3 de octubre de 2014

San Francisco de Asís y la devoción a la Eucaristía


“Reparemos todos los clérigos en el gran pecado e ignorancia en que incurren algunos sobre el santísimo Cuerpo y Sangre de nuestro Señor Jesucristo. (…) Pues bien, todos los que ejercen tan santísimos ministerios, especialmente los que los administran sin discernimiento, pongan su atención en cuán viles son los cálices, los corporales y los manteles en los que  se sacrifica el Cuerpo y la Sangre e nuestro Señor.  Y hay muchos que lo abandonan en lugares indecorosos, lo llevan sin respeto, lo reciben indignamente y lo administran sin discernimiento.



A veces hasta se pisan sus nombres y palabras escritas, porque el hombre animal no percibe las cosas que son de Dios (1 Cor 2,14). ¿No nos mueven a piedad todas estas cosas cuando el piadoso Señor mismo se pone en nuestras manos y lo tocamos y lo recibimos todos los días en nuestra boca? ¿Es que ignoramos que hemos de ir a parar a sus manos? Así, pues, enmendémonos cuanto antes y resueltamente de todas estas cosas y de otras semejantes, y donde se encuentre colocado y abandonado indebidamente el santísimo Cuerpo de nuestro Señor Jesucristo, retírese de allí y póngase y custódiese en sitio precioso”.



Carta de San Francisco a todo el clero ( FF 207-209, pp. 159 -160; Edición española: Fuentes Franciscanas) 

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