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14 de diciembre de 2015

San Juan de la Cruz y La Eucaristía


San Juan de la Cruz siguió las huellas del Maestro, que se retiraba a orar en parajes solitarios. Amó la soledad sonora donde se escucha la música callada, el rumor de la fuente que mana y corre aunque es de noche. Lo hizo en largas vigilias de oración al pie de la Eucaristía, ese “vivo pan” que da la vida, y que lleva hasta el manantial primero del amor trinitario.


22 de octubre de 2015

Pensamientos de san Juan Pablo II sobre la Eucaristía


 “Cuando, después de la transubstanciación, resuenan las palabras: Mysterium fidei, todos están invitados a darse cuenta de la particular densidad existencial de este anuncio, en referencia al misterio de Cristo, de la Eucaristía, del Sacerdocio.   No toma acaso de aquí su motivación más profunda la misma vocación sacerdotal?   […]    A cincuenta años de la ordenación, puedo decir que cada día más en aquel Mysterium fidei se encuentra el sentido del propio sacerdocio.   Está allí la medida del don que esto constituye, y está también allí la medida de la respuesta que este don exige.   El don es siempre más grande!   Y es bello que sea así.   Es bello que un hombre no pueda decir nunca que ha respondido plenamente al don.  Es un don y es también una tarea: Tener conciencia de esto es fundamental para vivir plenamente el propio sacerdocio”  

Fiesta litúrgica de san Juan Pablo II


El obispo debe ser predicador de la verdad en tiempos desfavorables (el amor se opone al odio). Hay que dar mucha importancia a la liturgia. El obispo debe ponerse de cara a todos. Realización del Concilio: realizar el mysterium salutis, mejor comprendido que hasta ahora. Todo tiene lugar por medio de la liturgia.

16 de octubre de 2015

San Juan Pablo II, ruega por las familias

En un nuevo aniversario de la elección de san Juan Pablo II, Sumo Pontífice que fecundó la Iglesia con un extenso magisterio sobre la Familia y sobre la Eucaristía, encomendamos a su intercesión el sínodo sobre las Familias que se está realizando en Roma.

22 de septiembre de 2015

¿Que diría San Juan Pablo II en el próximo sínodo de las familias?


Sobre el Matrimonio y la Eucaristía

El deber de santificación de la familia cristiana tiene su primera raíz en el bautismo y su expresión máxima en la Eucaristía, a la que está íntimamente unido el matrimonio cristiano. El Concilio Vaticano II ha querido poner de relieve la especial relación existente entre la Eucaristía y el matrimonio, pidiendo que habitualmente éste se celebre «dentro de la Misa». Volver a encontrar y profundizar tal relación es del todo necesario, si se quiere comprender y vivir con mayor intensidad la gracia y las responsabilidades del matrimonio y de la familia cristiana.

La Eucaristía es la fuente misma del matrimonio cristiano. En efecto, el sacrificio eucarístico representa la alianza de amor de Cristo con la Iglesia, en cuanto sellada con la sangre de la cruz. Y en este sacrificio de la Nueva y Eterna Alianza los cónyuges cristianos encuentran la raíz de la que brota, que configura interiormente y vivifica desde dentro, su alianza conyugal. En cuanto representación del sacrificio de amor de Cristo por su Iglesia, la Eucaristía es manantial de caridad. Y en el don eucarístico de la caridad la familia cristiana halla el fundamento y el alma de su «comunión» y de su «misión», ya que el Pan eucarístico hace de los diversos miembros de la comunidad familiar un único cuerpo, revelación y participación de la más amplia unidad de la Iglesia; además, la participación en el Cuerpo «entregado» y en la Sangre «derramada» de Cristo se hace fuente inagotable del dinamismo misionero y apostólico de la familia cristiana.

Sobre la comunión a los divorciados casados de nuevo

 La experiencia diaria enseña, por desgracia, que quien ha recurrido al divorcio tiene normalmente la intención de pasar a una nueva unión, obviamente sin el rito religioso católico. Tratándose de una plaga que, como otras, invade cada vez más ampliamente incluso los ambientes católicos, el problema debe afrontarse con atención improrrogable. Los Padres Sinodales lo han estudiado expresamente. La Iglesia, en efecto, instituida para conducir a la salvación a todos los hombres, sobre todo a los bautizados, no puede abandonar a sí mismos a quienes —unidos ya con el vínculo matrimonial sacramental— han intentado pasar a nuevas nupcias. Por lo tanto procurará infatigablemente poner a su disposición los medios de salvación.

