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18 de diciembre de 2015

Oración a María, Madre de Misericordia, para después de comulgar


¡Oh! María, Madre de Misericordia, que por tus virtudes y especialmente por tu humildad fuiste escogida como Madre de Jesús, te pedimos que prepares nuestros corazones para que Tu Hijo que ahora recibimos sacramentalmente pueda nacer en nosotros.

8 de diciembre de 2015

Hora Santa al comenzar el Año de la Misericordia invocando la intercesión de María


Carísima Madre mía María, ¡no sé cómo comenzar a agradecerte el amor tan particular que me tienes!… Sólo atino a prometerte perpetua fidelidad y amor como a quien eres la Madre del Amor y mi Madre misericordiosa.

—Y también, hijo mío, te mantendrás fiel a Jesús en este Sacramento y enamorado del Objeto único de tu amor… Y me imitarás en mi amor a Jesús Sacramentado.

—Oh María, ¿cómo podré imitarte en ese amor desconociéndolo? ¡Cómo quisiera, Madre misericordiosa mía, una lección tuya al respecto!…

7 de diciembre de 2015

Oración para después de comulgar en preparación a la solemnidad de la Inmaculada Concepción (VII)


¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro presente en la Eucaristía! 

Así como diste a María, entre las demás virtudes, una pureza y castidad eximia, por la cual es llamada Virgen de las Vírgenes, 


6 de diciembre de 2015

Oración para después de comulgar en preparación a la solemnidad de la Inmaculada Concepción (VI)


¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro presente en la Eucaristía! 

Así como desde el primer instante infundiste en María, con toda plenitud, las virtudes sobrenaturales y los dones del Espíritu Santo, 


5 de diciembre de 2015

Oración para después de comulgar en preparación a la solemnidad de la Inmaculada Concepción (V)


¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro presente en la Eucaristía! 

Así como libraste a María del pecado y le diste dominio perfecto sobre todas sus pasiones, 


4 de diciembre de 2015

Oración para después de comulgar en preparación a la solemnidad de la Inmaculada Concepción (IV)


¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro presente en la Eucaristía! 

Así como desde el primer instante de su Concepción diste a María más gracia que a todos los Santos y Ángeles del cielo, 


3 de diciembre de 2015

Oración para después de comulgar en preparación a la solemnidad de la Inmaculada Concepción (III)


¡Oh santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro presente en la Eucaristía! 

Así como preservaste a María de todo pecado venial en toda su vida, y a nosotros nos pides que purifiquemos más y más nuestras almas, para ser dignos de Ti, 


2 de diciembre de 2015

Oración para después de comulgar en preparación a la solemnidad de la Inmaculada Concepción (II)


¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro presente en la Eucaristía!

Así como preservaste a María de todo pecado mortal en toda su vida y a nosotros nos das gracia para evitarlo y el sacramento de la confesión para remediarlo,

1 de diciembre de 2015

Oración para después de comulgar en preparación a la solemnidad de la Inmaculada Concepción (I)


¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo redentor nuestro presente en la Eucaristía!

Así como preservaste a María del pecado original en su Inmaculada Concepción y a nosotros nos hiciste el gran beneficio de libramos de él por medio de tu santo Bautismo,

30 de noviembre de 2015

Novena a la Inmaculada Concepción para rezar frente al Sagrario


Bendito y Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar


“La Beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original desde el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús, Salvador del género humano”, afirma la Bula “Ineffabilis Deus” sobre la Inmaculada Concepción de María.

Acto de contrición

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero. Ante tu divina presencia eucarística reconozco que he pecado muchas veces y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa haberte ofendido. Ayudado de tu divina gracia, propongo no volver a caer más, confesarme y cumplir la penitencia que el confesor me imponga. Amén.

Oración:

Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre, sangre derramada en la Cruz y presente en la Eucaristía.

19 de noviembre de 2015

Diálogo con María frente a Jesús Eucaristía


Hijo, todavía te falta afinar la noción de los nuevos incentivos que tienes para amar siempre más a Jesús en este Sacramento. Sigue escuchándome… Aprende de mí a amar mejor a Jesús.

—Madre de Amor, tal ansío vivamente obtener de ti, porque, si de amar a Jesús se trata, eres de verdad mi vida, mi dulzura y mi esperanza.

—Hijo mío, destierra de tu mente todo pensamiento que no sea de Jesús. Desecha todo afecto mundano de tu corazón. Concentra conmigo todo tu amor en Jesús para captar mejor adónde llegó mi ardor materno.

