13 de julio de 2015

El Rosario ante el Santísimo Sacramento: misterios gozosos



Oh María, Madre bienamada de Jesús y Madre mía carísima, heme aquí postrado de alma ante tu Hijo presente en este Sacramento de Amor para contemplar los misterios de tu Santo Rosario en los que tan grande fue tu parte. A ti, Señora, suplico que vuelvas a mí desde el Cielo tus ojos misericordiosos y, reunidos por ti mis pensamientos y afectos en Jesús Sacramentado, comuniques a mi pobre corazón algo del cariño, la pena y la dicha que en los misterios gozosos, dolorosos y gloriosos llenaron tu tiernísimo Corazón. Oh María, dame luz para contemplar en la Sagrada Hostia la reunión del gozo, dolor y gloria de los misterios del Rosario para el bien de mi alma.

PRIMER MISTERIO GOZOSO

Se contempla al Ángel Gabriel anunciando a la Virgen María que el Hijo de Dios se humanó en su sagrado seno. Oh Virgen María, tú que con la virtud de la humildad y virginidad agradaste a Dios hasta el punto de ser elegida y constituida Madre de su Hijo: en la Santa Comunión también yo recibo en mi pecho a ese mismo Jesús, mi Redentor, que se humanó en tu seno. Ruego a tu piedad que me dotes el corazón de las virtudes de humildad y pureza para que yo pueda recibirlo con frecuencia, y cada vez que lo hiciere, esto redunde en su agrado y mi beneficio.
Padrenuestro, 10 Avemarías, Gloria.



SEGUNDO MISTERIO GOZOSO

Se contempla a la Virgen María visitando a Santa Isabel, y a San Juan santificado en el seno de su Madre. Tú, Santa Virgen María, no bien comenzaste a llevar en tu purísimo seno al Hijo de Dios hecho nuestro congénere, de puro amor a Dios y a los hombres volaste a los montes de Judea y a la ciudad de Hebrón para prestar servicio y transmitir santidad a tu prima Santa Isabel y a su hijo San Juan en su seno, colmados de alegría por tu visita.
Haz que yo también, cuando en la Santa Comunión hospede en el pecho a tu amado Hijo Jesús, me enamore de Dios y de mis hermanos. Pueda entonces yo desvelarme por poner en cumplimiento todo lo que dé gloria de Dios; pueda hacer a mi prójimo beneficios, especialmente atrayéndolo de todos los modos posibles al amor y reverencia a Jesús Sacramentado.
Padrenuestro, 10 Avemarías, Gloria.

TERCER MISTERIO GOZOSO

Se contempla el nacimiento del Niño Jesús en la gruta de Belén. Oh Santa Virgen María, por la alegría que trajo a tu tierno corazón el contemplar, entre celestes cánticos angélicos, a tu Hijo Jesús nacido, y por la desolación que te causó el verlo así en una gruta de animales, tiritando, despojado, dolorido y abandonado por la humanidad, te suplico que obres dos gracias en mi corazón. Como primera gracia, te pido que le origines su felicidad y fecundidad en Jesús en el Sacramento del Amor, máxime a la vista de su nuevo nacimiento sobre el Altar en las manos del sacerdote durante el Sacrificio de la Misa.
Como segunda gracia, te ruego que cuando mi corazón, frío, pobre y desamparado como la gruta de Belén, reciba a Jesús, me lo enciendas de amor, enriquezcas de virtudes y acompañes de afectos purísimos que reproduzcan en él las disposiciones internas que tenías en la gruta de Belén cuando abrazaste y estrechaste a tu amado Niño Jesús por primera vez.
Padrenuestro, 10 Avemarías, Gloria.

CUARTO MISTERIO GOZOSO

Se contempla a la Virgen María yendo al templo para la purificación y presentando a su Hijo en manos del Profeta Simeón. Tú fuiste al templo, oh Virgen María, para cumplir el precepto de la purificación, y fuiste sin obligación alguna, habiendo permanecido virgen tras el divino parto, siendo pura e inmaculada, y pudiendo justamente llamarte tú misma templo de santidad y de toda virtud. Cumpliste además un extremo sacrificio del corazón cuando, confiado tu Hijo en manos del Profeta Simeón, lo ofreciste a Dios como víctima por los pecados de todos los hombres. Por ese acto de humildad y amor a Dios y a los hombres, quédate conmigo; y con tu compañía bríndame ayuda para purificar mi corazón de toda culpa al recibir a Jesús en Comunión; hacerme, por la observancia exacta de su Sagrada Ley, digno de acercarme a Él; recibirlo con los santos deseos del viejecillo Simeón; y ofrecerme a Él como víctima pura en el Sacramento del Amor.
Padrenuestro, 10 Avemarías, Gloria.

QUINTO MISTERIO GOZOSO

Se contempla a la Virgen María como perdiese a su Hijo Jesús y lo hallase en el templo.
Por aquel tajante y acerbo dolor del corazón que tuviste juntamente con tu Esposo José cuando sin culpa perdisteis a Jesús en Jerusalén, y por aquella alegría y solaz que tuvieron vuestros corazones cuando tres días después lo hallasteis en el templo entre los doctores, ¡ah! obtenme la gracia de que, si alguna vez se apartare de mí tu amado Hijo Jesús por mis culpas o para probar mi amor, yo no desespere de reencontrarlo, mas, como tú y José, lo busque con gran diligencia en el templo —en el santo Sagrario— y en su presencia me quede durante mis angustias y noches oscuras, hasta que como vosotros lo halle con solaz y regocijo de corazón.
Padrenuestro, 10 Avemarías, Gloria.


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