El viernes anterior al domingo de Ramos la Iglesia celebra la fiesta de María al pie de la Cruz. Nos unimos para honrar a nuestra Madre:
¿Cómo podríamos tomar parte en el sacrificio, sin recordar e invocar a la Madre del Soberano Sacerdote y de la Víctima? Nuestra Señora ha participado muy íntimamente en el sacerdocio de su Hijo durante su vida terrestre para que esté ligada para siempre al ejercicio de su sacerdocio. Como estaba presente en el Calvario, está presente en la Misa, que es una prolongación del Calvario. En la Cruz asistía a su Hijo ofreciéndose al Padre; en el altar, asiste a la Iglesia que se ofrece a sí misma con su Cabeza, cuyo sacrificio renueva. Ofrezcamos a Jesús por medio de Nuestra Señora.
(P. Bernadot, "La Virgen en mi vida".)
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