"La Liturgia es la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y al mismo tiempo la fuente de donde mana toda su fuerza. Los trabajos apostólicos se ordenan a que, una vez hechos hijos de Dios por la fe y el bautismo, todos se reúnan para alabar a Dios en medio de la Iglesia, participen en el sacrificio y coman la cena del Señor.
Por su parte, la Liturgia misma impulsa a los fieles a que, saciados "con los sacramentos pascuales":
- sean "concordes en la piedad";
- ruega a Dios que "conserven en su vida lo que recibieron en la fe",
- y la renovación de la Alianza del Señor con los hombres en la Eucaristía "enciende y arrastra a los fieles a la apremiante caridad de Cristo".
Por tanto, de la Liturgia, y sobre todo de la Eucaristía, brota hacia nosotros la gracia como de su fuente y se obtiene con la máxima eficacia aquella santificación de los hombres en Cristo y aquella glorificación de Dios, a la cual las demás obras de la Iglesia tienden como a su fin".
(Decreto conciliar Sacrosanctum Concilium, 10)
No hay comentarios:
Publicar un comentario