31 de octubre de 2014
30 de octubre de 2014
29 de octubre de 2014
EUCARISTÍA Y PENITENCIA: dos sacramentos estrechamente vinculados entre sí.
La comunión invisible,
aun siendo por naturaleza un crecimiento, supone la vida de gracia, por medio
de la cual se nos hace «partícipes de la naturaleza divina» (2 Pe 1, 4), así
como la práctica de las virtudes de la fe, de la esperanza y de la caridad. En
efecto, sólo de este modo se obtiene verdadera comunión con el Padre, el Hijo y
el Espíritu Santo. No basta la fe, sino que es preciso perseverar en la gracia
santificante y en la caridad, permaneciendo en el seno de la Iglesia con el
«cuerpo» y con el «corazón»; (72) es decir, hace falta, por decirlo con
palabras de san Pablo, «la fe que actúa por la caridad» (Ga 5, 6).
La integridad de los
vínculos invisibles es un deber moral bien preciso del cristiano que quiera
participar plenamente en la Eucaristía comulgando el cuerpo y la sangre de
Cristo. El mismo Apóstol llama la atención sobre este deber con la advertencia:
«Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan y beba de la copa» (1 Co 11,
28). San Juan Crisóstomo, con la fuerza de su elocuencia, exhortaba a los
fieles: «También yo alzo la voz, suplico, ruego y exhorto encarecidamente a no
sentarse a esta sagrada Mesa con una conciencia manchada y corrompida. Hacer
esto, en efecto, nunca jamás podrá llamarse comunión, por más que toquemos mil
veces el cuerpo del Señor, sino condena, tormento y mayor castigo».(73)
Precisamente en este
sentido, el Catecismo de la Iglesia Católica establece: «Quien tiene conciencia
de estar en pecado grave debe recibir el sacramento de la Reconciliación antes
de acercarse a comulgar».(74) Deseo, por tanto, reiterar que está vigente, y lo
estará siempre en la Iglesia, la norma con la cual el Concilio de Trento ha
concretado la severa exhortación del apóstol Pablo, al afirmar que, para
recibir dignamente la Eucaristía, «debe preceder la confesión de los pecados,
cuando uno es consciente de pecado mortal».(75)
28 de octubre de 2014
Eucaristía: fuente de nuestra vida cristiana
En
todo momento de gracia, el cristiano, «muriendo» al hombre viejo carnal, «vive»
el hombre nuevo espiritual. Si un
cristiano perdona, mata en sí el deseo de venganza y vive la misericordia de
Cristo. Si da una limosna, mata el egoísmo y vive la caridad del Espíritu
Santo. Si se priva de un placer pecaminoso, toma la cruz y sigue a Cristo,
muere y vive. Y así sucede «cada día», en todos y cada uno de los instantes de
la vida cristiana:muerte al hombre viejo, en
virtud de la pasión de Cristo, y vivificación del hombre nuevo en virtud de su
resurrección gloriosa. Es una vida continuamente eucarística y pascual. No
se puede participar de la vida divina sin inmolar al Señor sacrificialmente
toda la vida humana, en cuanto está marcada por el pecado: sentimientos y
afectos, memoria, entendimiento y voluntad.
De Cristo nos viene, pues,
juntamente, la capacidad de morir a la vida vieja, y la posibilidad de recibir
la vida nueva y santa. De Él nos viene esta gracia, y no sólo como ejemplo, sino como impulso que íntimamente nos mueve y vivifica.
Siendo la misa actualización del misterio pascual, es en ella fundamentalmente
donde participamos de la muerte y resurrección del Salvador. Por tanto, de la eucaristía fluye,
como de su fuente, toda la vida cristiana, la personal y la comunitaria.
27 de octubre de 2014
25 de octubre de 2014
Pueden ir en Paz
El sacerdote, extendiendo las
manos, saluda al pueblo diciendo: El
Señor esté con vosotros; a lo que el pueblo responde: Y
con tu espíritu.
