25 de septiembre de 2015

Importancia y requisitos para la comunión frecuente


El 20 de diciembre de 1905, con el decreto «Sacra Tridentina Synodus», el Papa San Pío X manifestó su deseo de que los cristianos comulgasen todos los días, cualquiera fuese su estado.




A la vez, cerró todas las cuestiones pendientes al respecto y estipuló que para la Comunión frecuente, aun diaria, basta estar en estado de Gracia, esto es, sin pecados mortales, y tener recta intención, esto es, la de agradar a Dios y, amándolo crecientemente Él, extirpar defectos y fortalecerse espiritualmente. Aparte de dicho decreto, este Papa estableció varios otros medios para facilitar al máximo la práctica de la comunión frecuente, y concedió a los comulgantes muchas indulgencias para el bien de los devotos de Jesús Sacramentado.

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