Oh Nuestra
Señora del Carmen, Mujer eucarística, por las horas de adoración eucarística
donde experimentamos la gracia de estar
en Presencia de Dios como en el “monte santo”, tú que te manifestaste como
Nuestra Señora del Monte Carmelo, haz que adore a Jesús presente en la Eucaristía, con el mayor fervor
del que soy capaz y te ruego que me concedas todo cuanto necesito para alcanzar
las altas cumbres de la santidad para la gloria del mismo Jesús Sacramentado.
Enciende, pues,
en mi corazón, como también en el de cada cristiano, el amor y la reverencia
hacia Jesús eucarístico. Atrae a Él los corazones de mis parientes y amigos;
también los de mis enemigos.
Y a mí, oh
Señora del Monte Carmelo, dame un poco del amor que en esta tierra tuviste tú a
Jesús Sacramentado. Favorecido con tal don, hago propósito de acercarme con frecuencia,
piedad y amor a recibir a tu Hijo en mi pecho, de cumplir con absoluto recogimiento
mis horas de adoración ante Él, de frecuentarlo en el santo Sagrario y acompañarlo
en viáticos a los enfermos, con la esperanza de recibirlo yo también al cabo de
mi vida e ir a gozarlo para siempre en el Cielo contigo, con los Ángeles y con
los Santos.
Bendito sea
Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Alabanzas y
gracias sean dadas en todo momento al Santísimo y Divinísimo Sacramento.
Nuestra Señora
del Carmen, ruega por nosotros.
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