12 de julio de 2015

Juan Pablo II: La empresa evangelizadora alentada por la Corona española permitió fomentar los tres grandes amores del catolicismo: la Eucaristía, la Virgen María y la Iglesia



MENSAJE DEL PAPA JUAN PABLO II A LOS OBISPOS, SACERDOTES, RELIGIOSOS, RELIGIOSAS,  Y LAICOS DE AMÉRICA LATINA  CON MOTIVO DEL V CENTENARIO  DE LA PRIMERA MISA CELEBRADA EN EL NUEVO CONTINENTE

Queridos Hermanos en el Episcopado, sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles.
Es para mí motivo de gran gozo dirigiros un cordial saludo y unirme espiritualmente a la celebración eucarística que  en la solemnidad de la Epifanía, manifestación de Cristo a todos los pueblos— os congrega en La Isabela, para conmemorar los 500 años de la primera Misa que selló el comienzo propiamente dicho de la Evangelización del Nuevo Mundo.

Es justo que tan significativo acontecimiento sea recordado en este día y por eso, junto con tantos fieles latinoamericanos que participan a través de los medios de comunicación social, me siento particularmente cerca de vosotros para dar gracias al Señor por los abundantes dones recibidos durante estos cinco siglos, así como por los copiosos frutos de vida cristiana que El ha ido suscitando en las diversas Comunidades eclesiales de la República Dominicana y de toda América Latina.

En su primer viaje Cristóbal Colón plantó la Cruz de Cristo, el 12 de octubre de 1492, como primordial signo espiritual de su llegada a las nuevas tierras y del encuentro con sus pobladores. Pero fue sólo en el segundo viaje cuando, en la gran expedición « pobladora », doce misioneros con el Vicario Apostólico Fray Bernardo Boyl llegaron a La Española, hoy Santo Domingo, el 22 de noviembre de 1493.

La empresa evangelizadora fue alentada por la Corona española. En efecto, en la Instrucción Real se ordenaba al Almirante que « trabajase por atraer a los moradores de aquellas islas a la fe católica y que para dar impulso eficaz a la evangelización enviaba con él al Docto Fray Bernardo Boyl, ermitaño de Monserrat, que habría de efectuar la instrucción religiosa a los nativos » (29-V-1493). Al inaugurar hoy el hermoso templo erigido como recuerdo perenne del solemne inicio de la Evangelización de América, es justo resaltar que, ya desde entonces, los misioneros fomentaron los tres grandes amores que han caracterizado la fe católica de vuestros pueblos: amor a la Eucaristía, amor a la Madre del Salvador y amor a la Iglesia en la persona del Sucesor de Pedro.


25 de junio de 2015

Solemnidad de San Pedro y San Pablo: acto de adoración de un sucesor de San Pedro


Señor Jesús:

Nos presentamos ante ti sabiendo que nos llamas y que nos amas tal como somos.
"Tú tienes palabras de vida eterna y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Hijo de Dios" (Jn. 6,69).

Tu presencia en la Eucaristía ha comenzado con el sacrificio de la última cena y continúa como comunión y donación de todo lo que eres.

Aumenta nuestra FE.

18 de mayo de 2015

Nuevo aniversario del nacimiento de Juan Pablo II (18-5-1920)


Cuando pienso en la Eucaristía, mirando mi vida de sacerdote, de Obispo y de Sucesor de Pedro, me resulta espontáneo recordar tantos momentos y lugares en los que he tenido la gracia de celebrarla. 

16 de mayo de 2015

Solemnidad de la Ascensión: comentario a la Liturgia de la Palabra de la Misa



1. Nos hallamos reunidos en torno al altar del Señor para celebrar su Ascensión al cielo. Hemos escuchado sus palabras: "Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos (...) hasta los confines del mundo" (Hch 1, 8). Desde hace dos mil años estas palabras del Señor resucitado impulsan a la Iglesia a adentrarse en el mar de la historia, la hacen contemporánea de todas las generaciones, la transforman en levadura de todas las culturas del mundo.


10 de abril de 2015

Los masones no pueden comulgar


La realidad es que no se puede ser católico y masón. San Juan Pablo II, Papa, una vez decretado el Nuevo Derecho Canónico (1983), firmó una Declaración sobre la Masonería, publicada por la Congregación para la Fe del 26 de noviembre de 1983, en la que se reafirmaba que la pertenencia a la Masonería es un pecado grave que impide a los católicos «acercarse a la Sagrada Comunión». 

4 de marzo de 2015

Sacrificio y Sacramento


San Juan Pablo II enseña: «No es lícito ni en el pensamiento, ni en la vida, ni en la acción quitar a este Sacramento, verdaderamente santísimo, su dimensión plena y su significado esencial. Es al mismo tiempo Sacramento-Sacrificio, Sacramento-Comunión, Sacramento-Presencia» (Redemptor hominis 20).


