9 de enero de 2013

Fiesta del Bautismo del Señor: guión para la santa Misa


Antes que entre el celebrante:

 Hermanos: La liturgia nos plantea el inicio del ministerio público de Jesús. El  llama a sus discípulos. Desde nuestro Bautismo pertenecemos al grupo de los amigos de Jesús e intentamos seguirle, aprender a vivir como él, mirar la vida como la miraba él, acercarnos a los necesitados como se acercaba él, orar con confianza al Padre como él, contagiar esperanza como la contagiaba él. Que esta celebración nos ayude a profundizar en lo que Dios quiere de nosotros. Nos ponemos de pie para recibir al sacerdote.

Antes de la liturgia de la Palabra:

Dios tiene la iniciativa y nos llama en el silencio de la noche, o en el quehacer cotidiano. No le importa ni el lugar, ni la hora, ni la edad; Él sabe esperar el momento oportuno. Nos sale al encuentro, pero no se nos impone. Lo importante es "estar" abierto, receptivo, vigilante.

Oración de los fieles:

A cada intención respondemos: “Padre escucha la oración de tus hijos"

- Para que la Iglesia, sea siempre dócil a Dios y transmita a todos los hombres el mensaje del Evangelio, con un compromiso serio en ofrecer el verdadero rostro del Dios de la Vida, oremos...

- Para que las comunidades cristianas de Medio Oriente con frecuencia discriminadas reciban del Espíritu Santo la fuerza de la fidelidad y la perseverancia, oremos...

- Para que en este año de la Fe los cristianos puedan profundizar en el conocimiento del misterio de Cristo y testimoniar con alegria el don de la Fe en El oremos...

- Para que quienes nos reunimos en la celebración dominical, nos comprometamos con fidelidad, en el seguimiento a Jesús, oremos…

- Para que en cada hermano que sufre descubramos a tu mismo Hijo que hoy nos urge a que en él lo ayudemos, oremos…

Antes de las Ofrendas:

El Señor nos llama en forma personal a seguirlo; ahora, junto al pan y el vino presentemos el compromiso de ser siempre oyentes fieles de su Palabra y encarnar esta respuesta en nuestras vidas.

Antes de la Comunión:

Una alma triste está a merced de muchas tentaciones. Nos acercamos a comulgar, sabiendo que la Santa Eucaristía nos fortalece para vivir en gracia de Cristo y nos invita a permanecer unidos al Verbo hecho carne para no perder la alegría del Señor. Les recordamos que para ello debemos tener dispuesto el corazón habiéndose acercado previamente al sacramento de la reconciliación si fuere necesario.

Antes de la Despedida:

Hermanos, ungidos con la fuerza del Espíritu Santo volvamos a nuestras tareas cotidianas sabiendo que Dios nos ama y nos quiere como a su Hijo.

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