30 de noviembre de 2012

San Andrés apóstol: oraciones de la Misa



ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Mt 4, 18-19)

En la orilla del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos, Pedro y Andrés, y los llamó: Vengan conmigo y yo los haré pescadores de hombres.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, tú que llamaste al Apóstol san Andrés para que fuera, aquí en la tierra, predicador del Evangelio y pastor de tu Iglesia, haz que sea siempre ante ti nuestro poderoso intercesor en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo...

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira, Señor, con bondad, los dones que te presentamos en la festividad de san Andrés, Apóstol, y haz que esta Eucaristía sea para nosotros fuente de vida y salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

29 de noviembre de 2012

La adoración eucarística hoy, un soplo del Espíritu



En el 50° aniversario de la Federación Mundial de las Obras eucarísticas de la Iglesia Valencia, viernes 24 de noviembre de 2012 Monseñor Juan Miguel Ferrer, subsecretario de la Congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos

El Concilio Vaticano II y la ulterior “reforma litúrgica” significaron para muchos el descubrimiento de la “participación activa” en la Misa, la comprensión de la lengua en lecturas y, especialmente en las oraciones, que facilitaba hacer de ellas alimento y guía para la propia vida cristiana.

En tantos lugares se realizó una intensa catequesis litúrgica encaminada a fomentar la participación mediante las posturas y gestos corporales, con los silencios receptivos y mediante la palabra, con respuestas orantes, aclamaciones y cánticos entonados por toda la comunidad. Y especialmente se insistió en la recepción frecuente de la comunión eucarística, como cima de la participación sacramental.

Todo esto fue acompañado por un verdadero intento de renovación de la teología eucarística que ayudase a relanzar pastoralmente, sea la dimensión “subjetiva” de esta participación, es decir, su repercusión en la vida del creyente, sus frutos, sea, particularmente, la proyección misionera, apostólica y social de la misma.

28 de noviembre de 2012

Visita al santísimo sacramento: preparándonos al adviento



La espera de la venida de Cristo no tiene, pues, un móvil negativo que se pueda calificar como disgusto del mundo y de la vida, sino un móvil sumamente positivo que es el deseo de la verdadera vida en la que Jesús nos introduce con su venida. La liturgia de la Iglesia siempre ha llamado “nacimiento” al día del encuentro de los santos con el Señor. Jesús habla de un “parto” y, de hecho, será como un salir del útero tenebroso de este mundo visible y llenarse de gozo por la luz de la verdad plena.

No se trata, por ello, de un mensaje de tristeza, ni mucho menos de miedo, sino que es un mensaje de alegría y de esperanza. En el salterio judío hay un grupo de salmos, llamados “salmos de ascensión” o “cánticos de Sión”, que eran los salmos que cantaban los peregrinos israelitas cuando “subían” en peregrinación hasta la ciudad santa, Jerusalén. Uno de ellos comienza así: Qué alegría cuando me dijeron: “Vamos a la casa del Señor” (Sal 122,1). Estos salmos de ascensión se han convertido ya en los salmos de aquellos que, en la Iglesia, están en camino hacia la Jerusalén celeste; son nuestros salmos. Comentando aquellas palabras iniciales del salmo, decía San Agustín a sus oyentes: “Hermanos, recuerde vuestra caridad la festividad de algún mártir o algún santo lugar”. Mutuamente se hablan, y, como incendiados cada uno de por sí, todos juntos forman una llama; y esta llama formada por la conversación de los que se encienden mutuamente los arrastra al lugar santo, y el santo pensamiento los santifica. Luego si de este modo arrastra el amor santo a un sitio terreno, ¿cuál debe ser el amor que los arrebata armónicamente hacia el cielo diciéndose a sí mismo: “Iremos a la casa del Señor? Corramos, porque iremos a la casa del Señor. Corramos y no nos cansemos, porque llegaremos adonde no nos fatigaremos. Corramos hacia la casa del Señor. Se regocije nuestra alma con aquellos que nos dicen estas cosas. Los que nos dicen esto son los que primero divisaron la patria y de largo gritaron a los que venían detrás de ellos: Iremos a la casa del Señor.”

26 de noviembre de 2012

La Eucaristía y los jóvenes



"Jesús no es una idea, ni un sentimiento, ni un recuerdo. Jesús es una "persona" viva siempre y presente entre nosotros. Amad a Jesús presente en la Eucaristía..."

