8 de junio de 2010

El corazón de Jesús en el Sagrario tiene algo que decirte


Por el Obispo Manuel González †

“TENGO ALGO QUE DECIRTE....”
(Lc. 7,40.)

¡Él a ti! ¿Puedes medir toda la distancia que hay entre esos dos puntos? ¿No? Pues tampoco podrás apreciar cumplidamente todo el valor de ese interés que tiene Él en hablarte a ti. ¡Él a ti!
Nosotros tan insignificantes, pese a nuestro orgullo, en el mundo y ante los hombres; nosotros, para quienes ni los reyes, ni los sabios, ni los ricos, ni los poderosos, ni aun casi nadie en el mundo tienen ni una palabra ni un gesto de interés, sabemos, ¡bendito Evangelio que nos lo ha revelado!, que el Rey más sabio, rico, poderoso y alto nos espera a cualquier hora del día y de la noche en su Alcázar del Sagrario para decimos a cada uno con un interés revelador de un cariño infinito la palabra que en aquella hora nos hace falta. Y ¡que todavía haya aburridos, tristes, desesperados, despechados, desorientados por el mundo! ¿Qué hacen que no vuelan al Sagra­rio a recoger su palabra, la palabra que para esa hora suprema de aflicción y tinieblas les tiene reservada el Maestro bueno que allí mora?
Y ¡tiene tanto valor esa palabra! ¿No has visto cómo se calma el ansia del enfermo dudoso de la gravedad
(de su mal al oír al médico la palabra tranquilizadora y anunciadora de pronta mejoría? ¡Y la palabra del médico no cura! ¡La Palabra del Sagrario, si!
Alma creyente, lee en buena hora libros que te ilustren y alienten, busca predicadores y consejeros que con su palabra te iluminen y preparen el camino de tu santificación; pero más que la palabra del libro y del hombre, busca, busca la palabra que para ti, ¿lo oyes?, para ti sola tiene guardada en su Corazón para cada circunstancia de tu vida el Jesús de tu Sagrario.
Ve allí muchas veces para que te de tu oración, que unas veces será una palabra de la Sagrada Escritura o de los santos que tu conocías, pero con un relieve y un sentido nuevos, otras veces será un soplo, un impulso, una dirección, una firmeza, una rectificación, no tienes más que pronunciar con el alma estas dos palabras:
Maestro, di...
Y sumergida en un gran silencio, no sólo de ruidos exteriores, sino de tus potencias, sentidos y pasiones, espera la respuesta suya.
Que te la dará no lo dudes, ¡es más fino...!

Extraído del libro “Qué hace y qué dice el Corazón de Jesús en el Sagrario”


Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío

1 comentario:

Josefina dijo...

Quisiera saber los datos completos de este libro "Qué hace y qué dice Jesús en el Sagrario". Muchas gracias!