6 de abril de 2012

Vigilia Pascual: Guión Litúrgico


AMBIENTACIÓN: (Alrededor de 3 (tres) minutos antes de que el celebrante se ubique en el atrio)

Hermanos: Esta es la noche más santa, en la que celebramos el núcleo de nuestra fe. Es la fiesta por excelencia y la solemnidad más importante del año litúrgico, porque hoy toda la Iglesia festeja la Resurrección de Nuestro Señor y nuestra propia resurrección.

Es la noche en que los hijos de Israel comían el cordero pascual en recordación del paso del pueblo judío a través del Mar Rojo.

Es la noche en que Jesús rompió los lazos de la muerte para la salvación del mundo. (pequeña pausa)

En la primera parte de esta Vigilia, que se denomina Liturgia de la Luz ó Lucernario, el rito recuerda a Cristo resucitado, Luz de las naciones.

Primero, en el atrio, encenderemos el fuego nuevo que será bendecido por el sacerdote.

Este fuego es el signo de la presencia de Dios y expresión de luz, calor, fuerza y vida.

Inmediatamente en el Cirio Pascual, junto con las letras griegas Alfa y Omega que indican que Cristo es el principio y el fin de todas las cosas, se grabará el número de este año, como símbolo de Jesús como Rey del tiempo y de la eternidad.

Posteriormente en el cirio se incrustarán cinco granos de incienso, que representan las cinco llagas de Cristo.

Por último, el cirio será encendido con el fuego nuevo ya bendecido, para que Cristo resucitado, Luz del mundo, ilumine las tinieblas de nuestro corazón y de nuestro espíritu.

Iluminados por esa Luz, luego vamos a escuchar –en la Liturgia de la Palabra- la Palabra de Dios, recordando todo lo que él hizo por nosotros, desde la creación hasta la primera venida de su Hijo para nuestra salvación.

Poco después, en la Liturgia Bautismal, el agua nueva recién bendecida rociará nuestras cabezas, para simbolizar nuestro resurgir con Cristo a la vida nueva, renovando nuestras promesas bautismales.

Finalmente, celebraremos la Liturgia de la Eucaristía, en la que Jesús se nos ofrece bajo las formas de pan y vino, para darnos su vida en abundancia.

Nos ponemos de pie y permanecemos en absoluto silencio.



(Se apagan todas las luces del templo)

(En el atrio se prepara el fuego)


LITURGIA DE LA LUZ ó LUCERNARIO


(El Sacerdote dice: Hermanos: En esta noche santa, en que nuestro Señor Jesucristo ha pasado de la muerte a la vida, la Iglesia invita a todos sus hijos, diseminados por el mundo, a que se reúnan para velar en oración. Si recordamos así la Pascua del Señor, oyendo su Palabra y celebrando sus misterios, podremos esperar tener parte en su triunfo sobre la muerte y vivir con él siempre en Dios.)



Luego se bendice el fuego. El Guía dice:



Ahora, el celebrante va a bendecir el fuego, signo de la presencia de Dios y expresión del nacimiento a una vida nueva.



(Luego el sacerdote dice: “Oremos: Oh Dios, que por medio de tu Hijo has dado a tus fieles el fuego de tu luz, santifica  este fuego, y concédenos que la celebración de estas fiestas pascuales encienda en nosotros deseos tan santos que podamos llegar con corazón limpio a las fiestas de la eterna luz. Por Jesucristo nuestro Señor.)



(El sacerdote inicia el marcado del cirio pascual y efectúa una monición referida a lo que está haciendo. Después que el sacerdote menciona a las llagas de Cristo, el Guía dice:



Con la llama del fuego recién bendecido, el sacerdote enciende el Cirio Pascual, como signo de Cristo Resucitado.



(El sacerdote dice: La luz de Cristo, que resucita glorioso, disipe las tinieblas del corazón y del espíritu.)



ENTRADA SOLEMNE DEL CIRIO PASCUAL



El guía dice (con el sacerdote y el cirio aún en el atrio):



Cristo Resucitado ya está presente entre nosotros. Alabémoslo respondiendo la aclamación del celebrante con un vibrante: “DEMOS GRACIAS A DIOS” (va cantado)

(El sacerdote canta “La Luz de Cristo” y todos responden cantando “Demos gracias a Dios”)



PREGÓN PASCUAL


Una vez finalizado el Pregón, el guía dice:



Apagamos nuestros cirios y tomamos asiento.



LITURGIA DE LA PALABRA


(El sacerdote dice: “Hermanos: Con el pregón solemne de la Pascua, hemos entrado ya en la noche santa de la Resurrección del Señor. Escuchemos, en silencio meditativo, la Palabra de Dios. Recordemos las maravillas que Dios ha realizado para salvar al primer Israel, y cómo en el avance continuo de la Historia de la Salvación, al llegar los últimos tiempos, envió al mundo a su Hijo para que, con su muerte y resurrección, salvara a todos los hombres. Mientras contemplamos la gran trayectoria de esta historia santa, oremos intensamente, para que el designio de salvación universal, que Dios inició con Israel, llegue a su plenitud y alcance a toda la humanidad por el misterio de la resurrección de Jesucristo.)



El guía dice:



Celebramos ahora la Liturgia de la Palabra. Podemos tomar asiento.



Después de cada uno de los salmos que siguen a las lecturas, el guía dice:



Nos ponemos de pie



Después de cada una de las oraciones que dice el sacerdote, el guía dice:



Amén. Podemos tomar asiento



(Después de la séptima lectura, el salmo correspondiente y la oración del sacerdote, se hace la introducción al Gloria, por lo que la Asamblea debe permanecer de pie)



INTRODUCCIÓN AL GLORIA



Hemos concluido las lecturas del Antiguo Testamento. Dios cumplió su promesa y envió a su Hijo Jesús. Expresemos nuestro agradecimiento, cantando jubilosamente el Gloria.



