1-Jesús, Te adoro
porque estas presente en esta Hostia. Te amo porque el amor te inspiró para que
Te quedes con nosotros. Jesús, creo en Ti, porque tu Palabra es Todopoderosa.
Eucaristía. Deseo ahora
posar mi cabeza sobre tu pecho, como tu discípulo, Juan, y escuchar los latidos
de tu corazón, el cual ardía con tanto amor en el momento que te entregabas por
nosotros.
San Lucas nos dejó
escrito: Cuando llegó la hora, se puso a la mesa con los apóstoles; y les dijo:
«Con ansia he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de padecer; porque
os digo que ya no la comeré más hasta que halle su cumplimiento en el Reino de
Dios.» Y recibiendo una copa, dadas las gracias, dijo: «Tomad esto y repartidlo
entre vosotros; porque os digo que, a partir de este momento, no beberé del
producto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios.» Tomó luego pan, y, dadas
las gracias, lo partió y se lo dio diciendo: Este es mi cuerpo que es entregado
por vosotros; haced esto en recuerdo mío.»
De igual modo, después
de cenar, tomaste la copa, diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza en mi
sangre, que es derramada por vosotros. «Pero la mano del que me entrega está
aquí conmigo sobre la mesa. Porque el Hijo del hombre se marcha según está
determinado. Pero, ¡ay de aquel por quien es entregado!» 22,14-22
-Jesús, Tú dijiste “este es mi cuerpo, esto es mi sangre”.
(Esta invocación la
repito interiormente)
3 - Jesús, Señor y Dios
presente, con qué ardor ardía tu corazón cuando dijiste las palabras :”Con
ardor deseé vivir con ustedes este momento”. Tú eres Dios, el Hijo de Dios, la
eterna palabra, santo de los santos, en infinito amor ardes vivamente por mi. Oh,
qué grande es el misterio de tu amor. Soy consciente de que no soy digno de tu amor
ni del anhelo de tu corazón. Se que a Ti no te molesta, porque amas sin condiciones.
Jesús, Señor presente,
enciende en mí, con la fuerza de tu Espíritu, un profundo anhelo, aquel mismo
con que fue encendido tu corazón, para que te anhele y, con ese mismo amor, yo
este junto a Ti. Mi corazón es frío y sin amor. No es capaz de devolver amor,
pero Tú Espíritu me puede hacer capaz.
-Jesús, enciende mi corazón de amor hacia Ti.
(Esta invocación la repito interiormente)
4 - Jesús, fue el
corazón de tu Madre el que ardió por Ti con el mismo anhelo que el tuyo.. En su
corazón estaba la verdadera respuesta a tu Amor. Únicamente ella entendió, y
con el corazón comprendió lo que sucedía en tu corazón. Yo te adoro con ella.
Solo ella tiene el derecho a decir, sobre cada Hostia, Este es el cuerpo de mi cuerpo
porque es tu Madre. Por eso ella con todo su ser te comprende y te recibe.
Oh María, gracias,
porque Tú estás en este momento conmigo, cuando deseo dar gracias y glorificar
a tu Hijo y a mi Salvador, porque se quedó conmigo en el pan Eucarístico. Haz
que por tu intercesión todo mi ser arda con el mismo amor con que ardía y destellaba
todo tu ser de Madre. "Queridos hijos! Hoy los invito a tomar en serio los
mensajes que Yo les doy y a vivirlos. Yo estoy con ustedes, queridos hijos, y
deseo que cada uno de ustedes esté cada vez más cerca de mi corazón. Por eso,
mis queridos hijos, oren y busquen la voluntad de Dios en su vida cotidiana. Yo
deseo que cada uno de ustedes descubra el camino de la santidad y que crezca en
ella hasta la eternidad. Yo oraré por ustedes e intercederé por ustedes ante
Dios, para que puedan comprender la grandeza de este regalo que Dios me
concede, de poder estar con ustedes. Gracias por haber respondido a mi
llamado!"Mensaje 24-4-90
-María, haz que mi corazón esté cerca del tuyo y junto a Ti esté cerca de mi Señor.
