7 de mayo de 2019

Pensamientos de Santo Tomás de Aquino sobre la Eucaristía II


En este sacramento hay que considerar dos cosas: el signo sacramental y la cosa significada por él. Ahora bien, ya hemos dicho que la cosa significada es la unidad del cuerpo místico sin la que no puede haber salvación, ya que fuera de la Iglesia no hay salvación, como tampoco la había en tiempo del diluvio fuera del arca de Noé, que, como se dice en 1 Pe 3, 20-21, significaba la Iglesia. Pero hemos dicho más arriba que la cosa significada por un sacramento se puede obtener antes de recibir este sacramento con sólo desearle. Luego antes de recibir este sacramento puede el hombre obtener la salvación por el deseo de recibirle, como también la puede conseguir por el deseo del bautismo, como se dijo antes.

Hay, sin embargo, aquí doble diferencia. Primera, que el bautismo es principio de la vida espiritual y puerta de los sacramentos, mientras que la eucaristía es coronación de la vida espiritual y fin de todos los sacramentos, como más arriba se dijo (q. 63, a, 6; q. 65, a. 3), ya que la santificación que éstos nos comunican nos prepara para recibirla o para consagrarla. por eso, la recepción del bautismo es indispensable para incoar la vida espiritual, mientras que la eucaristía es indispensable para culminarla. Pero no es indispensable recibirla de hecho. Es suficiente tenerla con el deseo, como con el deseo o la intención se tiene el fin.

La otra diferencia está en que por el bautismo el hombre se ordena a la eucaristía. De ahí que, por el mismo hecho de que los niños se bautizan, están orientados por la Iglesia hacia la eucaristía. por consiguiente, de la misma manera que cree con la fe de la Iglesia, así con la intención de la Iglesia desean la eucaristía y, por ende, reciben la cosa significada por ella. Pero no hay un sacramento anterior que les oriente hacia el bautismo. Por lo que, antes de recibir el bautismo, los niños no le reciben con el deseo, sino solamente los adultos. por eso, los niños no pueden recibir la cosa significada sin la recepción del sacramento. por tanto, la eucaristía no es indispensable para la salvación de la misma manera que el bautismo.

(Suma Teológica III, q. 73, a. 3).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por volver a publicar.

Anónimo dijo...

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