El pueblo cristiano, postrado en adoración ante el Señor Jesús, real y substancialmente presente en las especies del pan y del vino apenas consagrados, escucha la proclamación del sacerdote: mysterium fidei. Y así la teología sacramental está llamada a pensar el sacramento eucarístico como la manifestación de la verdad absoluta del misterio pascual a través del encuentro entre la libertad de Dios y la libertad del hombre.
Mysterium fidei: en estas dos palabras, elegidas por el Santo Padre como título del primer capítulo de la encíclica Ecclesia de Eucharistia, se nos ofrece de forma extremadamente sintética el contenido esencial del credo eucarístico.
Mysterium: el término es utilizado por san Pablo para indicar el designio salvífico de la Trinidad. Un designio que encuentra su origen en el amor intratrinitario entre el Padre y el Hijo en el Espíritu que quiere hacer partícipes a todos los hombres de su misma Vida; que se cumple en la Pascua de Jesucristo – muerte y resurrección – encuentro de benevolencia trinitaria y obediencia del Verbo encarnado; que da lugar al nacimiento de la Iglesia como forma mundi y que incluye la redención del cosmos.
Y mysterium fidei: la referencia a la fe presente en la aclamación eucarística implica el contenido de la fe de la Iglesia que se transmite de generación en generación y el acto de libertad en virtud del cual el cristiano se adhiere con toda su humanidad (razón y voluntad) a la libertad trinitaria que le sale al encuentro en el sacramento eucarístico.
(Cardenal Angelo Scola,
en el XLVIII Congreso Eucarístico Internacional, Guadalajara, Mexico, octubre de 2004)
Mysterium fidei: en estas dos palabras, elegidas por el Santo Padre como título del primer capítulo de la encíclica Ecclesia de Eucharistia, se nos ofrece de forma extremadamente sintética el contenido esencial del credo eucarístico.
Mysterium: el término es utilizado por san Pablo para indicar el designio salvífico de la Trinidad. Un designio que encuentra su origen en el amor intratrinitario entre el Padre y el Hijo en el Espíritu que quiere hacer partícipes a todos los hombres de su misma Vida; que se cumple en la Pascua de Jesucristo – muerte y resurrección – encuentro de benevolencia trinitaria y obediencia del Verbo encarnado; que da lugar al nacimiento de la Iglesia como forma mundi y que incluye la redención del cosmos.
Y mysterium fidei: la referencia a la fe presente en la aclamación eucarística implica el contenido de la fe de la Iglesia que se transmite de generación en generación y el acto de libertad en virtud del cual el cristiano se adhiere con toda su humanidad (razón y voluntad) a la libertad trinitaria que le sale al encuentro en el sacramento eucarístico.
(Cardenal Angelo Scola,
en el XLVIII Congreso Eucarístico Internacional, Guadalajara, Mexico, octubre de 2004)
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