8 de diciembre de 2014

Inmaculada Concepción: comentario a la liturgia de la Palabra de la Misa


1. "Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo" (Lc 1, 28).

Con estas palabras del arcángel Gabriel, nos dirigimos a la Virgen María muchas veces al día. Las repetimos hoy con ferviente alegría, en la solemnidad de la Inmaculada Concepción, recordando el 8 de diciembre de 1854, cuando el beato Pío IX proclamó este admirable dogma de la fe católica precisamente en esta basílica vaticana.

29 de noviembre de 2014

ADVIENTO: VEN SEÑOR JESÚS


La esperanza cristiana y la Eucaristía, signo sacramental por excelencia de las últimas realidades.

La esperanza de la venida definitiva del reino de Dios y el compromiso de transformación del mundo a la luz del Evangelio tienen en realidad una misma fuente: el don escatológico del Espíritu Santo, «prenda de nuestra herencia, para redención del pueblo de su posesión» (Ef 1, 14), que suscita el anhelo de la vida plena y definitiva con Cristo y, a la vez, infunde en nosotros la fuerza para difundir por toda la tierra la levadura del reino de Dios.

13 de noviembre de 2014

Divorciados casados de nuevo y la no admisión a la comunión eucarística


La experiencia diaria enseña, por desgracia, que quien ha recurrido al divorcio tiene normalmente la intención de pasar a una nueva unión, obviamente sin el rito religioso católico. Tratándose de una plaga que, como otras, invade cada vez más ampliamente incluso los ambientes católicos, el problema debe afrontarse con atención improrrogable. Los Padres Sinodales lo han estudiado expresamente. La Iglesia, en efecto, instituida para conducir a la salvación a todos los hombres, sobre todo a los bautizados, no puede abandonar a sí mismos a quienes —unidos ya con el vínculo matrimonial sacramental— han intentado pasar a nuevas nupcias. Por lo tanto procurará infatigablemente poner a su disposición los medios de salvación.

29 de octubre de 2014

EUCARISTÍA Y PENITENCIA: dos sacramentos estrechamente vinculados entre sí.


La comunión invisible, aun siendo por naturaleza un crecimiento, supone la vida de gracia, por medio de la cual se nos hace «partícipes de la naturaleza divina» (2 Pe 1, 4), así como la práctica de las virtudes de la fe, de la esperanza y de la caridad. En efecto, sólo de este modo se obtiene verdadera comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. No basta la fe, sino que es preciso perseverar en la gracia santificante y en la caridad, permaneciendo en el seno de la Iglesia con el «cuerpo» y con el «corazón»; (72) es decir, hace falta, por decirlo con palabras de san Pablo, «la fe que actúa por la caridad» (Ga 5, 6).

La integridad de los vínculos invisibles es un deber moral bien preciso del cristiano que quiera participar plenamente en la Eucaristía comulgando el cuerpo y la sangre de Cristo. El mismo Apóstol llama la atención sobre este deber con la advertencia: «Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan y beba de la copa» (1 Co 11, 28). San Juan Crisóstomo, con la fuerza de su elocuencia, exhortaba a los fieles: «También yo alzo la voz, suplico, ruego y exhorto encarecidamente a no sentarse a esta sagrada Mesa con una conciencia manchada y corrompida. Hacer esto, en efecto, nunca jamás podrá llamarse comunión, por más que toquemos mil veces el cuerpo del Señor, sino condena, tormento y mayor castigo».(73)

Precisamente en este sentido, el Catecismo de la Iglesia Católica establece: «Quien tiene conciencia de estar en pecado grave debe recibir el sacramento de la Reconciliación antes de acercarse a comulgar».(74) Deseo, por tanto, reiterar que está vigente, y lo estará siempre en la Iglesia, la norma con la cual el Concilio de Trento ha concretado la severa exhortación del apóstol Pablo, al afirmar que, para recibir dignamente la Eucaristía, «debe preceder la confesión de los pecados, cuando uno es consciente de pecado mortal».(75)

22 de octubre de 2014

San Juan Pablo II, ruega por nosotros


1. «Tú caminas a lo largo de los siglos » (canto eucarístico polaco).

La solemnidad del Corpus Christi nos invita a meditar en el singular camino que es el itinerario salvífico de Cristo a lo largo de la historia, una historia escrita desde los orígenes, de modo simultáneo, por Dios y por el hombre. A través de los acontecimientos humanos, la mano divina traza la historia de la salvación.

