"Los ángeles, llenos de temor, adoran, glorifican, entonan continuamente los misteriosos himnos de alabanza."
"La oblación es la misma, cualquiera que sea el oferente, Pablo o Pedro; es la misma que Cristo confió a sus discípulos, y que ahora realizan los sacerdotes; ésta no es, en realidad, menor que aquélla, porque no son los hombres quienes la hacen santa, sino Aquel que la santificó. Porque así como las palabras que Dios pronunció con las mismas que el sacerdote dice ahora, así la oblación es la misma."
"No es el hombre quien convierte las cosas ofrecidas en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, sino el mismo Cristo que por nosotros fue crucificado. El sacerdote, figura de Cristo, pronuncia aquellas palabras, pero su virtud y la gracia son de Dios."
" Los ángeles rodean al sacerdote. Todo el santuario y el espacio que circunda al altar están ocupados por las potencias celestes para honrar al que está presente en el altar."
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