16 de julio de 2015

Nuestra Señora del Carmen, ruega por nosotros


Oh Nuestra Señora del Carmen, Mujer eucarística, por las horas de adoración eucarística donde  experimentamos la gracia de estar en Presencia de Dios como en el “monte santo”, tú que te manifestaste como Nuestra Señora del Monte Carmelo, haz que adore a Jesús presente en la Eucaristía, con el mayor fervor del que soy capaz y te ruego que me concedas todo cuanto necesito para alcanzar las altas cumbres de la santidad para la gloria del mismo Jesús Sacramentado.

15 de julio de 2015

El Rosario ante el Santísimo Sacramento: misterios gloriosos

PRIMER MISTERIO GLORIOSO

Se contempla a Nuestro Señor Jesucristo resucitado de la muerte a la vida.
Me congratulo contigo, oh Jesús mío, por esa gloria que alcanzaste en tu Resurrección, y bendigo de todo corazón la hermosa mañana de aquel día sagrado en que, glorioso y vencedor de la muerte, saliste del sepulcro para nunca más morir. Por aquella nueva felicidad de tu Corazón divino, y por el gozo de tu Madre bienamada y de los Apóstoles al verte resucitado a una vida nueva y gloriosa, haz, oh Jesús mío, que la frecuente Comunión de tu Cuerpo glorioso me gane la victoria sobre mis pasiones, indiferencias e ingratitudes, y también la resurrección espiritual. Encontrarte en la Eucaristía será entonces encontrar el Cielo con toda su venturanza.

Padrenuestro, 10 Avemarías, Gloria.

14 de julio de 2015

El Rosario ante el Santísimo Sacramento: misterios dolorosos


PRIMER MISTERIO DOLOROSO

Se contempla la agonía de Jesús en el Huerto de Olivos.
Oh amado Jesús mío, al contemplarte en el Huerto de Olivos espantado, estremecido, empapado en sangre y puesto en agonía extrema por la precognición de todos los pecados humanos, incluidos los míos, se me desgarra el corazón de advertir cómo en esa situación fuiste abandonado por todos, y se me parte el alma de oir aquella queja tuya a los Apóstoles: «¿Pues no pudisteis velar una hora conmigo?».
Oh Jesús, desde el Huerto tú previste también, con tu Corazón divino dolorido, cómo te abandonarían en el santo Sagrario tantos cristianos que, atareados con ocupaciones mundanas, te olvidan por completo y no hallan una hora en toda la semana, ni aun en un mes entero, para pasar con tu Persona eucarística y así aliviarte las amarguras de tu piadoso corazón. ¡Ah! Líbrame, oh Jesús, de hacerme merecedor de tu reproche a los Apóstoles; concédeme la gracia de poder y querer venir a menudo a adorarte y amarte en este Sacramento de Amor y con mi hora de adoración repararte el abandono de tantos hermanos míos y consolar tu Corazón divino.

Padrenuestro, 10 Avemarías, Gloria.

13 de julio de 2015

El Rosario ante el Santísimo Sacramento: misterios gozosos



Oh María, Madre bienamada de Jesús y Madre mía carísima, heme aquí postrado de alma ante tu Hijo presente en este Sacramento de Amor para contemplar los misterios de tu Santo Rosario en los que tan grande fue tu parte. A ti, Señora, suplico que vuelvas a mí desde el Cielo tus ojos misericordiosos y, reunidos por ti mis pensamientos y afectos en Jesús Sacramentado, comuniques a mi pobre corazón algo del cariño, la pena y la dicha que en los misterios gozosos, dolorosos y gloriosos llenaron tu tiernísimo Corazón. Oh María, dame luz para contemplar en la Sagrada Hostia la reunión del gozo, dolor y gloria de los misterios del Rosario para el bien de mi alma.