Yo amé a Dios con un acto de caridad seráfica al conocerlo ni bien me creó… y este amor siempre aumentó en mí, y se hizo un caudaloso río cuando Jesús me escogió para madre y tomó vida humana de mí… ¡qué océano de amor ardiente, entonces, bramó dentro de mí cuando vi a mi Hijo nacido en la gruta de Belén… y cuando por primera vez lo alcé… lo estreché contra mi Corazón… y sobre éste latió el suyo divino!…

Si por reclinar la cabeza sobre el Corazón divino de Jesús en la Última Cena, San Juan Evangelista se encendió de un amor tan singular, que le valió la designación de APÓSTOL DE LA CARIDAD, puedes hacerte alguna idea del océano de amor abrasador que me invadió cuando en dulcísimo arrobo estreché en brazos al Niño Jesús, mi carísimo Hijo… ¡Nunca dos corazones se han amado ni se amarán tan entrañablemente como el mío y el de Jesús!…

10 de noviembre de 2015

Mes de María: visita al Santísimo Sacramento


Carísimo hijo: Jesús ha aceptado con placer de tus manos el primer amor de mi Corazón en reparación del desamor que le opusiste cuando tu edad te habría permitido ofrecerle afectos angelicales. Sigue escuchándome, para conocer un amor más ardiente y perfecto que podamos dar juntos a nuestro Jesús en este Sagrario de Amor.

8 de noviembre de 2015

Hora Santa en el Mes de María


Exposición del Santísimo Sacramento

Canto al Santísimo Sacramento

Meditación: 

Oh María, Madre la más misericordiosa, al tiempo que me ves de rodillas ante tu amado Hijo Jesús en este adorable Sacramento, ¡cuánta falta me hace tu santo socorro!… Mi deseo, oh dulcísima Madre, es tener amor verdadero, ardiente, fuerte, puro y perseverante a tu carísimo Hijo Jesús y retribuirle en algo el amor que nos muestra en el Sagrario… ¡Pero todavía sigo bien atrasado!… No consigo hacer realidad mi deseo…

¡Oh María, ojalá tuviera yo en mi pecho tu Corazón en lugar de éste tan frío e ingrato!… ¡Qué gran hora de amor pasaría con mi amante prisionero amado, Jesús!… O si, aunque nada más sea, tuviera la ventura de oír tus tiernos acentos dictarme una lección de amor… Palabras que sean otras tantas llamas del amor vivo que abrasa tu Corazón maternal… Palabras que queden impresas en mi corazón y me enseñen a amar al Jesús tuyo y mío… ¡Cuán contento estaría!…

¡Cuán feliz sería!…

12 de octubre de 2015

La Santísima Virgen María, modelo de la Iglesia para celebrar la Sagrada Liturgia (Segunda Parte)


Ejemplo para toda la Iglesia en el ejercicio del culto divino, María es también, evidentemente, maestra de vida espiritual para cada uno de los cristianos. Bien pronto los fieles comenzaron a fijarse en María para, como Ella, hacer de la propia vida un culto a Dios, y de su culto un compromiso de vida. Ya en el siglo IV, S. Ambrosio, hablando a los fieles, hacía votos para que en cada uno de ellos estuviese el alma de María para glorificar a Dios: "Que el alma de María está en cada uno para alabar al Señor; que su espíritu está en cada uno para que se alegre en Dios". Pero María es, sobre todo, modelo de aquel culto que consiste en hacer de la propia vida una ofrenda a Dios: doctrina antigua, perenne, que cada uno puede volver a escuchar poniendo atención en la enseñanza de la Iglesia, pero también con el oído atento a la voz de la Virgen cuando Ella, anticipando en sí misma la estupenda petición de la oración dominical "Hágase tu voluntad" (Mt 6, 10), respondió al mensajero de Dios: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra" (Lc 1, 38). Y el "sí" de María es para todos los cristianos una lección y un ejemplo para convertir la obediencia a la voluntad del Padre, en camino y en medio de santificación propia.

11 de octubre de 2015

La Santísima Virgen María, modelo de la Iglesia para celebrar la Sagrada Liturgia



Queremos ahora, siguiendo algunas indicaciones de la doctrina conciliar sobre María y la Iglesia, profundizar un aspecto particular de las relaciones entre María y la Liturgia, es decir: María como ejemplo de la actitud espiritual con que la Iglesia celebra y vive los divinos misterios. La ejemplaridad de la Santísima Virgen en este campo dimana del hecho que ella es reconocida como modelo extraordinario de la Iglesia en el orden de la fe, de la caridad y de la perfecta unión con Cristo esto es, de aquella disposición interior con que la Iglesia, Esposa amadísima, estrechamente asociada a su Señor, lo invoca y por su medio rinde culto al Padre Eterno.

10 de octubre de 2015

El culto a María y el Misal Romano


En esta Exhortación Apostólica no intentamos considerar todo el contenido del nuevo Misal Romano, sino que, en orden a la obra de valoración que nos hemos prefijado realizar en relación a los libros restaurados del Rito Romano, deseamos poner de relieve algunos aspectos y temas. Y queremos, sobre todo, destacar cómo las preces eucarísticas del Misal, en admirable convergencia con las liturgias orientales, contienen una significativa memoria de la Santísima Virgen. Así lo hace el antiguo Canon Romano, que conmemora la Madre del Señor en densos términos de doctrina y de inspiración cultual: "En comunión con toda la Iglesia, veneramos la memoria, ante todo, de la glorioso siempre Virgen María, Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor"; así también el reciente Canon III, que expresa con intenso anhelo el deseo de los orantes de compartir con la Madre la herencia de hijos: "Qué Él nos transforme en ofrenda permanente, para que gocemos de tu heredad junto con tus elegidos: con María, la Virgen". Dicha memoria cotidiana por su colocación en el centro del Santo Sacrificio debe ser tenida como una forma particularmente expresiva del culto que la Iglesia rinde a la "Bendita del Altísimo" (cf. Lc 1,28).

