11 de marzo de 2014

Hora santa para jóvenes: preparando la semana santa

Todo el Antiguo Testamento era una preparación de la cena del Señor. Un hombre dio una gran cena: “¿Quién es ese hombre-exclama San Agustín- sino el mediador entre Dios y los Hombres, el hombre Cristo Jesús? A la hora de cenar, mandó a decir a los invitados: venid esta preparado (Lc. 14.16ss)

¿Quiénes son los invitados sino los llamados por los profetas?

Ellos fueron enviados con repetidas frecuencias para que el pueblo elegido por Dios fueran sus invitados. Ahora el mismo Dios a través de su Hijo, Jesús, no llama a participar de su banquete, somos sus invitados, lleguemos pues a la cena a la hora oportuna.

La Pascua de Ayer: Preparación de la Cena

La comida Pascual la pensó nuestro Padre Dios, desde toda la eternidad.
Buscar en la Biblia del libro del Éxodo 12. 21-28

Meditación

Vuelve a leer el texto, escribí aquellas frases o palabras que más inquietan tu corazón. Lo que te llama la atención, lo que te haya gustado.
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Ya desde la noche del éxodo de Egipto, Dios contemplaba la Eucaristía, ya desde entonces pensaba darnos al verdadero Cordero: Cuando yo vea la sangre- dice el señor- pasaré de largo ante vosotros. Es decir, os haré “hacer Pascua”, os perdonaré y os salvaré.

¿Qué veía de tan valioso el Señor en las casas de los judíos, para “pasar de largo” y para decirle a su ángel que no hiriese?...

La respuesta era que veía la Eucaristía.
Veía la sangre Redentora. Veía algo sagrado en esas casas. Esas casas eran pequeños sagrarios. Era la señal de que el Padre depositaba su mano paternal.
Hoy en esta Pascua, Dios Padre también quiere ver algo sagrado en nosotros. Nosotros también podemos pintar nuestros corazones con la sangre del cordero. Un cordero que él mismo provee. Hoy es el día de agarrar al Cordero que nuestro Padre nos da, y prepararnos para nuestra cena Pascual: pintemos los dinteles de nuestro corazón!!

Pintemos, marquemos, sellemos lo que queremos que sea custodiado por el Señor. En este día en que seremos testigos del derramamiento de esta misma sangre de la que veía el ángel, meditemos a quienes o que cosa queremos marcar con la sangre de Cristo. Que le queremos regalar al Señor, haciéndolo sagrado con su propia sangre.
San Pablo enseñaba y exhortaba a la comunidad de los Corintios lo mismo que hoy viene a decirte:

“Tu y yo hemos sido comprados a gran precio”

(1. Cor. 6.20)

Si la sangre de Cristo es el “precio” de nuestro rescate. Nosotros somos “preciosos” a causa del precio que Cristo ha pagado.

¿Quieres saber la fuerza de esta sangre?

Mira de donde comenzó a manar y donde tuvo su fuente: desde lo alto de la cruz, del costado del Señor.

Veneremos y meditemos y agreguemos la alabanza que nos salga de nuestro corazón…
-Sangre de Cristo, el unigénito del Padre Eterno,

-Sangre de Cristo, Verbo de Dios encarnado,

-Sangre de Cristo, del testamento nuevo y eterno,

-Sangre de Cristo, derramada sobre la tierra en la agonía,

-Sangre de Cristo, vertida copiosamente en la flagelación,

-Sangre de Cristo, brotada en la coronación de espinas,

-Sangre de Cristo, derramada en la cruz,

-Sangre de Cristo, prenda de nuestra salvación,

-Sangre de Cristo, precisa para el perdón,

-Sangre de Cristo, bebida eucarística y refrigerio de las almas,

-Sangre de Cristo, manantial de misericordia,

-Sangre de Cristo, vencedora de los espíritus malignos,

-Sangre de Cristo, que das valor a los mártires,

-Sangre de Cristo, fortaleza de los confesores,

-Sangre de Cristo, inspiración de las vírgenes,

-Sangre de Cristo, socorro en el peligro,

-Sangre de Cristo, alivio de los afligidos,

-Sangre de Cristo, solaz en las penas,

-Sangre de Cristo, esperanza del penitente,

-Sangre de Cristo, consuelo del moribundo,

-Sangre de Cristo, paz y ternura para los corazones,

-Sangre de Cristo, promesa de vida eterna,

-Sangre de Cristo, que libras a las almas del purgatorio,

-Sangre de Cristo, acreedora de todo honor y gloria,

-Sangre de Cristo,………………………………………………………….
La sangre de Cristo es el sello puesto sobre toda la Biblia.

Esta es testimonio de que “todo esta cumplido”.

La Pascua de Hoy: Jesús Eucaristía

Jesús, nos deja a nosotros a cargo de él. “Dios ha puesto su cuerpo en nuestras manos.”

¿Qué hacemos nosotros del cuerpo de Cristo?

No se puede contener los deseos de gritar:

¡Nosotros le hacemos violencia!

¿De qué modo le hacemos violencia?

Abusamos de la promesa con la que se ha vinculado a venir sobre el altar y dentro de nosotros. Lo obligamos cada día a realizar este supremo gesto de amor, a pesar de que nosotros estemos sin amor y, a menudo, incluso distraídos; y esto es hacerle violencia. Habría que ser delicados y tiernos con un niño que no puede defenderse y, en cambio, somos toscos y groseros con Jesús que, misteriosamente, no puede defenderse de nosotros.
Hoy en esta pascua el Padre quiere que en este viernes santo podamos abrazar un poco más el misterio de su encarnación en la Eucaristía. Nuestro Padre del cielo nos pide que en silencio meditemos como tratamos a su Cordero escondido en la Eucaristía

¿Somos consientes de nuestro trato con Jesús Eucaristía? ¿Cuándo vamos a comulgar, como agarramos o sostenemos su Cuerpo? ¿Tenemos delicadeza?

