2 de junio de 2014

Hora santa: vigilia de Pentecostes




Exposición del Santísimo Sacramento

Canto

Rezamos juntos:

Ven, Espíritu Santo, luz y gozo,

Amor, que en tus incendios nos abrazas:

renueva el alma de este pueblo tuyo

que por mis labios canta tu alabanza.


En tus fatigas diarias, sé descanso;

en su lucha tenaz, vigor y gracia:

haz germinar la caridad del Padre,

que engendra flores y que quema zarzas.


Ven, Amor, que iluminas el camino,

compañero divino de las almas:

ven con tu viento a sacudir al mundo

y a abrir nuevos senderos de esperanza. Amén




La gracia de María es gracia funcional. Toda gracia es funcional, en provecho de todos los demás, justos y pecadores.
La función de María es ser Madre de Dios, y su gracia es para nosotros lo que funda nuestra esperanza, ya que la preferida de Dios es mi Madre, ¡qué bien lo entendieron los cristianos de la Edad Media, en esos himnos maravillosos!
“Todo tu honor, lo alcanzaste para nosotros.
Tú tienes que sernos la puerta de la vida
Como Eva lo fue de la muerte”.
Cuando Dios ha elegido una persona para una función no cambia de parecer. San José, patrono de la Sagrada Familia; la Sagrada Familia creció y es la Iglesia, luego San José  patrono de la Iglesia. María al cuidado doméstico de la Sagrada familia…ésta crece, al cuidado doméstico de la Iglesia: “así como cuando vivía Jesús iba usted, o Madre, con el cántaro sobre la cabeza a sacar agua de la fuente, venga ahora a tomar agua de la gracia y traígala, por favor, para nosotros que tanto la necesitamos”.
María como Madre no quiere condecoraciones ni honras, sino prestar servicios. Y Jesús no va a desoír sus súplicas, Él, que mandó a obedecer padre y madre. Su primer inmenso servicio fue el “hágase...” y el “He aquí la esclava del Señor” .
Todos los teólogos de acuerdo en admitir que no habríamos tenido Encarnación  si María se hubiese resistido (¡cuántas encarnaciones de Dios en el alma de sus fieles fallan por nuestra culpa!). Dios hizo depender su obre del “Sí” de María. Sin hacer bulla prestó y sigue prestando servicio; esto llena el alma de una santa alegría y hace que los hijos que adoran al Hijo, no puedan separarlo de la Madre, Varonil, fuerte y tierna, esta devoción, afirmémosla, ¡Será la defensa de nuestros mejores valores!

San Alberto Hurtado


Ven del seno de Dios, oh Santo Espíritu,

a visitar las mentes de tus fieles;

y haz que los corazones que creaste

se llenen con tus dadivas celestes


Ilumine tu luz nuestros sentidos,

encienda el fuego de tu amor los pechos;

Espíritu de Cristo, fortalece

este barro mortal de nuestros corazones.


Danos, Amor, tu amor y la alegría

de conocer al Padre y a su Hijo,

de poseerte a ti que eres de entreambos

eternamente el inefable Espíritu. Amén.



