S.E.R. Gerhard L. Müller,
cardenal Prefecto de la
Congregación para la Doctrina de la Fe , ha concedido una entrevista a los
responsables de la edición en alemán de Radio Vaticano, en la que aclara cuál
es su papel en relación al debate sobre la posible admisión a la comunión de
los divorciados vueltos a casar. El purpurado ha asegurado que no se dedica a
dar opiniones personales sino a manifestar cuál es el magisterio de la Iglesia sobre dicha
cuestión. Y advierte que «no podemos callar y acomodarnos y coquetear con la
opinión pública».
Señor
cardenal, el Papa quiere un debate. Quiere introducirlo en dos sínodos sobre el
matrimonio y la familia. ¿Cómo ve usted el papel de la Congregación para la Doctrina de la Fe en este debate en puertas?
En la opinión
pública es usted percibido con frecuencia, y presentado, como el que frena y
dice que no, cuando se trata de la iniciativa del Papa. ¿Le afecta esto de modo
personal?
Por supuesto esto de ahora es una propaganda que se hace
muy a propósito para construirme una oposición a lo que tiene que hacer el
prefecto de la CDF ,
o la CDF en
total, puesto que el prefecto no es más que un primus inter pares. Esto está
fijado de manera muy clara también en los estatutos.
Ahora bien, también es nuestra tarea que procuremos que
nadie se apropie del Papa para determinados fines. Y resulta precisamente
interesante que justo en estos momentos tantos grupos se remitan al Papa,
habiendo prácticamente rechazado el papado anteriormente. En cualquier caso,
por lo que respecta a nosotros, de lo que se trata es de servir al Papa y a la Iglesia , en vez de
servirnos del Papa.
Usted
participa también en el debate que acabo de mencionar, que ha sido iniciado por
el Papa. Hay círculos sobre todo en los medios italianos, como Il Foglio, un periódico
que, francamente, hablando claro, lleva días haciendo una campaña contra el
cardenal Kasper. ¿Cuál es su posición en el debate? ¿Qué es lo que pide para
este próximo debate que trasciende incluso más allá de las congregaciones del
Vaticano?
Yo no participo en él como teólogo privado, sino
precisamente por mi función [de Prefecto de la CDF ]. La
CDF es la única congregación que participa de manera
inmediata en el magisterio del Papa [N.d.T. vid. Constitución
Pastor Bonus, arts. 48 y ss], mientras que otros que toman la
palabra, aunque posean rango de cardenal, sólo hablan por sí mismos, y no
pueden hacer declaraciones oficiales.
Avancemos un
paso más. No sólo participan cardenales, sino que hay un cuestionario que ha
generado muchas expectativas. Preguntémoslo esta vez de forma positiva: ¿Qué
puede hacer esto de cara a la integración internacional del debate? ¿Qué contribución
positiva puede tener?
Yo creo que puede puede contribuir muy positivamente a que
los católicos vuelvan a ocuparse de su propia fe, y no simplemente tomen esto o
aquello de la liturgia y la doctrina de la Iglesia. Tenemos
que darnos cuenta de la relación entre el Anuncio y cura de almas, y la
doctrina de la Iglesia ,
así como también la
Diaconía. ¿Puedo elegir si estoy muy comprometido
socialmente, si hago mucho en las labores caritativas de la Iglesia pero no me
interesa personalmente la adoración a Dios o la celebración de los sacramentos?
Pero el cuestionario como tal no es ningún dogma, y no tiene más valor que la
calidad de sus preguntas o las correlaciones que proporcione o no.
Usted es un
hombre de palabras claras, acabamos de escucharlo. Creo que esto viene de muy
atrás en su biografía. ¿Es propio que ahora la CDF hable del modo en el que habla Gerhard Ludwig
Müller?
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