¡Oh Santísimo Hijo de
María Inmaculada y benignísimo redentor nuestro presente en la Eucaristía!
Así como preservaste a
María del pecado original en su Inmaculada Concepción y a nosotros nos hiciste
el gran beneficio de libramos de él por medio de tu santo Bautismo,
así te rogamos humildemente
nos concedas la gracia de portarnos siempre como buenos cristianos, regenerados
en Ti.
Amén.
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