Bendito y Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar
“La Beatísima Virgen
María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original desde el primer
instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente,
en atención a los méritos de Cristo Jesús, Salvador del género humano”, afirma
la Bula “Ineffabilis Deus” sobre la Inmaculada Concepción de María.
Acto de contrición
Señor mío Jesucristo,
Dios y hombre verdadero. Ante tu divina presencia eucarística reconozco que he pecado
muchas veces y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa haberte ofendido.
Ayudado de tu divina gracia, propongo no volver a caer más, confesarme y
cumplir la penitencia que el confesor me imponga. Amén.
Oración:
Dios te salve, María,
llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen
soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y preservada por ello de toda
culpa desde el primer instante de tu Concepción; así como por Eva nos vino la
muerte, así nos viene la vida por ti, que, por la gracia de Dios, has sido
elegida para ser madre del nuevo pueblo que Jesucristo ha formado con su
sangre, sangre derramada en la Cruz y presente en la Eucaristía.