Oh María, Madre
bienamada de Jesús y Madre mía carísima, heme aquí postrado de alma ante tu
Hijo presente en este Sacramento de Amor para contemplar los misterios de tu Santo
Rosario en los que tan grande fue tu parte. A ti, Señora, suplico que vuelvas a
mí desde el Cielo tus ojos misericordiosos y, reunidos por ti mis pensamientos
y afectos en Jesús Sacramentado, comuniques a mi pobre corazón algo del cariño,
la pena y la dicha que en los misterios gozosos, dolorosos y gloriosos llenaron
tu tiernísimo Corazón. Oh María, dame luz para contemplar en la Sagrada Hostia
la reunión del gozo, dolor y gloria de los misterios del Rosario para el bien
de mi alma.
PRIMER MISTERIO
GOZOSO
Se contempla al
Ángel Gabriel anunciando a la Virgen María que el Hijo de Dios se humanó en su
sagrado seno. Oh Virgen María, tú que con la virtud de la humildad y virginidad
agradaste a Dios hasta el punto de ser elegida y constituida Madre de su Hijo:
en la Santa Comunión también yo recibo en mi pecho a ese mismo Jesús, mi
Redentor, que se humanó en tu seno. Ruego a tu piedad que me dotes el corazón
de las virtudes de humildad y pureza para que yo pueda recibirlo con
frecuencia, y cada vez que lo hiciere, esto redunde en su agrado y mi
beneficio.
Padrenuestro, 10
Avemarías, Gloria.
SEGUNDO MISTERIO
GOZOSO
Se contempla a
la Virgen María visitando a Santa Isabel, y a San Juan santificado en el seno
de su Madre. Tú, Santa Virgen María, no bien comenzaste a llevar en tu purísimo
seno al Hijo de Dios hecho nuestro congénere, de puro amor a Dios y a los
hombres volaste a los montes de Judea y a la ciudad de Hebrón para prestar
servicio y transmitir santidad a tu prima Santa Isabel y a su hijo San Juan en
su seno, colmados de alegría por tu visita.
Haz que yo
también, cuando en la Santa Comunión hospede en el pecho a tu amado Hijo Jesús,
me enamore de Dios y de mis hermanos. Pueda entonces yo desvelarme por poner en
cumplimiento todo lo que dé gloria de Dios; pueda hacer a mi prójimo
beneficios, especialmente atrayéndolo de todos los modos posibles al amor y
reverencia a Jesús Sacramentado.
Padrenuestro, 10
Avemarías, Gloria.
TERCER MISTERIO
GOZOSO
Se contempla el
nacimiento del Niño Jesús en la gruta de Belén. Oh Santa Virgen María, por la
alegría que trajo a tu tierno corazón el contemplar, entre celestes cánticos
angélicos, a tu Hijo Jesús nacido, y por la desolación que te causó el verlo
así en una gruta de animales, tiritando, despojado, dolorido y abandonado por
la humanidad, te suplico que obres dos gracias en mi corazón. Como primera
gracia, te pido que le origines su felicidad y fecundidad en Jesús en el
Sacramento del Amor, máxime a la vista de su nuevo nacimiento sobre el Altar en
las manos del sacerdote durante el Sacrificio de la Misa.
Como segunda
gracia, te ruego que cuando mi corazón, frío, pobre y desamparado como la gruta
de Belén, reciba a Jesús, me lo enciendas de amor, enriquezcas de virtudes y acompañes
de afectos purísimos que reproduzcan en él las disposiciones internas que
tenías en la gruta de Belén cuando abrazaste y estrechaste a tu amado Niño
Jesús por primera vez.
Padrenuestro, 10
Avemarías, Gloria.
CUARTO MISTERIO
GOZOSO
Se contempla a
la Virgen María yendo al templo para la purificación y presentando a su Hijo en
manos del Profeta Simeón. Tú fuiste al templo, oh Virgen María, para cumplir el
precepto de la purificación, y fuiste sin obligación alguna, habiendo permanecido
virgen tras el divino parto, siendo pura e inmaculada, y pudiendo justamente
llamarte tú misma templo de santidad y de toda virtud. Cumpliste además un
extremo sacrificio del corazón cuando, confiado tu Hijo en manos del Profeta Simeón,
lo ofreciste a Dios como víctima por los pecados de todos los hombres. Por ese
acto de humildad y amor a Dios y a los hombres, quédate conmigo; y con tu
compañía bríndame ayuda para purificar mi corazón de toda culpa al recibir a Jesús
en Comunión; hacerme, por la observancia exacta de su Sagrada Ley, digno de
acercarme a Él; recibirlo con los santos deseos del viejecillo Simeón; y ofrecerme
a Él como víctima pura en el Sacramento del Amor.
Padrenuestro, 10
Avemarías, Gloria.
QUINTO MISTERIO
GOZOSO
Se contempla a
la Virgen María como perdiese a su Hijo Jesús y lo hallase en el templo.
Por aquel
tajante y acerbo dolor del corazón que tuviste juntamente con tu Esposo José
cuando sin culpa perdisteis a Jesús en Jerusalén, y por aquella alegría y solaz
que tuvieron vuestros corazones cuando tres días después lo hallasteis en el templo
entre los doctores, ¡ah! obtenme la gracia de que, si alguna vez se apartare de
mí tu amado Hijo Jesús por mis culpas o para probar mi amor, yo no desespere de
reencontrarlo, mas, como tú y José, lo busque con gran diligencia en el templo —en
el santo Sagrario— y en su presencia me quede durante mis angustias y noches
oscuras, hasta que como vosotros lo halle con solaz y regocijo de corazón.
Padrenuestro, 10
Avemarías, Gloria.
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