Jesús, a Ti te
corresponde el primer lugar
1- Jesús, yo creo que
Tú estás aquí presente.- Aumenta mi fe.
(Esta invocación la repito interiormente)
2-Jesús, yo te amo. Tú
eres amor, el verdadero amor, el inmensurable amor, el eterno amor del Padre
hacia nosotros.
- Jesús, enciende mi
amor hacia Ti.-
(Esta invocación la repito interiormente)
3- Jesús, Tu estas aquí
presente en la Eucaristía para ser Dios con nosotros y en nosotros.
Tú te quedaste en este
pedacito de pan, en la Hostia, para ser mi alimento, para ser mi vida. Tu amor
es sabio, con una sencillez inalcanzable.
Te ocultas en tu divino
silencio y te ofreces de esa manera a nosotros. Gracias, Jesús, por estar con
nosotros .Gracias porque anhelas estar con nosotros.
-Jesús despierta en mí
el deseo de estar contigo.- (Esta invocación la repito interiormente)
4- Jesús, te anhelo con
todo mi corazón. Ahora te invito: ven a mi corazón, a mi alma, a mi vida, a mi
pasado, a mi presente. Toma mi futuro. Ven Jesús y ocupa el primer lugar en mi
corazón. El cual desde ahora es solamente tuyo, como Tú te ofreces todo a mi,
como Tú te regalas todo a mi y tu corazón lo abres a mi. Así yo, sin retener nada,
como signo de tu amor y entrega, te ofrezco mi corazón, así como está ahora.
Yo sé, que Tú deseas
que mi corazón sea del todo limpio, libre, caritativo, misericordioso, gozoso,
lleno de amor, paciente y donador. Tú deseas que mi corazón sea como el tuyo.
Jesús, yo ahora también lo deseo.
-Ven Jesús, y haz mi
corazón semejante al tuyo.- (Esta invocación la repito interiormente)
5- Jesús mío, mientras
oro para que Tú hagas mi corazón semejante al tuyo y para que ocupes el primer
lugar en mi vida, te ruego que me ilumines con tu Espíritu para que yo sepa
reconocer aquello que no es conforme a la voluntad del Padre y todo aquello que
me diferencia de Ti. Te presento todo mi pasado y mi presente, todo aquello que
siento y lo que vivo y lo que ha dejado rastros negativos en mi y sus derivaciones,
todos mis problemas y enfermedades, todo aquello que se resiste a la voluntad
del Padre y todo aquello que se resiste a no escuchar y a no realizar tus palabras.
6- Gracias Jesús,
porque me has escuchado. Yo sé que Tú conoces todo lo mío, pero para mí es
bueno decir todo. Ahora, Jesús, háblale Tú a mi corazón. Deseo escucharte y
deseo disponer mi corazón para que se regocije en tu palabra, para que pueda
comprenderla. San Mateo escribió tu mensaje, cuyas palabras Tú ahora me las repites
:
"Jesús Qué
comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?" Son los paganos los
que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que
ustedes las necesitan. Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás
se les dará por añadidura.
Nadie puede servir a
dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno
y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero.
«Por eso os digo: No
andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con
qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el
vestido?
No andéis, pues,
preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos
a vestirnos? Que por todas esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe
vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso. Buscad primero su
Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura.
Mt.6,24,25,31-33)
7- Jesús, gracias por
tu palabra. Haz que ella resuene en mí. Haz que rechace toda desconfianza, toda
incredulidad, cada pesar y cada preocupación. Haz que me entusiasme para que
primeramente busque tu reino y crea siempre que todo lo demás puedo entregarlo
al Padre que me ama. Líbrame de toda preocupación y pesar y hazme totalmente
tuyo. Yo creo que esto es posible para Ti.
Nuestro tiempo está
apresado por la ausencia de Dios y por eso padecemos tantas preocupaciones,
pesares y miedos.
Jesús, te agradezco por
enviarnos a María, Madre, Maestra y Reina de la Paz. En los primeros días
después de su venida ella dijo: ”Queridos hijos: vine a decirles que Dios existe.”
Te doy gracias porque
le permites que me invite a abrirme, a entregarme y que te dé el primer lugar
en mi vida. Ella me aconsejó sobre las palabras escritas en el Evangelio de San
Mateo, a que las lea una vez por semana y sobre ellas medite.
Jesús, me entrego a Ti
íntegramente, mi espíritu, mi alma y mi cuerpo.
(Esta invocación la
repito interiormente)
8- Jesús, ahora te adoro con María. Con ella
deseo escuchar y seguir tus palabras.
En su vida siempre
ocupaste el primer lugar. Ella te entregó su corazón cuando dijo:
Aquí estoy, Señor,
hágase tu voluntad
-Dios mío, hágase en mi
Tú voluntad. (Esta invocación la repito interiormente)
9- Jesús, Tú viniste
por todos los hombres, por eso no quiero pedirte solo por mí, te pido por mi
familia, padres, hermanos, amigos, por la comunidad y por todo el mundo.
(En silencio habla con
Jesús sobre aquellos que de una manera especial están en tu corazón.)
Muchos cristianos sólo se llaman cristianos,
pero están alejados de tu Corazón y de tu
Alma, porque sus
corazones están ocupados por este mundo.
Te ruego por todos los
bautizados. (Medita en silencio)
Muchos ni siquiera Te
conocen, aunque Tú viniste por todos.
Muchos tienen el
corazón vacío, se sirven de falsos dioses, destruyen sus vidas y la de otros.
Yo te pido junto con María por aquellos que creen en Ti, para que les otorgues
la gracia de la fe. (Medita en silencio)
Muchos adoran al
maligno, lo sirven con sus vidas, haciéndose mal a sí mismos y a los demás. Sé
misericordioso con ellos y vuélvelos a la libertad que Tú otorgas cuando te
encuentras en el corazón del hombre.(Medita en silencio)
Envía tu Espíritu para
que ilumines todo corazón, sacándolo de la incredulidad y de la esclavitud del
pecado, para que pueda acceder a la libertad de los Hijos de Dios.
(Medita en silencio)
10 -BENDICIÓN
(Si el sacerdote
realiza la adoración que eleve el Santísimo Sacramento y bendiga, si oras solo
entonces ora con fe para la bendición y sanación).
Jesús, sana mi fe,
aumenta mi fe en Ti y retira de mí toda incredulidad, miedo y pesar.
Sana mi inconsciente y
mi subconsciente para que pueda vivir continuamente en tu Epresencia. Sana mi
amor y mi esperanza.
Jesús, te ruego por la
fe de la Iglesia. Cura a todos los enfermos e imposibilitados.
Descienda ahora tu
bendición sobre todos nosotros.
Quita al maligno de
todos nosotros y no permitas que nos dañe .
Bendice a mi familia, a
mi pueblo y a todo el mundo con la bendición de la paz.
Envía tu Espíritu para
que renueve la faz de la tierra.
Bendícenos y guárdanos,
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amen.
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