25 de noviembre de 2012

Ultima semana del año litúrgico: la eucaristía nos prepara para el cielo



“En el marco de la Revelación sabemos que el «cielo» o la «bienaventuranza» en la que nos encontraremos no es una abstracción, ni tampoco un lugar físico entre las nubes, sino una relación viva y personal con la santísima Trinidad. Es el encuentro con el Padre, que se realiza en Cristo resucitado gracias a la comunión del Espíritu Santo.

Es preciso mantener siempre cierta sobriedad al describir estas realidades últimas, ya que su representación resulta siempre inadecuada.

El Catecismo de la Iglesia católica sintetiza la enseñanza eclesial sobre esta verdad afirmando que, «por su muerte y su resurrección, Jesucristo nos ha "abierto" el cielo. La vida de los bienaventurados consiste en la plena posesión de los frutos de la redención realizada por Cristo, que asocia a su glorificación celestial a quienes han creído en el y han permanecido fieles a su voluntad. El cielo es la comunidad bienaventurada de todos los que están perfectamente incorporados a él» (n. 1026).

Con todo, esta situación final se puede anticipar de alguna manera hoy, tanto en la vida sacramental, cuyo centro es la Eucaristía, como en el don de sí mismo mediante la caridad fraterna.

Solemnidad de Cristo Rey: comentario a la liturgia de la Palabra de la Misa



Hoy terminamos el año litúrgico de la Iglesia, ... nos adelantamos un poquito al calendario. Y lo hacemos con esta fiesta en la que celebramos a Jesús como Rey del universo.

Quizás a nosotros, la figura de Rey no nos dice demasiado, ya que no vivimos en una monarquía, ... pero es una imagen muy significativa, ... porque el hombre siempre tiene un rey en su vida, conciente o inconscientemente, siempre hay algún soberano a quien se le sirve.

Cuentan que cuando San Francisco de Asís emprendió el viaje hacia el sur de Italia, con la esperanza de conquistar muchos premios militares, tuvo un sueño que cambió su vida. ... Oyó una voz que le preguntaba: “Francisco, ¿a quién conviene servir más?, ¿al amo o al esclavo?.” ... “Al amo”, respondió el joven. ... “¿Porqué entonces insistís en servir al esclavo en vez de servir al amo?”.

... Y aquella voz, ... aquella pregunta, fue fundamental en la vida de San Francisco para su conversión.

También en cada uno de nosotros tiene que resonar, en nuestra conciencia, esta pregunta, ... y también nosotros tenemos que decidir a quien queremos servir.

En la Eucaristía, Jesucristo, es Rey para ser servido y adorado.

23 de noviembre de 2012

Eucaristía, sacramentum caritatis


Lo que los padres de la Iglesia querían decir con el lenguaje figurado de la embriaguez, santo Tomás de Aquino lo expresa en términos más racionales, diciendo que la eucaristía es “el sacramento del amor”. La unión con el Cristo vivo no puede tener lugar de modo distinto que en el amor; el amor, en efecto, es la única realidad gracias a la cual dos seres vivos distintos, permaneciendo cada uno en su propio ser, pueden unirse para formar una sola cosa. Si el Espíritu Santo es llamado “la misma comunión” con Cristo, es, precisamente, porque él es el Amor mismo de Dios. Todo encuentro con la Eucaristía que no se concluye con un acto de amor, es incompleta.

22 de noviembre de 2012

Himno a Jesucristo, Rey del universo




Himno a Jesucristo, Rey del universo

“oculto en los altares, tras las imágenes de pan y vino”

Del poeta argentino Francisco Luis Bernárdez


Oh Príncipe absoluto de los siglos,

Oh Jesucristo, Rey de las naciones:

Te confesamos árbitro supremo

De las mentes y de los corazones.

21 de noviembre de 2012

El ministerio del acolitado, ministerio eucarístico



Según hemos escuchado en la Carta a los Hebreos (9, 11-15), el sacrificio de Cristo no es un sacrificio ritual sino la entrega existencial de quien por obra de su libertad y de su amor al Padre y a los hombres se ofreció a sí mismo a Dios. El autor presenta a Cristo resucitado entrando en el santuario celestial, llevando su sangre redentora, la verdadera ofrenda de la que los antiguos sacrificios eran sólo sombra y profecía.

Es esta la realidad que se hace presente en la Eucaristía celebrada por la Iglesia, hecha posible en virtud del sacerdocio celestial de Jesucristo; la liturgia eclesial en la tierra, acción de Cristo y de su Esposa la Iglesia. A esa realidad se asoma el acólito cuando ejerce su ministerio, que incluye distribuir la Sagrada Comunión a los fieles y llevarla también a aquellos que están enfermos, según se dice en el Pontifical. Cuando hagan esto recuerden lo que hemos oído hace unos minutos en el Evangelio (Jn. 6, 51-59): el don eucarístico es el fruto de la encarnación y del misterio pascual: es el pan vivo bajado del cielo, la carne de Cristo para la vida del mundo.

