LA NUEVA CATEDRAL DE KARAGANDA EN KAZAJISTAN
El domingo 9 de septiembre de 2012 fue consagrada la catedral de la diócesis de Karaganda, en Kazajistán, en una solemne concelebración presidida por el cardenal Angelo Sodano, decano del Colegio Cardenalicio y Legado Pontificio para la consagración.
El obispo auxiliar de dicha diócesis, monseñor Athanasius Schneider, promotor del proyecto de construcción de este magnífico templo neogótico de las estepas del Asia menor, al explicar el proyecto dice:
“La construcción de una nueva catedral con una verdadera estética sacra, con obras de arte y detalles ornamentales bellos y valiosos, constituye también una proclamación del primer deber de la Iglesia: dar a Dios, a Dios encarnado, el primer lugar, un lugar visible, puesto que Dios se hace visible en la Encarnación y en la Eucaristía; dar a Dios el primer lugar también en el sentido de ofrecer en su honor una belleza artística, ya que Dios es autor de toda belleza y merece recibir obras verdaderamente bellas como homenaje de parte de los creyentes.
Además, una catedral puede ser una concreta manifestación del tierno amor de la comunidad creyente, la Esposa de Cristo, hacia el Cuerpo de Cristo, ofreciendo en honor de este cuerpo de Cristo, en un cierto sentido, la santa prodigalidad de la mujer pecadora, quien ofreció en honor de Cristo un vaso de perfume precioso extraordinariamente grande (“más de trecientos denarios”, cf. Mc 14, 4). Para ungir el cuerpo de Cristo, la mujer pecadora ofreció una suma con la cual se podía mantener a una familia por un año entero. Las personas presentes se indignaron por tal derroche. Jesús en cambio elogió ese santo derroche diciendo “Una buena obra es la que ha hecho conmigo” (Mc 14, 6).”
Y más adelante, añade:
“Se quiso expresar en la Catedral, en el modo más profundo, el misterio de la Santísima Eucaristía, ya que la Eucaristía construye espiritualmente la Iglesia, la Eucaristía hace vivir a la Iglesia continuamente hasta el fin de los tiempos. El verdadero cimiento de la Iglesia es la Eucaristía. Por ello he colocado en la cripta, cerca de los cimientos de la catedral, un ciclo de imágenes sobre la Eucaristía, en analogía con las 14 estaciones del Vía Crucis en la nave principal. Toda la Sagrada Escritura nos anuncia a Cristo hecho carne, hecho hombre. Pero Cristo se ha hecho Eucaristía, nos ha dejado su carne, verdaderamente y substancialmente presente en el misterio eucarístico. En un cierto sentido podemos decir que toda la Sagrada Escritura nos anuncia Cristo en el misterio de la Eucaristía. Así se han escogido las imágenes eucarísticas más conocidas de la Sagrada Escritura, es decir, la simbología eucarística más conocida:
1. el sacrificio de Abel,
2. el sacrificio de Melquisedec,
3. el sacrificio de Abraham,
4. el cordero pascual,
5. el alimento del profeta Elías mientras estaba en camino hacia el monte de Dios,
6. el templo de Jerusalén,
7. Belén como “casa del pan”,
8. el milagro en las bodas de Caná,
9. la multiplicación de los panes,
10. el discurso eucarístico de Juan,
11. la Última Cena,
12. Emaús,
13. el Ángel en la Jerusalén Celestial”
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