Es un camino que empieza en el Edén, cuando, después del pecado del primer hombre, Adán, Dios interviene para orientar la historia hacia la venida del «segundo» Adán. En el libro del Génesis se encuentra el primer anuncio del Mesías y, desde entonces, a lo largo de las generaciones, como atestiguan las páginas del Antiguo Testamento, se recorre el camino de los hombres hacia Cristo.

Después, cuando en la plenitud de los tiempos el Hijo de Dios encarnado derrama en la cruz la sangre por nuestra salvación y resucita de entre los muertos, la historia entra, por decirlo así, en una dimensión nueva y definitiva: se sella entonces la nueva y eterna alianza, cuyo principio y cumplimiento es Cristo crucificado y resucitado. En el Calvario el camino de la humanidad, según los designios divinos, llega a su momento decisivo: Cristo se pone a la cabeza del nuevo pueblo para guiarlo hacia la meta definitiva. La Eucaristía, sacramento de la muerte y de la resurrección del Señor, constituye el corazón de este itinerario espiritual escatológico.

11 de octubre de 2014

Sínodo de los Obispos: actualizamos la enseñanza de Juan Pablo II sobre Matrimonio y Eucaristía II


La Eucaristía es un sacramento verdaderamente admirable. En él se ha quedado Cristo mismo como alimento y bebida, como fuente de poder salvífico para nosotros. Nos lo ha dejado para que tuviéramos vida y la tuviéramos en abundancia (cf. Jn 10, 10): la vida que tiene él y que nos ha transmitido con el don del Espíritu, resucitando al tercer día después de la muerte. Es efectivamente para nosotros la vida que procede de él. ¡Es también para vosotros, queridos esposos, padres y familias! ?No instituyó él la Eucaristía en un contexto familiar, durante la última cena? Cuando os reunís para comer y estáis unidos entre vosotros, Cristo está cerca. Y todavía más, él es el Emmanuel, Dios con nosotros, cuando os acercáis a la mesa eucarística. Puede suceder que, como en Emaús, se le reconozca solamente en la «fracción del pan» (cf. Lc 24, 35). A veces también él está durante mucho tiempo ante la puerta y llama, esperando que la puerta se abra para poder entrar y cenar con nosotros (cf. Ap 3, 20). Su última cena y sus palabras pronunciadas entonces conservan toda la fuerza y la sabiduría del sacrificio de la cruz. No existe otra fuerza ni otra sabiduría por medio de las cuales podamos salvarnos y podamos contribuir a salvar a los demás. No hay otra fuerza ni otra sabiduría mediante las cuales vosotros, padres, podáis educar a vuestros hijos y también a vosotros mismos. La fuerza educativa de la Eucaristía se ha consolidado a través de las generaciones y de los siglos.

10 de octubre de 2014

Sínodo de los Obispos: actualizamos la enseñanza de Juan Pablo II sobre Matrimonio y Eucaristía




El deber de santificación de la familia cristiana tiene su primera raíz en el bautismo y su expresión máxima en la Eucaristía, a la que está íntimamente unido el matrimonio cristiano. El Concilio Vaticano II ha querido poner de relieve la especial relación existente entre la Eucaristía y el matrimonio, pidiendo que habitualmente éste se celebre «dentro de la Misa». Volver a encontrar y profundizar tal relación es del todo necesario, si se quiere comprender y vivir con mayor intensidad la gracia y las responsabilidades del matrimonio y de la familia cristiana.

21 de agosto de 2014

El catequista y la Eucaristía


La catequesis está intrínsecamente unida a toda la acción litúrgica y sacramental, porque es en los sacramentos y sobre todo en la eucaristía donde Jesucristo actúa en plenitud para la transformación de los hombres.

14 de junio de 2014

Homilía sobre la Eucaristía en vísperas de la solemnidad de la Santísima Trinidad



1. "Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a que habéis sido llamados" (Ef 4, 4).
¡Un solo cuerpo! En estas palabras del apóstol san Pablo se concentra esta tarde de modo particular nuestra atención, durante estas Vísperas solemnes, con las que inauguramos el Congreso eucarístico internacional. Un solo cuerpo: nuestro pensamiento va, ante todo, al Cuerpo de Cristo, ¡Pan de vida!
Jesús, que nació hace dos mil años de María Virgen, quiso dejarnos durante la última Cena su cuerpo y su sangre, inmolados por toda la humanidad. En torno a la Eucaristía, sacramento de su amor a nosotros, se reúne la Iglesia, su Cuerpo místico. Cristo y la Iglesia, un solo cuerpo, un único y gran misterio. Mysterium fidei!