Antes que entre el celebrante:
En este primer día del año del Señor 2013, celebramos la Solemnidad de Santa María, Madre de Dios, en profundo agradecimiento al Señor por su Madre que nos ha dejado, como intercesora de todas nuestras necesidades.
El concilio de Éfeso definió dogmaticamente la maternidad divina de María santísima, al corregir las enseñanzas de Nestorio que consideraba a la Virgen la Madre de Jesús pero no de Dios; ya que Nestorio separaba la naturaleza humana de la divina en Jesús.
Nuestra Fe nos asegura que El Hijo de Dios se hizo hombre, y es una Persona divina la que se encarnó en el seno purísimo de la santísima Virgen María. Por eso la Iglesia la reconoce como Madre del Verbo hecho carne, y de esta manera como Madre de Dios.
Nos congregamos para celebrar la eucaristía e invocar la intercesión de Nuestra Señora de manera especial en este día en que la Iglesia celebra la jornada mundial de oración por la Paz.
Antes de la liturgia de la Palabra:
En María, Madre de Dios, aprendemos a recibir la Palabra de Dios para que se encarne en nuestra vida. Abramos nuestro corazón con espíritu de fe.
Oración de los fieles:
A cada intención respondemos: “Óyenos Padre amado”
-Por las intenciones de nuestro querido Papa, Benedicto XVI y su labor pastoral como Vicario de Cristo en la tierra, oremos hermanos...
-Por todos los bautizados, en especial por los jóvenes, para que acudiendo a la mediación maternal de la santísima Virgen, recibamos con espíritu filial las enseñanzas de la Iglesia y las anunciemos con valentía a los hombres, oremos hermanos….
-Celebrando hoy la “Jornada mundial de la paz”, pedimos especialmente por la paz y la justicia en el año que estamos comenzando, oremos hermanos….
-Por todos los que sufren, para que por medio del rezo del santo rosario puedan experimentar la intercesión de la Madre de Dios, oremos hermanos...
-Para que cada uno de nosotros aproveche este período litúrgico llamado de la “Octava de Navidad”, y convierta su corazón por medio de la gracia que nos ofrece nuestro Salvador, oremos hermanos…
Antes de las Ofrendas:
Con espíritu renovado y esperanzado, ofrecemos al Señor lo que somos y hacemos; y presentamos pan y vino para que se conviertan en el Cuerpo, la Sangre, el Alma, y la Divinidad de Jesucristo, el Hijo de Dios y el Hijo de María
Antes de la Comunión:
El Señor se nos ofrece en la Eucaristía para habitar en nosotros y así podamos participar de la naturaleza divina.
Antes de la Despedida:
Que este año nuevo que comienza hoy, la Madre de Dios nos ayude a ser instrumentos de Paz.
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