9 de octubre de 2015

El Culto a María y el Calendario Litúrgico


La reforma de la Liturgia romana presuponía una atenta revisión de su Calendario General. Éste, ordenado a poner en su debido resalto la celebración de la obra de la salvación en días determinados, distribuyendo a lo largo del ciclo anual todo el misterio de Cristo, desde la Encarnación hasta la espera de su venida gloriosa, ha permitido incluir de manera más orgánica y con más estrecha cohesión la memoria de la Madre dentro del ciclo anual de los misterios del Hijo.

8 de septiembre de 2015

El en día de la Natividad de la santísima Virgen María le ofrecemos el Rosario del Santísimo Sacramento



En el nombre del Padre, etc.

V: Dios mío, en mi favor benigno entiende.

R: Señor, a mi socorro presto atiende.

Gloria.

Alabanzas y gracias sean dadas en todo momento al santísimo y divinísimo Sacramento.

PRIMER MISTERIO

En el primer misterio de la Eucaristía contemplamos a Jesucristo estableciendo el Orden Sagrado para por medio de los sacerdotes quedarse con nosotros en el Santísimo Sacramento del Altar. Padrenuestro, etc.
Nuestra alma te circunda y asciende hacia tu altura guardando fe segura y adoración profunda, oh Cristo, cuya Salvación abunda. Extiéndase exaltado tu Reino y santo Nombre pues como Dios y Hombre aquí tan de buen grado por siempre con nosotros te has quedado.
Y se haga lo que quieres do reinas y do orientas Pan Vivo que sustentas nuestros caídos seres y el colmo de riquezas les confieres.
Alabanzas y gracias sean dadas en todo momento al santísimo y divinísimo Sacramento. (10 veces)
Gloria al Padre y al Hijo, etc.

21 de agosto de 2015

EL AVE MARÍA EUCARÍSTICO (Segunda Parte)



SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS

He recibido a Jesús… Está aquí conmigo… ¡Él está en mi corazón y no sé decirle palabra! ¡Pobre Jesús, no ser un alma santa me hace sufrir por Él! ¡Quisiera ser un Serafín, y no paso de una miserable criatura terrena! Oh María, tú que eres la Santa, la Santa Madre de Dios; tú que sabes hablarle a Jesús y rogarle: habla y ruégale por mí. Yo mantendré a Jesús estrechado contra mi corazón, y a ti, oh Santa María, te confío el oficio de darle gracias por mí.
Oh Reina de los Santos, dile que deseo reunir las más altas alabanzas y cánticos de todos los Beatos y ofrecérselos en mi corazón. Oh Reina de los Mártires, dile que uno todos mis sufrimientos a los tormentos de todos los millones de Mártires y se los ofrezco en propiciación de mis culpas y en signo de amor. Oh Reina de los Confesores y de las Vírgenes, dile que le ofrezco las virtudes, penitencias, y azucenas de pureza de la multitud de almas santas y puras en reparación de mi gran frialdad y sequedad.
Oh María, Madre de mi Jesús, ¿no te parece ver a Jesús en mi corazón como estaba en el pesebre, en el frío, en la pobreza, sobre un poco de heno? Oh María, seme compasiva si me ves dar mucha pena a tu Hijo. Y así como lo adoraste en la gruta de Belén, adóralo ahora en mi corazón, dale la calidez de tus ósculos, estréchalo contra tu corazón, consuélalo con tu amor. Recuerda que Jesús me ha hecho tu hijo, y viéndolo ahora uno conmigo, ámanos juntos y abrázanos con un mismo amor, ¡oh Santa María, Madre de Dios!

20 de agosto de 2015

EL AVEMARÍA EUCARÍSTICO (Primera Parte)



DIOS TE SALVE, MARÍA

Te saludo, oh amada Madre mía María, y te traigo la noticia de que en breve comulgaré… Iré a Jesús… Él descenderá a mi corazón… ¿Estás contenta tú, oh María, de que Jesús descienda a mi corazón por un instante? No temas, oh María, no temas; la Confesión ha purificado mi alma y la Gracia ha preparado un nuevo pesebre para tu Hijo en mi corazón, adonde Él vendrá a descansar y tú lo verás contento.
¡Dios te salve, María! ¿Te acuerdas, oh María, de aquel tiempo en que Gabriel te saludó con esas palabras? ¿Recuerdas cuánta fue la felicidad de tu corazón cuando comenzó a vivir en ti Jesús? Aquella felicidad está a punto de ser mía; aquel Cuerpo que le diste, Él va a dármelo ya. Y por ello te saludo con toda dulzura y ternura filial, y con este saludo preparo mi corazón a recibir de ti a Jesús; condúceme tú hasta Él, prepara tú mi corazón para darle una acogida aceptable, habla tú por mí y dile lo que sepas que más le place.