«Tengo sed extrema de
ser honrado en el Santísimo Sacramento»
(Jesús a Santa María
Margarita Alacoque)
Alma cristiana, un solo
fin me mueve a encomendarte estas horas de adoración: que puedas conocer mejor
el amor de Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. Muchos olvidan a su
divino Salvador en este Sacramento de su Amor; otros se acuerdan de Él pero sin
rendirle debido homenaje; otros procuran ofrecérselo, pero fracasan —acaso a
pesar suyo—, ineptos para pasar un cuarto de hora en su presencia pensando en
Él, hablándole, y escuchándolo. Por fin, quienes tienen esas habilidades, poca
idea se hacen de la vida de Jesús en el sagrario y de las virtudes que nos pone
a la vista. Para remedio de todos esos males están compuestas estas horas de
adoración.
Tal vez, alma
cristiana, halles palabras que juzgues inadecuadas a la vista tu miseria. Si no
pudieres hacerlas tuyas, al menos las tomarás como indicios del amor que debe
encenderte ante Jesús sacramentado y las aprovecharás para percatarte de tu
nada y humillarte ante Él. Ganarás el gran beneficio de la humildad, título
imprescindible para acercarte a Jesús sacramentado.
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