Y como al principio de la Misa , el signo de la cruz, y
el nombre de la
Santísima Trinidad.
«En seguida el sacerdote añade: “la bendición de Dios todopoderoso –haciendo aquí
la señal + de la bendición–, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre
vosotros”. Y todos responden Amén».
Cristo,
por medio del sacerdote, con la eficacia y certeza de la liturgia, concede
finalmente a su pueblo una bendición. Así
como el Señor, en el momento de la
Ascensión , al despedirse de sus discípulos, «alzó sus manos y
los bendijo; y mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al
cielo» (Lc 24,50-51), así ahora, por medio del sacerdote que le re-presenta, el
Señor bendice al pueblo
cristiano, que se ha congregado en la eucaristía para celebrar el memorial de
«su pasión salvadora, y de su admirable resurrección y ascensión
al cielo, mientras espera su venida gloriosa» (Pleg.
euc. III).
24 de octubre de 2014
NUESTRA SEÑORA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO
Virgen Inmaculada, Madre de Jesús y Madre nuestra,
te invocamos con el nombre de Nuestra Señora del Santísimo Sacramento porque Tú
eres la Madre
del Salvador que vive en la
Eucaristía. De ti tomó la carne y sangre con las
que Él nos alimenta en la
Sagrada Hostia. Te invocamos también con este
nombre porque la gracia de la
Eucaristía nos viene por tu medio, pues Tú eres la mediadora,
el canal, por donde nos llegan las gracias de Dios. Y, por último,
te llamamos Nuestra Señora del Santísimo Sacramento, porque Tú fuiste la
primera en vivir la vida Eucarística. Enséñanos a orar la Misa como Tú lo hiciste, a
recibir la Santa
Comunión de una manera digna y frecuente y de visitar a
Nuestro Señor devotamente en el Santísimo Sacramento.
23 de octubre de 2014
La Gracia: El regalo de Dios.
EL
MISTERIO DE LA GRACIA SE
CORONA EN LA
COMUNIÓN EUCARÍSTICA , SE HACE PATENTE Y VIVIBLE.
En este encuentro semanal
con ustedes, queridos amigos, les ofrezco hoy una pequeña catequesis sobre la Gracia de Dios.
A ustedes se les puede
ocurrir pero porqué hablar de esta cosa extraña, pero no es algo extraño, es lo
más común de la vida cristiana, es lo esencial de la vida cristiana.
¿De qué estamos hablando
cuando hablamos de la gracia de Dios? Por empezar notemos el nombre: gracia.
Una gracia es un don gratuito, gratis, es un regalo que Dios nos hace. ¿Y en
qué consiste ese regalo? En participar de la vida de Dios. ¡Casi nada! Es
participar de la vida misma de Dios.
22 de octubre de 2014
San Juan Pablo II, ruega por nosotros
1. «Tú caminas a lo
largo de los siglos » (canto eucarístico polaco).
La solemnidad del
Corpus Christi nos invita a meditar en el singular camino que es el itinerario
salvífico de Cristo a lo largo de la historia, una historia escrita desde los
orígenes, de modo simultáneo, por Dios y por el hombre. A través de los acontecimientos
humanos, la mano divina traza la historia de la salvación.
Es un camino que
empieza en el Edén, cuando, después del pecado del primer hombre, Adán, Dios
interviene para orientar la historia hacia la venida del «segundo» Adán. En el
libro del Génesis se encuentra el primer anuncio del Mesías y, desde entonces,
a lo largo de las generaciones, como atestiguan las páginas del Antiguo
Testamento, se recorre el camino de los hombres hacia Cristo.
