4 de junio de 2010

FIESTA DE CORPUS CHRISTI

Todos, sacerdotes y fieles, nos nutrimos de la misma Eucaristía, todos nos postramos a adorarla".

BENEDICTO XVI
Algunos fragmentos de su Homilía en la Solemnidad del “Corpus Christi” ROMA, jueves 3 de junio de 2010


Queridos hermanos y hermanas:
El sacerdocio del Nuevo Testamento está estrechamente ligado a la Eucaristía. Por esto hoy, en la solemnidad del Corpus Domini y casi al término del Año Sacerdotal, somos invitados a meditar sobre la relación entre la Eucaristía y el Sacerdocio de Cristo. (…)
El salmo, contiene en la última estrofa una expresión solemne, un juramento de Dios mismo, que declara al Rey Mesías: “Tú eres sacerdote para siempre / a semejanza de Melquisedec" (Sal 110,4); así el Mesías es proclamado no sólo Rey, sino también Sacerdote. (…) "Tu eres sacerdote para siempre, Cristo Señor": casi una profesión de fe, que adquiere un particular significado en la fiesta de hoy. Es la alegría de la comunidad, la alegría de la Iglesia entera, que contemplando y adorando al Santísimo Sacramento, reconoce en él la presencia real y permanente de Jesús sumo y eterno Sacerdote. (…)
¿En qué sentido Jesús es sacerdote? Nos lo dice precisamente la Eucaristía. Podemos volver a partir de esas sencillas palabras que describen a Melquisedec: “ofreció pan y vino” (Gn 14,18). Y esto es lo que hizo Jesús en la Última Cena: ofreció pan y vino, y en ese gesto se resumió totalmente a sí mismo y a su propia misión. (…) la pasión de Cristo se presenta como una oración y como una ofrenda. Jesús afronta su “hora”, que lo conduce a la muerte de cruz, inmerso en una profunda oración, que consiste en la unión de su propia voluntad con la del Padre. Esta doble y única voluntad es una voluntad de amor. Vivida en esta oración, la trágica prueba que Jesús afronta es transformada en ofrenda, en sacrificio viviente.
(…)“Aun siendo Hijo, con lo que padeció experimentó la obediencia”. El sacerdocio de Cristo comporta el sufrimiento. Jesús ha sufrido verdaderamente, y lo ha hecho por nosotros. (…) A través de este proceso Jesús ha sido “perfeccionado” , en griego teleiotheis. Éste indica el cumplimiento de un camino, es decir, precisamente el camino de educación y transformación del Hijo de Dios mediante el sufrimiento, mediante la pasión dolorosa. Es gracias a esta transformación que Jesucristo se ha convertido en "sumo sacerdote" y puede salvar a todos aquellos que se confían a Él.(…)
Volvamos, en nuestra meditación, a la Eucaristía, que dentro de poco estará en el centro de nuestra asamblea litúrgica. En ella Jesús anticipó su Sacrificio, un Sacrificio no ritual, sino personal. (…)Esta es la obra del sacerdocio de Cristo, que la Iglesia ha heredado y prolonga en la historia, en la doble forma del sacerdocio común de los bautizados y del ordenado de los ministros, para transformar el mundo con el amor de Dios. Todos, sacerdotes y fieles, nos nutrimos de la misma Eucaristía, todos nos postramos a adorarLa, porque en ella está presente nuestro Maestro y Señor, está presente el verdadero Cuerpo de Jesús, Víctima y Sacerdote, salvación del mundo. ¡Venid, exultemos con cantos de alegría! ¡Venid, adoremos! Amén.

Para leer la Homilía completa entrar en (
ZENIT.org)

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