25 de febrero de 2015

Hora santa de febrero: Conviértanse y den el primer lugar al Señor


Jesús, a Ti te corresponde el primer lugar

1- Jesús, yo creo que Tú estás aquí presente.- Aumenta mi fe.
 (Esta invocación la repito interiormente)

2-Jesús, yo te amo. Tú eres amor, el verdadero amor, el inmensurable amor, el eterno amor del Padre hacia nosotros.

- Jesús, enciende mi amor hacia Ti.-

 (Esta invocación la repito interiormente)



3- Jesús, Tu estas aquí presente en la Eucaristía para ser Dios con nosotros y en nosotros.
Tú te quedaste en este pedacito de pan, en la Hostia, para ser mi alimento, para ser mi vida. Tu amor es sabio, con una sencillez inalcanzable.

Te ocultas en tu divino silencio y te ofreces de esa manera a nosotros. Gracias, Jesús, por estar con nosotros .Gracias porque anhelas estar con nosotros.

-Jesús despierta en mí el deseo de estar contigo.- (Esta invocación la repito interiormente)

4- Jesús, te anhelo con todo mi corazón. Ahora te invito: ven a mi corazón, a mi alma, a mi vida, a mi pasado, a mi presente. Toma mi futuro. Ven Jesús y ocupa el primer lugar en mi corazón. El cual desde ahora es solamente tuyo, como Tú te ofreces todo a mi, como Tú te regalas todo a mi y tu corazón lo abres a mi. Así yo, sin retener nada, como signo de tu amor y entrega, te ofrezco mi corazón, así como está ahora.

Yo sé, que Tú deseas que mi corazón sea del todo limpio, libre, caritativo, misericordioso, gozoso, lleno de amor, paciente y donador. Tú deseas que mi corazón sea como el tuyo. Jesús, yo ahora también lo deseo.

-Ven Jesús, y haz mi corazón semejante al tuyo.- (Esta invocación la repito interiormente)

5- Jesús mío, mientras oro para que Tú hagas mi corazón semejante al tuyo y para que ocupes el primer lugar en mi vida, te ruego que me ilumines con tu Espíritu para que yo sepa reconocer aquello que no es conforme a la voluntad del Padre y todo aquello que me diferencia de Ti. Te presento todo mi pasado y mi presente, todo aquello que siento y lo que vivo y lo que ha dejado rastros negativos en mi y sus derivaciones, todos mis problemas y enfermedades, todo aquello que se resiste a la voluntad del Padre y todo aquello que se resiste a no escuchar y a no realizar tus palabras.

6- Gracias Jesús, porque me has escuchado. Yo sé que Tú conoces todo lo mío, pero para mí es bueno decir todo. Ahora, Jesús, háblale Tú a mi corazón. Deseo escucharte y deseo disponer mi corazón para que se regocije en tu palabra, para que pueda comprenderla. San Mateo escribió tu mensaje, cuyas palabras Tú ahora me las repites :

"Jesús Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?" Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan. Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura.

Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero.

«Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?

No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos? Que por todas esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso. Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura. Mt.6,24,25,31-33)

7- Jesús, gracias por tu palabra. Haz que ella resuene en mí. Haz que rechace toda desconfianza, toda incredulidad, cada pesar y cada preocupación. Haz que me entusiasme para que primeramente busque tu reino y crea siempre que todo lo demás puedo entregarlo al Padre que me ama. Líbrame de toda preocupación y pesar y hazme totalmente tuyo. Yo creo que esto es posible para Ti.

Nuestro tiempo está apresado por la ausencia de Dios y por eso padecemos tantas preocupaciones, pesares y miedos.

Jesús, te agradezco por enviarnos a María, Madre, Maestra y Reina de la Paz. En los primeros días después de su venida ella dijo: ”Queridos hijos: vine a decirles que Dios existe.”

Te doy gracias porque le permites que me invite a abrirme, a entregarme y que te dé el primer lugar en mi vida. Ella me aconsejó sobre las palabras escritas en el Evangelio de San Mateo, a que las lea una vez por semana y sobre ellas medite.

Jesús, me entrego a Ti íntegramente, mi espíritu, mi alma y mi cuerpo.

(Esta invocación la repito interiormente)

 8- Jesús, ahora te adoro con María. Con ella deseo escuchar y seguir tus palabras.

En su vida siempre ocupaste el primer lugar. Ella te entregó su corazón cuando dijo:
Aquí estoy, Señor, hágase tu voluntad

-Dios mío, hágase en mi Tú voluntad. (Esta invocación la repito interiormente)

9- Jesús, Tú viniste por todos los hombres, por eso no quiero pedirte solo por mí, te pido por mi familia, padres, hermanos, amigos, por la comunidad y por todo el mundo.

(En silencio habla con Jesús sobre aquellos que de una manera especial están en tu corazón.)

 Muchos cristianos sólo se llaman cristianos, pero están alejados de tu Corazón y de tu
Alma, porque sus corazones están ocupados por este mundo.

Te ruego por todos los bautizados. (Medita en silencio)

Muchos ni siquiera Te conocen, aunque Tú viniste por todos.
Muchos tienen el corazón vacío, se sirven de falsos dioses, destruyen sus vidas y la de otros. Yo te pido junto con María por aquellos que creen en Ti, para que les otorgues la gracia de la fe. (Medita en silencio)

Muchos adoran al maligno, lo sirven con sus vidas, haciéndose mal a sí mismos y a los demás. Sé misericordioso con ellos y vuélvelos a la libertad que Tú otorgas cuando te encuentras en el corazón del hombre.(Medita en silencio)

Envía tu Espíritu para que ilumines todo corazón, sacándolo de la incredulidad y de la esclavitud del pecado, para que pueda acceder a la libertad de los Hijos de Dios.

(Medita en silencio)

10 -BENDICIÓN

(Si el sacerdote realiza la adoración que eleve el Santísimo Sacramento y bendiga, si oras solo entonces ora con fe para la bendición y sanación).

Jesús, sana mi fe, aumenta mi fe en Ti y retira de mí toda incredulidad, miedo y pesar.
Sana mi inconsciente y mi subconsciente para que pueda vivir continuamente en tu Epresencia. Sana mi amor y mi esperanza.

Jesús, te ruego por la fe de la Iglesia. Cura a todos los enfermos e imposibilitados.

Descienda ahora tu bendición sobre todos nosotros.
Quita al maligno de todos nosotros y no permitas que nos dañe .
Bendice a mi familia, a mi pueblo y a todo el mundo con la bendición de la paz.
Envía tu Espíritu para que renueve la faz de la tierra.

Bendícenos y guárdanos, Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amen.

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