Después, cuando en la
plenitud de los tiempos el Hijo de Dios encarnado derrama en la cruz la sangre
por nuestra salvación y resucita de entre los muertos, la historia entra, por
decirlo así, en una dimensión nueva y definitiva: se sella entonces la nueva y
eterna alianza, cuyo principio y cumplimiento es Cristo crucificado y
resucitado. En el Calvario el camino de la humanidad, según los designios
divinos, llega a su momento decisivo: Cristo se pone a la cabeza del nuevo
pueblo para guiarlo hacia la meta definitiva. La Eucaristía, sacramento de la
muerte y de la resurrección del Señor, constituye el corazón de este itinerario
espiritual escatológico.
21 de octubre de 2014
La liturgia de las horas y la Eucaristía
«La “obra de la redención de los hombres y de la perfecta glorificación de Dios” (SC 5b) es realizada por Cristo en el Espíritu Santo por medio de su Iglesia no sólo en la celebración de la eucaristía y en la administración de los sacramentos, sino también, con preferencia a los modos restantes, cuando se celebra
20 de octubre de 2014
María y la Eucaristía
Sabemos que, después de la
ascensión de nuestro Señor Jesucristo, la Virgen María fue
«acogida en la casa» del apóstol San Juan (Jn 19,27). Y como los apóstoles
comenzaron a celebrar la eucaristía a partir de Pentecostés, esto nos hace
suponer con base muy cierta que la santísima Virgen participó en la eucaristía
muchas veces hasta el momento de su asunción a los cielos.
19 de octubre de 2014
Beato Pablo VI, ruega por nosotros
La Iglesia católica
rinde este culto latréutico al sacramento eucarístico, no sólo durante la misa,
sino también fuera de su celebración, conservando con la máxima diligencia las
hostias consagradas, presentándolas a la solemne veneración de los fieles cristianos,
llevándolas en procesión con alegría de la multitud del pueblo cristiano.
De esta veneración
tenemos muchos testimonios en los antiguos documentos de la Iglesia. Pues los
Pastores de la Iglesia siempre exhortaban solícitamente a los fieles a que
conservaran con suma diligencia la Eucaristía que llevaban a su casa. En
verdad, el Cuerpo de Cristo debe ser comido y no despreciado por los fieles,
amonesta gravemente san Hipólito.
Consta que los fieles
creían, y con razón, que pecaban, según recuerda Orígenes, cuando, luego de
haber recibido [para llevarlo] el Cuerpo del Señor, aun conservándolo con todo
cuidado y veneración, se les caía algún fragmento suyo por negligencia.
Que los mismos Pastores
reprobaban fuertemente cualquier defecto de debida reverencia, lo atestigua
Novaciano digno de fe en esto, cuando juzga merecedor de reprobación a quien,
saliendo de la celebración dominical y llevando aún consigo, como se suele, la
Eucaristía..., lleva el Cuerpo Santo del Señor de acá para allá, corriendo a
los espectáculos y no a su casa.
18 de octubre de 2014
Mensaje final y oficial del Sínodo: ni comunión para los divorciados vueltos a casar ni reconocimiento de uniones homosexuales
SOLO
RECONOCEN HABER REFLEXIONADO SOBRE LOS DIVORCIADOS
Esta mañana en
Transcribimos el texto íntegro:
Pablo VI será declarado Beato
La sagrada Eucaristía es el misterio de la fe
Ante todo queremos recordar una verdad, por vosotros bien sabida, pero muy necesaria para eliminar todo veneno de racionalismo; verdad, que muchos católicos han sellado con su propia sangre y que célebres Padres y Doctores de la Iglesia han profesado y enseñado constantemente, esto es, que la Eucaristía es un altísimo misterio, más aún, hablando con propiedad, como dice la sagrada liturgia, el misterio de fe. Efectivamente, sólo en él, como muy sabidamente dice nuestro predecesor León XIII, de feliz memoria, se contienen con singular riqueza y variedad de milagros todas las realidades sobrenaturales.
Es necesario que nos acerquemos particularmente a este misterio, con humilde reverencia, no siguiendo razones humanas, que deben callar, sino adhiriéndonos firmemente a la Revelación divina.