“¡Este recibe a los pecadores!” (Lc 15, 2) Y ¡Es verdad!
(…)Si no es Jesucristo, ¿quién recibe misericordiosamente a los pecadores? ¿Acaso el mundo? ¿El mundo? ¡Por Dios!, si se nos asomara a la frente toda la lepra moral de iniquidades que quizás ocultamos en los repliegues de la conciencia, ¿Qué haría el mundo sino huir de nosotros gritando escandalizados: ¡fuera del leproso!?Rechazarnos brutalmente diciéndonos, como el fariseo ¡Apártate que manchas con tu contacto! (…)
¡Dios mío ten misericordia de mí! ¿Misericordia pides? ¡Pues nada temas! (…) ¡Grande la borrasca de mis pecados, Dios mío, mayor la bonanza de tu misericordia!
Jesucristo, luego que apareció en el mundo, ¿a quién llama? ¡A los magos! ¿Y después de los magos? ¡Al publicano! Y después de los publicanos a la meretriz, ¿Y después de la meretriz? ¡Al salteador! ¿Y después del salteador? Al perseguidor impío.
¿Vives como un infiel? Infieles eran los magos. ¿Eres usurero? Usurero era el publicano. ¿Eres impuro? Impura era la meretriz. ¿Eres homicida?  Homicida era el salteador. ¿Eres impío? Impío era Pablo, porque primero fue blasfemo, luego apóstol; primero perseguidor, luego evangelista… No me digas soy blasfemo, soy sacrílego, soy impuro! ¿Haz pecado? Haz penitencia. ¿Haz pecado mil veces? Haz penitencia mil veces, a tu lado se pondrá Satanás para desesperarte, no lo sigas, antes bien recuerda estas cinco palabras “este recibe a los pecadores” que son grito inefable del amor, efusión inagotable de misericordia y promesa inquebrantable de perdón. “Cuán hermosa es tornado a tus huellas, de nuevo por ellas seguro correr. No es tan dulce tras noche sombría, la lumbre del día que empieza a nacer”.


San Alberto Hurtado



Espíritu de Dios, la tierra llenas,

las mentes de los hombres las bañas en tu luz,

tú que eres Luz de Dios, divino fuego,

infunde en todo hombre la fuerza de la cruz.


Sé luz resplandeciente en las tinieblas

de quienes el pecado sumió en la obscuridad,

reúne en la asamblea de los hijos

los justos que te amaron, los muertos por la paz.


Acaba en plenitud al Cristo vivo,

confirma en el creyente la gracia y el perdón,

reúnelos a todos en la Iglesia,

testigos jubilosos de la resurrección. Amén.



Mi vida(…)en alegría porque “ todo coopera a favor de los que aman a Dios” (Rom 8, 28), porque Cristo me ama; porque tengo su gracia, y no puedo dudar de ella; porque la muerte se acerca cada día, y con ella al cielo; porque las almas se salvan por mi medio; porque nada podrá dañarme ni siquiera mis faltas ya que como dice San Juan “ tenemos un abogado” (1 Jn 2, 1) y no son falta de malicia, sino de debilidad y Dios conoce cada corazón del hombre en particular  y finalmente porque para los que aman a Dios nada les falta, todo termina por el bien…
Vivir con alegría, en la paz, en la serenidad sabiendo que Cristo y su Madre velan por nosotros, que tenemos el Padre que nos ama, y el Espíritu que mora en nuestros corazones. Y poseídos de esta dicha hacer partícipes de ella a los demás.
¡Qué simple resulta nuestra espiritualidad! Ser Cristo. Obrar como Cristo en cada circunstancia de mi vida, en lo que Cristo me ponga delante. ¡Qué alegre! Terminará en la visión y en el amor de Dios.

San Alberto Hurtado


Ven Espíritu Santo Creador
Ven, Espíritu Santo Creador
ven a visitar el corazón
y llena con tu gracia viva y eficaz
nuestras almas, que tú creaste por amor.
Tú, a quien llaman el Gran Consolador,
Don de Dios Altísimo y Señor,
eres vertiente viva, fuego que es amor,
de los dones del Padre el dispensador.
Tú, Dios que plenamente te nos das
dedo de la mano paternal,
eres tú la promesa que el Padre nos dio;
tu Palabra enriquece hoy nuestro cantar.

Los sentidos tendrás que iluminar,
nuestros corazones enamorar,
y nuestro cuerpo, frente a toda tentación,
con tu fuerza constante habrás de reafirmar.
Lejos al opresor aparta ya,
tu paz danos pronto, sin tardar;
y, siendo tú nuestra guía, nuestro conductor,
evitemos así cualquier error o mal.
Danos a nuestro Padre conocer
a Jesús, el Hijo, comprender,
y a ti, Dios, que procedes de tu mutuo amor,
te creamos con sólida y ardiente fe.

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