PRIMER MISTERIO GOZOSO

Se contempla al Ángel Gabriel anunciando a la Virgen María que el Hijo de Dios se humanó en su sagrado seno. Oh Virgen María, tú que con la virtud de la humildad y virginidad agradaste a Dios hasta el punto de ser elegida y constituida Madre de su Hijo: en la Santa Comunión también yo recibo en mi pecho a ese mismo Jesús, mi Redentor, que se humanó en tu seno. Ruego a tu piedad que me dotes el corazón de las virtudes de humildad y pureza para que yo pueda recibirlo con frecuencia, y cada vez que lo hiciere, esto redunde en su agrado y mi beneficio.
Padrenuestro, 10 Avemarías, Gloria.

12 de julio de 2015

Juan Pablo II: La empresa evangelizadora alentada por la Corona española permitió fomentar los tres grandes amores del catolicismo: la Eucaristía, la Virgen María y la Iglesia



MENSAJE DEL PAPA JUAN PABLO II A LOS OBISPOS, SACERDOTES, RELIGIOSOS, RELIGIOSAS,  Y LAICOS DE AMÉRICA LATINA  CON MOTIVO DEL V CENTENARIO  DE LA PRIMERA MISA CELEBRADA EN EL NUEVO CONTINENTE

Queridos Hermanos en el Episcopado, sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles.
Es para mí motivo de gran gozo dirigiros un cordial saludo y unirme espiritualmente a la celebración eucarística que  en la solemnidad de la Epifanía, manifestación de Cristo a todos los pueblos— os congrega en La Isabela, para conmemorar los 500 años de la primera Misa que selló el comienzo propiamente dicho de la Evangelización del Nuevo Mundo.

Es justo que tan significativo acontecimiento sea recordado en este día y por eso, junto con tantos fieles latinoamericanos que participan a través de los medios de comunicación social, me siento particularmente cerca de vosotros para dar gracias al Señor por los abundantes dones recibidos durante estos cinco siglos, así como por los copiosos frutos de vida cristiana que El ha ido suscitando en las diversas Comunidades eclesiales de la República Dominicana y de toda América Latina.

En su primer viaje Cristóbal Colón plantó la Cruz de Cristo, el 12 de octubre de 1492, como primordial signo espiritual de su llegada a las nuevas tierras y del encuentro con sus pobladores. Pero fue sólo en el segundo viaje cuando, en la gran expedición « pobladora », doce misioneros con el Vicario Apostólico Fray Bernardo Boyl llegaron a La Española, hoy Santo Domingo, el 22 de noviembre de 1493.

La empresa evangelizadora fue alentada por la Corona española. En efecto, en la Instrucción Real se ordenaba al Almirante que « trabajase por atraer a los moradores de aquellas islas a la fe católica y que para dar impulso eficaz a la evangelización enviaba con él al Docto Fray Bernardo Boyl, ermitaño de Monserrat, que habría de efectuar la instrucción religiosa a los nativos » (29-V-1493). Al inaugurar hoy el hermoso templo erigido como recuerdo perenne del solemne inicio de la Evangelización de América, es justo resaltar que, ya desde entonces, los misioneros fomentaron los tres grandes amores que han caracterizado la fe católica de vuestros pueblos: amor a la Eucaristía, amor a la Madre del Salvador y amor a la Iglesia en la persona del Sucesor de Pedro.


11 de julio de 2015

San Benito: oraciones de la Misa


Antífona de entrada
Hubo un varón de vida venerable, bendecido por la gracia y por su nombre,
que dejando su casa y los bienes paternos, buscando vivir sólo para Dios,
pidió el hábito de la vida monástica.

Oración colecta
Señor y Dios nuestro, que hiciste del abad san Benito
un esclarecido maestro en la escuela del servicio divino,
concédenos que, sin anteponer nada a tu amor,
avancemos con un corazón generoso
por el camino de tus mandamientos.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios, por los siglos de los siglos.

