7 de junio de 2015

Corpus Christi: actos de adoración al Santísimo Sacramento


1) Te adoro con toda humildad, oh Jesús Sacramentado, y te reconozco como verdadero Dios y verdadero hombre, y con este acto de adoración entiendo expiarte la frialdad de tantos cristianos que, al pasar frente a una iglesia o Sagrario, con su indiferencia se muestran semejantes a los judíos en el desierto, hastiados de ese maná celestial. Porque seas desagraviado de tamaña frialdad, te ofrezco también la Sacratísima Sangre de la llaga de tu pie izquierdo; y absorto en ella, digo mil y mil veces: Alabanzas y gracias sean dadas en todo momento al santísimo y divinísimo Sacramento.



2) Te adoro con toda humildad, oh Jesús Sacramentado, y te confieso presente en ese divino misterio. Con este acto de adoración entiendo expiar el desaire de tantos cristianos que al verte llevado a los pobres enfermos para confortarlos en el gran viaje de la eternidad, no te siguen, y apenas te dan signo de piedad. Porque seas desagraviado de tanta frialdad, te ofrezco también la Preciosísima Sangre que derramaste de la llaga de tu pie derecho; y absorto en ella digo mil y mil veces: Alabanzas y gracias, etc.

3) Te adoro con toda humildad, oh Jesús mío, verdadero Pan de la vida eterna, y con esta adoración entiendo repararte las heridas que tu corazón sufre a diario por la irreligiosidad en las iglesias, donde te dignaste quedarte bajo las especies sacramentales para ser adorado y amado por los cristianos. Porque seas desagraviado de tanta irreligiosidad, te ofrezco también la Preciosísima Sangre que derramaste de la llaga de tu mano izquierda; y absorto en ella repito sin cesar: Alabanzas y gracias, etc.

4) Te adoro con toda humildad, Jesús mío, Pan vivo bajado del Cielo, y con este acto de adoración entiendo expiarte todas las irreverencias diarias de los cristianos que oyen Misas sin parar mientes en que allí tú renuevas incruenta y amorosísimamente el mismo sacrificio que para nuestra redención consumaste en el Calvario. Ofrézcote asimismo en desagravio de tantas ingratitudes la Preciosísima Sangre que derramaste de la llaga de tu mano derecha; y, absorto en ella, uno mi voz a las de los Ángeles que aquí te rodean, y con ellos digo: Alabanzas y gracias, etc.

5) Te adoro con toda humildad, Jesús mío, verdadera Víctima propiciatoria de nuestros pecados, y te ofrezco este acto de adoración en expiación de las ofensas y sacrilegios de tanto número de cristianos ingratos que osan recibirte en pecado mortal. Porque seas desagraviado de tan horrendos sacrilegios, te ofrezco la última gota de tu Preciosísima Sangre que brotó de la llaga de tu costado; y escondido en ella te adoro, te bendigo y te amo, y con todas las almas devotas de Jesús Sacramentado repito: Alabanzas y gracias, etc.



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