5 de diciembre de 2009

Santo Padre Pío y la Eucaristía

"Cada mañana, antes de unirme a él en el Santísimo Sacramento, siento que mi corazón es atraído por una fuerza superior. Siento tanta sed y hambre antes de recibirlo, que es una, maravilla que yo no muera de ansiedad. Cuando terminó la Misa, me quedo con Jesús para rendirle gracias. Mi sed y mi hambre no disminuyen después de haberle recibido en el Santísimo sacramento, sino mas bien, aumentan constantemente. El corazón de Jesús y mi propio corazón, se fundieron. Ya no eran dos corazones palpitantes, sino solo uno. Mi corazón se perdió como una gota de agua se pierde en el océano."
Padre Pío

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tengo sed. Ese grito de Jesús en la Cruz sigue resonando en cada Eucaristía. Esa sed de Jesús por nosotros, sacia la que tenemos de ÉL.