10 de julio de 2015

La dimensión sagrada de la Liturgia


Lo «sagrado» cristiano (cf. 210: La Iglesia es sagrada). En la vida litúrgica es frecuente el uso de la categoría de «sagrado». Pero ¿qué es lo sagrado en la Iglesia? En un sentido amplio, toda la Iglesia es sagrada, pues ella es «sacramento universal de salvación» (LG 48b, AG 1a). Sin embargo, el lenguaje tradicional suele hablar más bien de sagradas Escrituras, lugares sagrados, sagrados cánones conciliares, sagrados pastores, etc., y por supuesto, sagrada liturgia. En efecto, en Cristo, en su Cuerpo místico, que es la Iglesia, se dicen sagradas aquellas criaturas –personas, cosas, lugares, tiempos, acciones– que han sido especialmente elegidas y consagradas por Dios en orden a su glorificación y a la santificación de los hombres. Esa dedicación a Dios exige, normalmente, una exclusividad –la de un cáliz, por ejemplo–, que no permita el uso de esa criatura sagrada para usos profanos, por honestos que sean.


9 de julio de 2015

ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA PARA ANTES DE LA COMUNIÓN


Oh gran Madre de Dios, María Santísima, Virgen inmaculada, ven a visitar la casa tan pobre de mi alma, y quítale todo lo que pueda apenar los purísimos ojos de tu Hijo divino. Cubre con el manto de tu pureza mi miseria y maldad, y dame pensamientos, afectos y palabras para acoger al Dios que acogen las almas buenas, al Cordero inmaculado… ¡Oh purísima Virgen a quien invoco! Seme Guía, Maestra y Madre, para que yo pueda acercarme del modo más conveniente posible a Jesús Sacramentado.

8 de julio de 2015

QUINCE MINUTOS EN COMPAÑÍA DE JESÚS SACRAMENTADO


EL ALMA: Jesús… Tú me conoces bien, ¿no es así? Sabes mi nombre… lees mi interior… conoces mi pesadumbre… te apiadas de mí… sabes que quiero amarte…
¡Amarte sin restricciones! Ah, poco importará si fuere de todos olvidado… relegado… maltratado… con tal de ser conocido, asociado y amado por mi Jesús…

JESÚS: He oído tu voz, alma amada… Acércate a mi altar, nada temas… Con la misma confianza del niño que se acerca al regazo de su amada Madre, acércate a mí… Tal vez te atemorice mi presencia… Háblame… pídeme gracias… porque eres pecador… ¡me ofendiste!… Eso indica que todavía no me conoces bastante.
¿Pero no te atraje yo infundiéndote el ansia de venir ante mí? ¿Y no es por ti que me oculto en el Sagrario, prisionero del amor, para poder llenarte de gracias?
Acércate, pues, a mí. Olvida mi grandeza infinita. Recuerda solamente el amor que te tengo, especialmente en este Santísimo Sacramento. Dime cuánto me amas y qué deseas de mí.

7 de julio de 2015

Carta al Papa Francisco


¿También ustedes quieren irse?

En el capítulo 6 de san Juan se nos narra el primer (aparente) “fracaso pastoral” de la Iglesia protagonizado por el mismo fundador: Jesús de Nazaret, el Mesías, el Hijo de Dios vivo (cfr. Mt. 16, 16).
Ante la huida generalizada del auditorio después de haber predicado el discurso del Pan de Vida los mismos discípulos comienzan a murmurar diciendo: “¡Es duro este lenguaje! ¿Quién puede escucharlo?” (Jn. 6, 60). No debemos olvidar que los discípulos venían entusiasmados por la masiva respuesta favorable que su Maestro había conseguido luego de haber multiplicado los panes, con lo cual este abandono prácticamente total resultaba un golpe mucho más difícil de asumir. Ante esta situación la tentación está servida a la mesa: retoquemos la doctrina del Pan de Vida, replanteemos la presentación del mismo, es decir, no podemos permanecer faltos de compasión ante esta multitud que se aleja. El mismo Jesús nos acaba de invitar a ser compasivos frente a la muchedumbre hambrienta: “¿Dónde compraremos pan para darles de comer?” (Jn 6, 5). ¡No podemos permanecer indiferentes –ahora– por una cuestión doctrinal! Sería traicionar la actitud misericordiosa que el mismo Cristo vive e invita a vivir frente a la fragilidad del santo pueblo fiel.