17 de octubre de 2014
La Eucaristía es verdadero sacrificio
Es un sacrificio. Jesús
entiende su muerte como un sacrificio de expiación, por el cual, estableciendo
una Alianza Nueva, con plena libertad, «entrega su vida» –su cuerpo, su sangre–
para el rescate de todos los hombres (cf. Catecismo 1362-1372, 1544-1545). De
sus palabras y actos se deriva claramente su conciencia de ser el Cordero de
Dios, que con su sacrificio pascual quita el pecado del mundo. Que así lo
entendió Jesús nos consta por los evangelios, pero también porque así lo
entendieron sus apóstoles.
La enseñanza de San
Pablo es muy explícita: «Cristo nos amó y se entregó por nosotros en oblación y
sacrificio a Dios de suave aroma» (Ef 5,2; cf. Rm 3,25). Es el amor, en efecto,
lo que le lleva al sacrificio: «Dios probó su amor hacia nosotros en que,
siendo pecadores, Cristo murió por nosotros» (Rm 5,8; cf. Gál 2,20). Y por eso
ahora «en Él tenemos la redención por la virtud de su sangre, la remisión de
los pecados» (Ef 1,7; cf. Col 1,20). Por tanto, «nuestro Cordero pascual,
Cristo, ya ha sido inmolado» (1Cor 5,7). Es la misma doctrina que da San Pedro
(1Pe 1,2.9; 3,18).
Igualmente San Juan ve
en Cristo crucificado el Cordero pascual definitivo, el que con su muerte sacrificial
«quita el pecado del mundo» (Jn 1,29.37). Según disponía la antigua ley mosaica
sobre el Cordero pascual, ninguno de sus huesos fue quebrado en la cruz (19,37
= Ex 12,46). Los fieles son, pues, «los que lavaron sus túnicas y las
blanquearon en la sangre del Cordero» (Ap 7,14), es decir, «los que han vencido
por la sangre del Cordero» (12,11). Y ese Cordero degollado preside ahora para
siempre ante el Padre la liturgia celestial (5,6.9.12). Así pues, el sacrificio
de la vida humana de Jesús gana en la cruz la salvación para todos: «él es la
Víctima propiciatoria por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino
por los de todo el mundo» (1Jn 2,2).
16 de octubre de 2014
15 de octubre de 2014
Hora Santa en honor a Santa Teresa de Jesús
Exposición del Santísimo Sacramento
Canto de adoración
Meditación
El desvelo de Santa Teresa por cuidar y amar la Eucaristía:
"Llegadas a la casa, entramos en un patio. Las paredes harto caídas me parecieron, mas no tanto como cuando fue de día se pareció. Parece que el Señor había querido se cegase aquel bendito padre para ver que no convenía poner allí Santísimo Sacramento. Visto el portal, había bien que quitar tierra de él, a teja vana, las paredes sin embarrar, la noche era corta, y no traíamos sino unos reposteros, creo eran tres: para toda la largura que tenía el portal era nada. Yo no sabía qué hacer, porque vi no convenía poner allí altar. Plugo al Señor, que quería luego se hiciese, que el mayordomo de aquella señora tenía muchos tapices de ella en casa, y una cama de damasco azul, y había dicho nos diesen lo que quisiésemos, que era muy buena.
14 de octubre de 2014
13 de octubre de 2014
El mundo necesita Paz: necesita la Eucaristía
Tenemos que redescubrir con orgullo el
privilegio de poder participar en la Eucaristía , que es el sacramento del mundo
renovado. La resurrección de Cristo tuvo lugar el primer día de la semana, que
para los judíos era el día de la creación del mundo. Precisamente por este
motivo el domingo era considerado por la primitiva comunidad cristiana como el
día en el que tuvo inicio el mundo nuevo, el día en el que con la victoria de
Cristo sobre la muerte comenzó la nueva creación.
