7 de abril de 2012

La Liturgia del Sábado santo


SENTIDO DEL DIA

En el Misal Romano el Sábado Santo, dentro del Triduo Pascual, queda reducido a este aviso: “Durante el Sábado Santo la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su pasión y muerte, y se abstiene del sacrificio de la misa, quedando por ello desnudo el altar hasta que, después de la solemne Vigilia o expectación nocturna de la resurrección, se inauguren los gozos de Pascua, cuya exuberancia inundará los cincuenta días pascuales. En este día no se puede distribuir la sagrada comunión, a no ser en caso de viático”.

Se suele decir que el Sábado Santo es un día “alitúrgico”. La terminología no es exacta, porque el Sábado Santo, dentro del Triduo Pascual, es una celebración en lo hondo, y no sólo por la Liturgia de las Horas, sino por otros elementos mistéricos que son verdadera celebración. El ayuno ¿no es culto para el Señor? El permanecer en silencio junto al sepulcro del Señor, o más bien el estar en casa como las santas mujeres ¿no es una mistérica celebración de la esperanza. que impregna esta fase del Triduo pascual?

Elementos mistéricos de la celebración del Sábado Santo

EI misterio específico del Sábado Santo es éste: la ausencia del Señor. El Señor ha ocultado su rostro, ha sustraído su presencia. el Señor está ausente: el Señor—mistéricamente— esta muerto. Esto es lo absolutamente singular de este día misterioso, lo que le distingue de cualquier otro momento de la vida terrestre y celeste de .Jesús.

Cuando estaba con nosotros en la tierra, él “estaba” físicamente con los hombres resucitado. “está” presente en medio de la Iglesia y del mundo, y más fuertemente por el poder del Espíritu. Pero “muerto” no es -mistéricamente- el que afirma ni su presencia terrestre, ni su presencia celeste. El Señor está ausente, está muerto.

Con esta comprensión nuclear del misterio, los elementos que convenimos en llamar “mistéricos son los siguientes:

a) La privación de la Eucaristía. Siempre según esta lógica del misterio, es imposible la Eucaristía en Sábado Santo, porque el Señor “no está”.

b) Tampoco se proclama la Palabra de Dios en la asamblea eucarística. No hay Eucaristía, no hay Palabra en contexto de Eucaristía (Eucaristía como celebración o corno simple comunión), a diferencia del Viernes Santo.

c) La experiencia del vacío. Cuando se nos muere un ser querido decimos que nos ha dejado un vacío que no se puede llenar; la casa está vacía. El Sábado Santo es el contacto con el vacío. Si la fe, ungida de esperanza, no diera un contexto último a esta realidad, y no supiéramos que el vacío es transitorio, habríamos caído en el vacío primordial.

Este vacío, que es sobrecogimiento, silencio y ayuno, es misterio, y su vivencia es una celebración cultual en lo hondo.


Sábado Santo

En este día la Iglesia permanece contemplando el Sepulcro del Señor meditando todos los sucesos del día anterior, es decir, su Pasión y Muerte, y sin celebrar la santa Misa. El altar permanece desnudo, sin mantel ni candelabros, para significar la fría piedra sepulcral que cobija el cuerpo de Jesús, la cual será arrancada del corazón de cada bautizado con la Resurrección tan esperada al tercer día.

Permanecemos atentos y en actitud de silenciosa vigilia en este día, acompañando el descanso del Señor de nuestra vida quien nos la va a brindar en plenitud cuando se nos aparezca resucitado y nos diga: “ Felices ustedes porque sin ver han creído”

Vigilia Pascual

En esta noche, la más solemne de todas, esperamos ansiosamente la Resurrección del Señor en medio de la oscuridad presente en nuestras vidas, a través de una extensa celebración fuertemente simbólica que consta de cuatro partes principales:

1) Rito de la luz ( lucernario )

2) Proclamación de la Palabra.

3) Renovación de las promesas bautismales.

4) Celebración de la Eucaristía.


1) Resalta aquí el símbolo del ‘Fuego nuevo “, que será utilizado para encender el Cirio Pascual, signo del Resucitado que enciende nuevamente nuestros corazones y los prepara para resucitar con él. El templo a oscuras recibe el canto procesional “la luz de Cristo” que significa que Cristo es la única y verdadera Luz que alimenta nuestras vidas.

2) Son proclamadas una serie de lecturas del Antiguo Testamento, a fin de hacernos reconocer con fe viva el paso de Dios en la historia del Pueblo de Israel anticipando la llegada de Jesucristo. Así como el Pueblo elegido peregrinaba en búsqueda de la Tierra Prometida, así también nosotros hemos estado peregrinando en esta Semana Santa hacia la Resurrección.

En las lecturas del Nuevo Testamento hacemos presente el paso de la Muerte a la Vida. Muerte al pecado que nos esclaviza y nos degrada, y Vida que nos libera y dignifica por la acción redentora del Salvador. Asimismo volvemos a entonar el canto festivo del Aleluya, ausente en nuestras celebraciones durante el tiempo dc Cuaresma.

3) Toma importancia el símbolo del agua, ya que al confesar nuestra fe en Jesucristo muerto y resucitado reavivamos nuestra sed de eternidad. No fuimos creados para lo pasajero o simplemente superfluo, ya que estamos llamados a la comunión con Dios; y por este deseo de comunión cobra renovadas fuerzas nuestro compromiso bautismal: Ser hombres nuevos, “resucitados del mal”, movidos en todas nuestras buenas obras por el don gratuito del Espíritu dc Cristo.

4) La acción de gracias de toda la Iglesia, la Eucaristía, adornada con el Cirio Pascual y el canto del Aleluya y del Gloria, además de la fe bautismal por nosotros renovada, se centra en la persona dc Cristo, Nuestra Pascua: El es, de una vez para siempre, el Cordero de Dios que quita todos y cada uno de los pecados del mundo, ya que “Muriendo destruyó nuestra muerte y Resucitando restauró nuestra vida...”

María

Así como el viernes santo, después de la celebración de la muerte de Jesús, la acompañamos a María en su dolor, también después de la celebración de la resurrección de su Hijo nos alegramos junto a Ella.

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