Prefacio de la Eucaristía en la Noche de Pascua
En verdad es justo y
necesario,
es nuestro deber y
salvación glorificarte siempre, Señor,
pero más que nunca en
esta noche,
en que Cristo, nuestra pascua, fue inmolado.
en que Cristo, nuestra pascua, fue inmolado.
Porque Él es el Cordero
de Dios que quitó el pecado del mundo:
muriendo, destruyó
nuestra muerte,
y resucitando, restauró
la vida.
Por eso, con esta
efusión de gozo pascual,
el mundo entero se
desborda de alegría
y también los coros
celestiales, los ángeles y los arcángeles,
cantan sin cesar el
himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es
el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu
gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en
nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
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