(Esta invocación la
repito interiormente)
5-Jesús, te doy gracias
y te bendigo por aquel instante en que frente a tus discípulos tomaste el pan y
el vino y con amor pronunciaste las palabras: “Tomad y comed, tomad y bebed
“Bendito seas por aquel instante en que dijiste: Hagan esto en memoria mía. Así
entregaste a tus apóstoles aquello que realizaste, para que ellos lo hagan en
todo tiempo. Haz que sea bendecido aquel instante en que los apóstoles en su
predicación empezaron a imponer las manos y transmitieron el mismo mandato en tu
Nombre, a los sacerdotes que ellos eligieron y en Tú nombre los enviaban a
realizar lo mismo. Por eso, hoy te glorifico y bendigo por cada uno de tu
Iglesia, quienes colaboraron en este deber divino y continúan haciendo lo que
Tú haces. Bendito seas en el Papa, en todos los Obispos, en todos los sacerdotes,
y en todos aquellos que se prepararon para continuar tu acción Eucarística. Haz
que sus corazones sean impregnados del mismo amor; haz que ardan con la misma
llama y la misma chispa de deseo con que ardía Tú corazón cuando pronunciaste
aquellas palabras.
Llénalos con Tú Santo
Espíritu para que en su misión participen de tu Sumo Sacerdocio.
-Jesús, haz los corazones de los sacerdotes semejantes al tuyo.
(Esta invocación la repito interiormente)
6 - Bendito sea, Jesús, aquel instante cuando por primera vez les diste la comunión a tus apóstoles. Cuando de esa manera real y oculta fuiste parte de sus vidas. Bendito seas por todos aquellos que son tus apóstoles por mandato tuyo y alimentan con el Pan Celestial y ofrecen el cáliz de salvación.
Bendito y glorificado
seas en aquellos que hoy se alimentan de Ti, aquellos que creen que Tú estas
presente en el pan y en el cáliz. Haz que sea bendecido todo aquel que brinda
la comunión diciendo: “El Cuerpo de Cristo “ y todos aquellos que responden con
fe: Amén
Jesús, haz que con la
fuerza de tu Espíritu cada comunión, para cada comulgante, sea un encuentro de
amor. Haz que cada corazón se prepare dignamente para tu venida.
Me entristecen todas
las comuniones recibidas superficialmente en mi vida, las que fueron indignas
de Ti y de tu amor.
Por eso, hoy, deseo
expresar más amor aún, y deseo arder más hondamente en el anhelo por Ti. Amen.
-Te glorifico, te bendigo y me regocijo en Tí.
(Esta invocación la repito interiormente)
Te glorifico con
aquellas comunidades que te adoran día y noche; bendícelas Señor Jesús,
cólmalas con el espíritu de adoración para que su presencia frente a Ti sea un tiempo
de encuentro gozoso. Haz que todos los corazones que te adoran se unan a Ti plenamente.
Que todos los adoradores sean uno en Ti como Tú eres uno con el Padre y el
Espíritu Santo. Te adoro en aquellas Iglesias y Capillas en que tu pueblo te
olvidó y permaneces siempre solo.
Derrama Tu Espíritu
sobre las comunidades parroquiales en las cuales no se les despertó el espíritu
de adoración. Cuando Tú derrames tu Espíritu, cuando tu Espíritu los haga
entrar en el misterio de tu presencia, ellos vendrán y te adorarán.
-Te adoro en nombre de aquellos que se olvidaron de Ti.
(Esta invocación la repito interiormente)
8 - Jesús, Te doy
gracias porque te quedaste con nosotros en el pan y en el vino.
Te venero con toda mi
alma, con todos los ángeles y santos y te canto la canción del gratitud. Señor,
se que hay quienes te deshonran. Sé que existen misas negras y actos en los que
te humillan y pisotean.
Sé que existen sectas
satánicas que exigen de sus integrantes que obtengan Hostias consagradas con la
mala intención de pisotear tu Amor.
Jesús, te presento
ahora, en este tiempo, mi amor, mi entrega, mi profundo respeto, mi alabanza y
mi canción como compensación por las ofensas que conscientemente te infligen.
Con mi amor deseo
protegerte y estar contigo.
-Recibe mi amor en compensación de todas las ofensas.
(Esta invocación la repito interiormente)
- BENDICIÓN
Jesús, Santísimo Señor
creo en Tú amor por los enfermos y pecadores. Cuando comulgo digo con tu
Iglesia: “Di una palabra y mi alma quedará sana. Ahora te ruego, sana mi alma,
sana mi fe, mi amor, mi esperanza, calma mi corazón, libérame de toda inquietud.
Líbrame de toda angustia y de todo miedo, de todo aquello que me incita.
Protégeme de todo obrar
satánico. Protege a nuestras familias, a tu Iglesia y al mundo.
Glorifícate en todos
los enfermos y agobiados
(Nombra a aquellos por los cuales oras).
Glorificado seas y alabado Jesús, en el Santísimo Sacramento del Altar, desde ahora hasta la eternidad.
AMEN
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