12 de octubre de 2014
Algunos gestos y posturas de los fieles en la Misa
Las normas fundamentales sobre los gestos y posturas
corporales en la Misa las hallamos en la Ordenación general del Misal Romano
(OGMR), así como en el Ordinario de la Misa (OMR).
Los fieles están de pie desde el principio del canto de
entrada, o bien, desde que el sacerdote se dirige al altar, hasta la colecta
inclusive; al canto del Aleluya antes del Evangelio; durante la proclamación
del Evangelio; mientras se hacen la profesión de fe [el Credo] y la oración
universal [de los fieles]; además desde la invitación Orad, hermanos, antes de
la oración sobre las ofrendas, hasta el final de la Misa, excepto lo que se
dice más abajo.
Destacamos que el pueblo debe ponerse en pie al Orad,
hermanos, porque en pie debe estar durante las tres oraciones propias de la
Misa del día: colecta, ofrendas y comunión. No tiene sentido que esté en pie en
la oración de colecta y de comunión, y sentado en la de las ofrendas.
Y también recordamos que «Todos se inclinan» en el Credo,
sacerdote y pueblo, cuando se dice «bajó del cielo… y se hizo hombre» (OMR 15).
En esas mismas palabras, todos se arrodillan en las solemnidades de la Navidad
y de la Anunciación, 25 marzo.
Estarán sentados mientras se
proclaman las lecturas antes del Evangelio y el salmo responsorial; durante la
homilía y mientras se hace la preparación de los dones para el ofertorio;
también, según las circunstancias, mientras se guarda el sagrado silencio
después de la Comunión.
Por otra parte, estarán de rodillas, a no ser por causa de
salud, por la estrechez del lugar, por el gran número de asistentes o que otras
causas razonables lo impidan, durante la consagración. Pero los que no se
arrodillen para la consagración, que hagan inclinación profunda mientras el
sacerdote hace la genuflexión después de la consagración.
11 de octubre de 2014
Sínodo de los Obispos: actualizamos la enseñanza de Juan Pablo II sobre Matrimonio y Eucaristía II
La Eucaristía es un sacramento verdaderamente admirable. En él se ha quedado Cristo mismo como alimento y bebida, como fuente de poder salvífico para nosotros. Nos lo ha dejado para que tuviéramos vida y la tuviéramos en abundancia (cf. Jn 10, 10): la vida que tiene él y que nos ha transmitido con el don del Espíritu, resucitando al tercer día después de la muerte. Es efectivamente para nosotros la vida que procede de él. ¡Es también para vosotros, queridos esposos, padres y familias! ?No instituyó él la Eucaristía en un contexto familiar, durante la última cena? Cuando os reunís para comer y estáis unidos entre vosotros, Cristo está cerca. Y todavía más, él es el Emmanuel, Dios con nosotros, cuando os acercáis a la mesa eucarística. Puede suceder que, como en Emaús, se le reconozca solamente en la «fracción del pan» (cf. Lc 24, 35). A veces también él está durante mucho tiempo ante la puerta y llama, esperando que la puerta se abra para poder entrar y cenar con nosotros (cf. Ap 3, 20). Su última cena y sus palabras pronunciadas entonces conservan toda la fuerza y la sabiduría del sacrificio de la cruz. No existe otra fuerza ni otra sabiduría por medio de las cuales podamos salvarnos y podamos contribuir a salvar a los demás. No hay otra fuerza ni otra sabiduría mediante las cuales vosotros, padres, podáis educar a vuestros hijos y también a vosotros mismos. La fuerza educativa de la Eucaristía se ha consolidado a través de las generaciones y de los siglos.
