El 1º de Mayo la Iglesia celebra la memoria de San José obrero. Estamos invitados a meditar sobre el valor del trabajo humano que adquiere una dignidad especial porque colabora con la obra creadora de Dios. Dios no sólo ha trabajado al crear al mundo sino que sigue acompañando la vida de los hombres a lo largo de la historia .
Dios se ha revelado a los hombres en el marco de una historia que, tanto por su objeto como por su fin, es llamada "historia de la salvación". Dentro de la historia visible y documentable del mundo se desarrolla, pues, otra historia, cuyo hilo conductor, al contrario de lo que sucede con la historia humana, no es la guerra, la paz o los inventos del hombre, sino las "invenciones" de Dios, los mirabilia Dei; las invenciones maravillosas y benévolas de Dios. La eucaristía ocupa el centro de la historia de la salvación.
La eucaristía es coextensiva a la historia de la salvación: toda la historia de la salvación está presente en la eucaristía y la eucaristía está presente en toda la historia de la salvación. Igual que en una gota de rocío prendida de una hoja en una mañana clara y serena se refleja la entera bóveda celeste, así también en la eucaristía se refleja todo el arco de la historia de la salvación.
Por intercesión de San José obrero, presentamos en cada eucaristía nuestro trabajo cotidiano para ofrecerlo al Señor de la historia.
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