de San Alfonso M. Ligorio:
Señor mío Jesucristo, que por amor a los hombres,
estás de día y de noche en este Sacramento, lleno de piedad y de amor,
llamando y recibiendo a todos los que vienen a Ti;
creo que estás presente en el Pan Consagrado,
oculto en este humilde Sagrario.
Te adoro desde el abismo de mi nada y te doy gracias por todo lo que Tú me has dado:
-te doy gracias de un modo especial por haberte dado Tú mismo a mí en este Sacramento;
-te doy gracias por haberme dado por Madre a tu propia Madre,
-te doy gracias por haberme llamado a tu presencia para estar ahora junto a Ti.
Adoro tu Divino Corazón, de quien proceden tus dones; y desde aquí quiero adorarte en tu presencia eucarística, que envuelve toda la tierra.
Jesús mío, te amo de todo corazón, me arrepiento de haberte ofendido, prometo serte fiel en adelante, y me consagro todo a Ti, te entrego mi voluntad, mis afectos, mis pensamientos, y todas mis cosas; haz lo que quieras de mí y de todo lo mío, sólo te pido y deseo tu infinito amor y tu ayuda para cumplir siempre la voluntad de Dios y perserverar así hasta el final de mi vida.
"Delante del sagrario he aprendido más que en todos los libros" (S. Roberto Bellarmino)
No hay comentarios:
Publicar un comentario