1- Jesús, te adoro,
porque eres el renovador del mundo.
-Jesús, te amo porque
Tú eres el renovador del mundo.
2 - Jesús, Te adoro con
María, Nuestra Señora de Fátima. Ella, en su concepción fue preservada del
pecado original y de sus consecuencias. Tú eres el redentor del mundo. Te
bendigo y te glorifico, porque los frutos de la redención se manifestaron en
ella.
Te alabo Jesús, porque
el alma de tu Madre, María, desde el primer momento resplandecía con el amor de
Dios.
Cuan hermosa y
bellísima es su alma y corazón, porque desde el principio estuvo llena de
gracia, porque en ella se renovó la amistad rota entre Dios y los hombres.
Jesús, te bendigo
porque María es la aurora del nuevo día, el que amaneció con tu venida, a
través de ella.
Jesús, te doy gracias y
te glorifico con María, sin pecado concebida. (Esta invocación la repito
interiormente)
3 - Jesús, Te bendigo y
glorifico con María, porque vino a este mundo sin pecado.
Con su concepción
comenzó a realizarse aquello que fue anunciado después del primer pecado.
En el libro del Génesis
está escrito: Entonces Yahveh Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho esto,
maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo.
Sobre tu vientre caminarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.
Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: él te
pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar.» (Génesis 3,14-15)
María, sin pecado, sí,
Tú eres la mujer anunciada y Tú, Jesús, su criatura, la que a
Satanás pisará y
finalmente exterminarás la cabeza.
Ella es la nueva Eva,
la verdadera Madre de los vivientes, porque nunca estuvo muerta
espiritualmente, como tampoco fue manchada con el pecado.
- Jesús, te doy gracias
y te bendigo con María Madre de todos los vivientes. (Esta invocación la repito
interiormente)
4 - Jesús, mientras
alabo, te doy gracias y te bendigo, recordando el glorioso momento de la
concepción sin mancha de María en el vientre de su madre Ana, quien con su esposo
Joaquín, esperaron muchos años, orando y ayunando, preparando así su vientre
materno para el nuevo y más hermoso ser y para recibir al más perfecto don.
Ante Ti te presento el
instante de mi nacimiento en el vientre de mi madre.
Con el salmista te canto:
“Pues mi delito yo lo
reconozco, mi pecado sin cesar está ante mí; contra ti, contra ti solo he
pecado, lo malo a tus ojos cometí. Por que aparezca tu justicia cuando hablas y
tu victoria cuando juzgas. Mira que en culpa ya nací, pecador me concibió mi
madre.
Mas tú amas la verdad
en lo íntimo del ser, y en lo secreto me enseñas la subiduría.”
(Salmo 50,5-8)
Ahora te agradezco de
corazón por el instante cuando de la nada pasé a la vida, cuando fui invitado a
ser, a vivir, cuando el amor creador dijo sobre mí: Sea.
Mientras te agradezco
por la vida, yo reconozco mi pecaminosidad y te ruego.
- Jesús, libérame del
pecado y de sus consecuencias y concédeme hoy un corazón nuevo. (Esta
invocación la repito interiormente)
5 - Jesús, mientras te
agradezco por el regalo de mi vida, deseo frente a Ti agradecerte
conscientemente por el amor de mis padres, quienes colaboraron con el amor
creador del Padre.
Que sean gratificados
con tu amor. Sé que ellos son débiles y pecadores, pero Tú límpialos de las
heridas causadas por el pecado.
Sana el enlace entre mi
padre y mi madre. Sana en mi corazón todas las heridas que tengo, porque mis
padres fueron pecadores y débiles y con su amor defectuoso, hirieron mi alma y
mi corazón. Haz que por la fuerza del amor y de Tú acción salvadora penetre el
amor y la gratitud en los corazones de mis padres hacia mí, y en mi corazón
hacia ellos.
Jesús, te adoro con
María, sin pecado concebida y te agradezco por mis padres.
(En silencio, pensaré
en mis padres y me decidiré a amarlos. Buscaré el perdón y la reconciliación.
