de la tierra, pues sabemos que éstas han sido creadas por Dios, que es la fuente de todo bien. Tampoco tratamos de ignorar la necesidad de pan, la gran necesidad de alimento que tantos hombres sufren en todo el mundo, incluso en nuestras tierras. Pues, si tratamos de ignorar estas necesidades básicas de nuestros hermanos y hermanas a quienes podemos ver, ¿cómo podemos decir que amamos a Dios, a quien no podemos ver? (cf. 1 Jn 4, 20). Y sin embargo sigue siendo cierto que "no sólo de pan vive el hombre". La persona humana tiene una necesidad que es aún más profunda, un hambre que es mayor que aquella que el pan puede saciar —es el hambre que posee el corazón humano de la inmensidad de Dios—. Es un hambre que sólo puede ser saciada por Aquel que dijo: "Si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida" (Jn 6, 53-55).