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 Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: "Tomen y coman, esto es mi Cuerpo". Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, diciendo: "Beban todos de ella, porque esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos para la remisión de los pecados. Les aseguro que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta el día en que beba con ustedes el vino nuevo en el Reino de mi Padre".

San Mateo 26. 26-29

Meditación

Escribí lo que más resuena en tu corazón.
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“Esto es mi Cuerpo…”

Jesús al dejarnos su cuerpo, no ha dejado como don toda su vida, desde el primer instante de la encarnación hasta el ultimo momento, con todo lo que concretamente había llenado dicha vida: silencios, sudores, fatigas, oración, luchas, humillaciones…

Regalémosle escribiéndole en esta tarde nuestros silencios, fatigas, luchas, oraciones...

“Jesús este es mi cuerpo” …………………………………………………………….

“Esta es mi Sangre…”

Jesús dice también: esta es mi Sangre, ¿Qué nos añade con esta palabra, si con el cuerpo ya nos ha dado toda su vida?

¡Añade la muerte! Después de habernos dado la vida, nos da también la parte más preciosa de está: su muerte.
Contemplemos a Jesús crucificado y muerto en la cruz.

“Reconoced en el pan, lo que colgó del madero, y en el cáliz lo que manó del costado”
Ustedes… Pueden beber del cáliz que yo beberé.

Buscar del +Evangelio según San Mateo 20. 20-23

Hoy muchas veces al igual que esta Madre, nos acercamos a Jesús y muchas veces también en forma de suplica, postrándonos, le pedimos a Jesús varios bienes. Le pedimos lo mejor para nosotros. Desde salud, trabajo, amistades. Cuando le pedimos estamos más pensando en lo que nos falta en vez de agradar a él. No somos concientes cuando pedimos. No nos damos cuenta que ya tenemos lo más que podemos tener; a Jesús mismo dentro nuestro. Podemos beber del mismo cáliz que Jesús vivió. Y esto no es más ni menos que vivir con Jesús, en Jesús y por Jesús. Vivir confiado a él sabiendo que lo mejor ya lo tiene pensado. Jesús nos dice…

“todos tus pasos me son familiares”

“El Padre de ustedes sabe lo que necesitan antes de que se lo pidan”

Pero nosotros hay algo que no sabemos bien y que queremos redescubrir… ¡que podemos beber del mismo cáliz de Jesús!

Jesús preguntó… “¿Pueden beber del cáliz que yo beberé?".

"Podemos, le respondieron.”
Jesús mismo hoy nos dice también a nosotros, sus discípulos que quisimos comer esta Pascua con él…

“¡Comed, amigos, bebed, queridos, embriagaos!”

Sangre de Cristo… ¡Embriáganos!

Beber de este cáliz nos sumerge en vivir con Jesús en su misma pasión. Nos llama a “completar en nuestra carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo”. Este es un buen momento para estar frente al cáliz y asumir, aceptar junto a Jesús aquellas dificultades que tenemos o que estamos atravesando. Jesús en este momento esta junto a nosotros. El esta a punto de tomar el cáliz que el Padre le dio. Se entrega como cordero llevado al matadero. Solo nos dice

“El que quiera ser mi discípulo que cargue con su cruz y me siga”

El que quiera ser mi discípulo que tome el cáliz y beba de él.

¿Quieres?

Junto a Jesús miremos cual es nuestra pasión, aquellos, dolores, problemas, aquello que nos hace sufrir…

Miremos su cáliz, su invitación a embriagarnos y a ser su discípulo.

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Joven… Gracias a la Eucaristía, ya no existen vidas “inútiles” en el mundo; nadie debería decir: “¿De qué sirve mi vida? ¿Para qué estoy en el mundo?”

ESTAS EN EL MUNDO PARA EL FIN MÁS SUBLIME QUE EXISTE:  PARA SER UN SACRIFICIO VIVO, UNA EUCARISTÍA CON JESUS

Desde esta pascua, Tu Padre Dios, te invita a hacerte Pascua con Jesús…

La Pascua de Siempre: Concorpóreos y Consanguíneos con Cristo

La Eucaristía no es solo la fuente o la causa de la santidad de la Iglesia; es también su modelo. La santidad del cristiano debe realizarse según la forma de la Eucaristía; debe ser una santidad Eucarística. El cristiano no puede limitarse a celebrar la Eucaristía, debe ser Eucaristía con Jesús.
“Madre Teresa, usted ha recibido muchos premios, ha fundado varias congregaciones que se han extendido por todo el mundo. Pero dígame: ¿cuál ha sido el acontecimiento más importante?”
Puedo decirle, sin temor a equivocarme, que el acontecimiento más importante de mi vida ha sido el encuentro con Cristo. Él es mi sustento y mi vida. El es la fuente de mi ser…
La Eucaristía, es el alimento indispensable de la caridad. Si no amamos a Dios, no podemos amar a nuestro prójimo, y si no amamos a nuestro prójimo no podemos amar a Dios… la fuerza que necesitamos para llevar adelante nuestra obra diaria, la encontramos en una vida espiritual y religiosa profunda.
¿Podría darnos, Madre, una definición de caridad?
Es muy difícil. La caridad es el amor en acción. Jesús nos ha mostrado su caridad viniendo a la Misa. Ha entregado su amor a una acción viviente: nos ha dado el pan de vida.
¿La caridad viene de la Eucaristía?
Si, es realidad viva. Cuando miramos la cruz, sabemos cuánto nos ha amado Jesús, pero cuando miramos la Eucaristía sabemos cuanto nos ama Ahora!. Es fuente de vida.  

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