Si han fallecido oraré por su eterna salvación)
6 - Jesús, mientras
celebro tu obra salvadora, la que se manifestó en María, presento a todos los
niños que hoy día son concebidos en el vientre materno. Haz que sus padres se
alegren por sus vidas y los reciban con amor. Haz que los protejan del pecado y
de todo lo que oscurece y aniquila la alegría en sus corazones. Haz que cada
niño nacido sea resguardado de toda enfermedad y de toda consecuencia del pecado
de sus padres, y que cada uno de ellos goce; ya ahora se goce con su madre por
su vida. Haz que cada niño concebido sea fruto del verdadero amor y una consciente
colaboración con el Padre creador; que ninguno sea fruto de la pasión y del pecado.
Haz que cada madre ahora se alegre por la vida concebida así como se alegró
Santa Ana por la vida de María.
- Jesús, te adoro en
nombre de todos los niños concebidos y en nombre de sus padres. (Esta
invocación la repito interiormente)
7 - Jesús, sé que hoy
hay niños concebidos de los cuales sus madres no se alegran y han decidido
abortarlos. Sé que muchos buscan excusas para no realizarlo, siendo muchas
veces la causa el egoísmo y el rechazo a colaborar con el Padre, el que es la fuente
de vida. Jesús, con un amor especial, mira a cada madre que se halle en el riesgo
de rechazar al regalo de la vida. Haz que se encuentre con alguien que le sepa dar
fuerza y ayuda para que con amor acepten el don de la vida. Haz que los padres de
los recién concebidos se comporten así como se comportaron Santa Ana y San
Joaquín cuando supieron
que concibieron a un niño.
- Jesús, te adoro y me
decido por la vida en nombre de los que se han decidido por la muerte. (Esta
invocación la repito interiormente)
8 - Jesús, frente a Ti
ahora presento a todas las madres, las que agradecidas reciben la vida
colaborando con la voluntad del Padre. Que sean bendecidas y que en sus corazones
el amor se irradie y que toda muerte se aleje. Haz que se alegren por sus hijos.
Te presento a aquellas
que se encuentran seducidas por el pecado, el miedo, la angustia; las que no
encontraron la razón y rechazaron a su hijo, encontrándose ahora en
sufrimientos y tormentos. Sánalas y habilítalas para que sean apóstoles después
que han experimentado el horror del aniquilamiento de la vida. Haz que se
arrepientan sinceramente por sus pecados y sean liberadas de las consecuencias,
para que desde ahora puedan servir con alegría a la vida.
- Jesús, Te alabo
porque tu misericordia va triunfar y borrará toda condena y las liberará para
la vida.
(Esta invocación la
repito interiormente)
9 - Jesús, te doy
gracias, porque viniste ha servir a la vida y diste tu vida por cada vida. Te
presento a todos los médicos, enfermeros y a todos los consejeros de las mujeres
que en este momento en su vientre llevan una vida.
Haz que siempre tengan
ayuda digna del don de la vida. Haz que el respeto hacia la vida no nacida
crezca.
Bendito seas en
aquellos que son conscientes de su responsabilidad y cuidan cada vida.
Jesús, tan fácilmente
se rechaza la vida y tan fácilmente se dan consejos mortales.
Haz que tu Espíritu de
vida se derrame sobre aquellos que atienden a las embarazadas para que cada
vida, como María en el vientre materno, obtenga todas las condiciones para su
desarrollo y crecimiento. Haz que desde ahora nadie sirva a la muerte y para
aquellas que desean un hijo y aún no lo tienen, concédeles la gracia para que
con alegría sirvan a la vida. (Interiormente continúo orando por los médicos y el
personal hospitalario)
10 -BENDICIÓN
Jesús, bendícenos a
todos los presentes, a todos los hombres, a todas las familias, a todas las
embarazadas y a todos los no nacidos. Separa de nosotros el espíritu de muerte
y aniquilamiento. Habilítanos para que sirvamos con amor y respeto a la vida.
Por intercesión de
María Nuestra Señora de Fátima, sin pecado concebida, cuya memoria hoy
celebramos, haz que el espíritu de vida nos prenda y nos renueve, sane y
pacifique. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
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