(Se encienden todas las luces del Templo y los cirios del altar)



(Una vez finalizado el Gloria, el sacerdote dice: “Oremos: Oh Dios, que iluminas esta noche santa con la gloria de la resurrección del Señor, aviva en tu Iglesia el espíritu filial para que, renovados en cuerpo y alma, nos entreguemos plenamente a tu servicio. Por nuestro Señor Jesucristo...)



El guía dice:



Podemos tomar asiento. (Esperar que la Asamblea se siente) Luego:

Ya pasamos del Antiguo Testamento a la Nueva Alianza. Ahora, el apóstol Pablo nos invita a morir con Cristo a todo lo que nos aleja de Dios, para vivir como verdaderos resucitados.



Inmediatamente después de la Epístola, el guía dice:



¡¡Cristo ha resucitado!! Este hecho glorioso es el fundamento de nuestra fe. Nos ponemos de pie y acompañamos alegremente la entonación del Salmo Aleluiático. (El salmo se sigue de pie) (Si es necesario, cuando finaliza, el guía invita a permanecer de pie)



(Salmo Aleluiático, Evangelio y Homilía)


LITURGIA BAUTISMAL


BENDICIÓN DEL AGUA

En la tercera parte de esta Vigilia, llamada Liturgia Bautismal, el sacerdote se acercará a la fuente bautismal para bendecir el agua que nos recuerda nuestro bautismo. Nos ponemos de pie.



(El sacerdote dice: “Invoquemos queridos hermanos, a Dios Todopoderoso, y pidámosle que con su poder santifique esta agua, para que cuantos en ella renazcan por el bautismo sean incorporados a Cristo y contados entre los hijos de adopción”.)



RENOVACIÓN DE LAS PROMESAS BAUTISMALES. El guía dice:

Encendemos nuevamente nuestras velas con la luz del cirio pascual y permanecemos de pie. (pequeña pausa) El Bautismo es el Sacramento que nos inicia como verdaderos Hijos de Dios, ya que por él morimos al pecado para resucitar a la vida nueva. Preparados durante la Cuaresma para este momento, renovemos enfáticamente las promesas de nuestro bautismo, respondiendo con un vibrante “¡sí, renunciamos!” a las propuestas del sacerdote y con un sonoro “¡sí, creemos!” a las enunciaciones de los fundamentos de nuestra fe.



Concluída la renovación de las promesas bautismales, el sacerdote procede a asperjar a la Asamblea con agua bendita. El guía dice:



Recibamos con fe el agua bendita que, al recordarnos nuestro bautismo, nos compromete a vivir más cristianamente. Cantamos .....



Luego de la aspersión, cuando el sacerdote vuelve a la sede para la Oración de los Fieles, El guía dice:



Podemos apagar nuestros cirios permaneciendo de pie.



(Se omite el Credo y se continúa con:



ORACIÓN DE LOS FIELES



A CADA INTENCIÓN RESPONDEMOS: “Por Jesús Resucitado, escúchanos Señor”



• Por la Iglesia, que hoy vuelve a cantar alegremente el Alleluia Pascual, para que sea luz y salvación de todos los pueblos. Oremos...



• Por el Papa Benedicto, nuestro Obispo Jorge, sus obispos auxiliares, por todos los obispos, sacerdotes y diáconos para que, iluminados por la luz de Cristo anuncien sin renunciamientos a todos los pueblos el Evangelio de Nuestro Señor. Oremos...



• Por la paz en el mundo, para que en este tiempo pascual vuelva la concordia a todos los pueblos y cesen las luchas que conmueven los corazones de los hombres. Oremos...



• Por nuestros gobernantes, para que sepan ser guiados por la Luz del Señor, en la búsqueda de las soluciones más eficaces para llevar bienestar a la inmensa multitud de desamparados. Oremos...



• Por todos los que sufren, por los que están sin trabajo, los enfermos, las personas que están solas, por los ancianos de los institutos geriátricos, los niños de la calle, los que no tienen techo donde cobijarse, para que encuentren a través nuestro, en Cristo Resucitado, la esperanza y la fortaleza para seguir luchando. Oremos...



• Por nosotros y por nuestra comunidad, para que honremos esta Pascua dando verdadero testimonio de vivir una vida nueva. Oremos...



LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS: (Si es necesario el guía pide que las personas que están en el pasillo central permitan el paso de las ofrendas)



En la última parte de esta solemne Vigilia Pascual, damos comienzo a la Liturgia de la Eucaristía.

Hermanos de nuestra comunidad, acercan al altar las ofrendas dedicadas especialmente para esta celebración.

Después de la incensación de las ofrendas y el altar, cuando se va a incensar a la Asamblea, el guía dice:

Nos ponemos de pie.

COMUNIÓN:

Hermanos: Hemos resucitado con Cristo. Vayamos gozosos a recibirlo en la Eucaristía cantando....

SALUDO A LA VIRGEN: (después de la bendición)

Compartamos la alegría de nuestra Madre del Cielo, cantando con alborozo el “Regina Cæli”.



DESPEDIDA

Con el mejor deseo de ¡¡Felices Pascuas!! para todos, nos despedimos cantando…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias. Muy útil y muy claro para quien tiene el ministerio de acompañar a la asamblea litúrgica a una participación activa, conciente y fructuosa de la Euacristía, tal como nos pide la Sacrosantum Concilium.