10 de octubre de 2014
Sínodo de los Obispos: actualizamos la enseñanza de Juan Pablo II sobre Matrimonio y Eucaristía
El deber de
santificación de la familia cristiana tiene su primera raíz en el bautismo y su
expresión máxima en la Eucaristía, a la que está íntimamente unido el
matrimonio cristiano. El Concilio Vaticano II ha querido poner de relieve la
especial relación existente entre la Eucaristía y el matrimonio, pidiendo que
habitualmente éste se celebre «dentro de la Misa». Volver a encontrar y
profundizar tal relación es del todo necesario, si se quiere comprender y vivir
con mayor intensidad la gracia y las responsabilidades del matrimonio y de la
familia cristiana.
9 de octubre de 2014
8 de octubre de 2014
¡Tengo Fe en la Eucaristía!
La presencia real de
Cristo en el Pan y en el Vino, es decir, en la Eucaristía sólo se acepta desde
la fe, no por razonamiento. San Agustín decía: “Si lo entiendes, no es Dios”.
Por eso hemos de optar y situarnos entre los que abandonaron a Jesús, escandalizados
por el discurso del Pan de vida (Jn 6,66) o entre los que siguen como Pedro al
Señor y confiesan con plena libertad y confianza su fe: “Señor, ¿dónde vamos a
ir? Sólo tú tienes palabras de vida eterna y nosotros creemos y sabemos que tú
eres el Santo de Dios.(Jn 6,68-69)
Yo me situo en el
segundo grupo, entre los que desde la fe confiesan que Cristo es el Señor, y
que el pan y el vino son el Cuerpo y la Sangre del Señor.
7 de octubre de 2014
Castidad en el noviazgo y en el matrimonio: un camino posible gracias a la Eucaristía
Una vida cristiana sana hace
posible la castidad en todas las edades del cristiano, niño y adolescente,
adulto y anciano. También en los novios. El concilio de Trento, haciendo suya
una frase de San Agustín, enseña que «Dios no manda cosas imposibles, sino que
el mandar avisa que hagas lo que puedas y pidas lo que no puedas, y ayuda para
que puedas: “sus mandamientos no son pesados” (1Jn 5,3), y “su yugo es suave y
su carga ligera” (Mt 11,30)» (1547: Denz 1536). La experiencia de muchos
cristianos, que están viviendo con fidelidad la vida cristiana nos muestra que
la estabilidad en la vida de la gracia es posible en todas las edades y
circunstancias, aunque puedan producirse caídas esporádicas. Valga el ejemplo,
aunque sea un tanto prosaico: es perfectamente posible conducir un coche sin
producir accidentes, atropellos, choques. Éstos pueden darse en algún momento,
pero un conductor atento y cuidadoso puede pasar años sin fallo alguno
considerable. No es preciso ningún milagro para eso.
Cuando decae la vida cristiana
esta convicción vacila, apoyándose en las experiencias negativas. Los
bautizados, los novios concretamente, que se consideran autorizados a vivir
según los criterios y costumbres del mundo, que incluso lo consideran un deber en
virtud de una espiritualidad de «encarnación» (!); que no viven la oración, la
misa dominical, la lectura de las Escrituras y libros espirituales, la
comunidad parroquial o de otros grupos cristianos; aquellos que no guardan el
pudor en el vestido, las conversaciones, los espectáculos, las lecturas, las
miradas; quienes asimilan las costumbres del mundo, novios, por ejemplo, que
pasan juntos semidesnudos en la playa horas y horas; que hacen solos un viaje
de vacaciones; que no se privan de películas obscenas…,
podrán afirmar, con graves fundamentos experimentales, que es imposible la
castidad en los novios. La castidad y cualquier otra virtud.
5 de octubre de 2014
Hora santa en honor a Santa Faustina
Exposición del
Santísimo Sacramento
Canto de adoración
Meditación:
Varias veces en su
Diario, Santa Faustina escribe haber visto los rayos rojo y pálido proceder no
de la imagen, sino de la Santa Hostia. Y una vez, mientras el sacerdote exponía
el Santísimo Sacramento, ella vio que los rayos de la imagen traspasaron la Hostia
y de ahí se difundieron hasta que cubrieron al mundo entero (vea Diario, 441).
