Oh, Víctima inmolada!
por nuestra redención
de cuyas llagas brotan
las aguas del perdón.
Con mis frecuentes culpas
mil veces te ofendí,
perdona mis pecados
y ten piedad de mí.
¡Oh, cuánto amor respira
tu abierto corazón!
Tu muerte fue mi vida,
tu Cruz mi Salvación.
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