3 de mayo de 2012

Oración que rezaba la Madre Teresa después de comulgar




Irradiar a Cristo


¡Oh Jesús!,

Ayúdame a esparcir tu fragancia donde quiera que vaya. Inunda mi alma de tu espíritu y vida. Penétrame y aduéñate tan por completo de mí, que toda mi vida sea una irradiación de la tuya. Ilumina por mi medio y de tal manera toma posesión de mí, que cada alma con la que yo entre en contacto pueda sentir tu presencia en mi alma.

Que al verme no me vea a mí, sino a Ti en mí. Permanece en mí. Así resplandeceré con Tu mismo resplandor, y que mi resplandor sirva de luz para los demás. Mi luz toda de Ti vendrá. Jesús; ni el más leve rayo será mío. Serás Tú el que iluminarás a otros por mi medio.

Sugiéreme la alabanza que más te agrada, iluminando a otros a mí alrededor. Que no te pregone con palabras sino con mi ejemplo, con el destello visible del amor que mi corazón saca de Ti.

Amén



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