Así mísmo, deberíamos ver con ojos de fe, en cada Hostia, al Salvador
Misericordioso derramándose como una fuente de misericordia para nosotros.
Este concepto de la
Eucaristía como una fuente de gracia y misericordia, se encuentra no solamente
en el Diario de Santa Faustina, sino también en las enseñanzas de la Iglesia...
La Iglesia enseña claramente que todos los demás sacramentos están dirigidos
hacia la Eucaristía y sacan su fuerza de ella.
4 de octubre de 2014
Hora santa en honor a san Francisco de Asís
Exposición del
Santísimo Sacramento
Canto de Adoración
Meditamos con San
Francisco de Asís mirando la Eucaristía: “Oh sublime humildad, oh humilde
sublimidad: que el Señor del mundo universo, Dios e Hijo de Dios, se humilla
hasta el punto de esconderse, para nuestra salvación, bajo una pequeña forma de
pan!" (Francisco de Asís)
3 de octubre de 2014
San Francisco de Asís y la devoción a la Eucaristía
“Reparemos todos los clérigos
en el gran pecado e ignorancia en que incurren algunos sobre el santísimo
Cuerpo y Sangre de nuestro Señor Jesucristo. (…) Pues bien, todos los que
ejercen tan santísimos ministerios, especialmente los que los administran sin
discernimiento, pongan su atención en cuán viles son los cálices, los
corporales y los manteles en los que se
sacrifica el Cuerpo y la Sangre e nuestro Señor. Y hay muchos que lo abandonan en lugares
indecorosos, lo llevan sin respeto, lo reciben indignamente y lo administran
sin discernimiento.
2 de octubre de 2014
1º Jueves de mes: sacerdocio y eucaristía
–El sacerdote es el
ministro re-presentante de Cristo dentro del pueblo sacerdotal cristiano. Quiso
el Señor instituir un «especial sacramento [el del Orden] con el que los
presbíteros, por la unción del Espíritu Santo, quedan sellados con un carácter
particular, y así se configuran con Cristo sacerdote, de suerte que puedan
obrar como en persona de Cristo cabeza» (Vat.II, Presbyterorum ordinis 2c).
Los
sacerdotes, en efecto, son «consagrados de manera nueva a Dios por la recepción
del Orden [novo modo consecrati, respecto de la consagración bautismal], y se
convierten en instrumentos vivos de Cristo, Sacerdote eterno». De tal modo que
«todo sacerdote, a su modo, representa la persona del mismo Cristo, y es
enriquecido de gracia particular para que mejor pueda alcanzar, por el servicio
de los fieles, la perfección de Aquel a quien representa» (PO 12a).
Según esto, la gracia
propia del sacramento del Orden da a estos fieles un nuevo ser, que les hace
posible un nuevo obrar. En adelante, estos cristianos constituidos
sacerdotes-ministros, han de vivir, siempre y en todo lugar, el ministerio de
la re-presentación de Cristo entre sus hermanos. Sacerdos alter Christus.
1 de octubre de 2014
12.ª Adoración Eucarística Mundial
En la tarde
del 3 de octubre, viernes, el Santuario de Fátima se une a un momento
internacional de oración por niños y jóvenes, “Children of the Eucharist”, promovido por el Apostolado Mundial de Fátima, que será difundido (en diferido)
desde Fátima, para más de 140 países del mundo, a
través de la estación de televisión católica norte-americana EWTN.
La oración
por el Papa, por las familias y por el mundo congrega las principales
intenciones de esta acción.
Son invitados a estar presentes en Cova de Iria todos
los niños y jóvenes que lo deseen, y también sus familiares, profesores y
catequistas, en especial los que residen, estudian o trabajan cerca de la
ciudad.
El momento de oración, en la Capilla de las Apariciones,
también podrá ser seguido en directo a través de la transmisión on line
proporcionada por el Santuario de Fátima a partir del link ../portal/index.php?id=14924.