Ese don precioso será puesto en las manos de ustedes y repartido por ellas; no se acostumbren de tal modo a hacerlo que se aletargue la conciencia del misterio que se les confía y cuiden que no los mecanice la rutina.

18 de noviembre de 2012

Hora santa en honor a Cristo Rey



CONTEMPLEMOS AL CORDERO QUE REINA

“El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza” Apoc. 5, 12

Oh Dios, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión,  te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo  y eres Dios por los siglos de los siglos.

Respondemos: ten piedad de nosotros

Cordero de Dios, que ruegas con amor por los tuyos,

R. Ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios, que amas hasta el fin a los hombres,

R. Ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios, que sacias nuestra sed con tu sangre

R. Ten piedad de nosotros.

Jesús, el Cordero Pascual, es digno e infinitamente merecedor de nuestra incesante adoración, porque Él es la Víctima Divina sacrificada por nuestra salvación, que continúa inmolándose a Sí Mismo. De la misma manera que en el cielo hay una incesante alabanza y adoración a Jesús en la Sagrada Eucaristía, que nuestra vida entera también sea una alabanza perpetua. Pidamos con fe que el eterno Cordero provoque en nuestros corazones frágiles la adoración.

17 de noviembre de 2012

50 años del Vaticano II: Sacrosanctum Concilium y la Eucaristía III



Lengua vernácula y latín

54. En las Misas celebradas con asistencia del pueblo puede darse el lugar debido a la lengua vernácula, principalmente en las lecturas y en la «oración común» y, según las circunstancias del lugar, también en las partes que corresponden al pueblo, a tenor del artículo 36 de esta Constitución.

Procúrese, sin embargo, que los fieles sean capaces también de recitar o cantar juntos en latín las partes del ordinario de la Misa que les corresponde.

Si en algún sitio parece oportuno el uso más amplio de la lengua vernácula, cúmplase lo prescrito en el artículo 40 de esta Constitución.

Comunión bajo ambas especies

55. Se recomienda especialmente la participación más perfecta en la misa, la cual consiste en que los fieles, después de la comunión del sacerdote, reciban del mismo sacrificio el Cuerpo del Señor. Manteniendo firmes los principios dogmáticos declarados por el Concilio de Trento, la comunión bajo ambas especies puede concederse en los casos que la Sede Apostólica determine, tanto a los clérigos y religiosos como a los laicos, a juicio de los Obispos, como, por ejemplo, a los ordenados, en la Misa de su sagrada ordenación; a los profesos, en la Misa de su profesión religiosa; a los neófitos, en la Misa que sigue al bautismo.

16 de noviembre de 2012

50 años del Vaticano II: Sacrosanctum Concilium y la Eucaristía II



Mayor riqueza bíblica en el misal

51. A fin de que la mesa de la palabra de Dios se prepare con más abundancia para los fieles ábranse con mayor amplitud los tesoros de la Biblia, de modo que, en un período determinado de años, se lean al pueblo las partes más significativas de la Sagrada Escritura.

Se recomienda la homilía

52. Se recomienda encarecidamente, como parte de la misma Liturgia, la homilía, en la cual se exponen durante el ciclo del año litúrgico, a partir de los textos sagrados, los misterios de la fe y las normas de la vida cristiana. Más aún, en las Misas que se celebran los domingos y fiestas de precepto, con asistencia del pueblo, nunca se omita si no es por causa grave.

15 de noviembre de 2012

50 años del Vaticano II: Sacrosanctum Concilium y la Eucaristía I



EL SACROSANTO MISTERIO DE LA EUCARISTÍA

Misterio pascual

47. Nuestro Salvador, en la Última Cena, la noche que le traicionaban, instituyó el Sacrificio Eucarístico de su Cuerpo y Sangre, con lo cual iba a perpetuar por los siglos, hasta su vuelta, el Sacrificio de la Cruz y a confiar a su Esposa, la Iglesia, el Memorial de su Muerte y Resurrección: sacramento de piedad, signo de unidad, vínculo de caridad, banquete pascual, en el cual se come a Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da una prenda de la gloria venidera.

Participación activa de los fieles

48. Por tanto, la Iglesia, con solícito cuidado, procura que los cristianos no asistan a este misterio de fe como extraños y mudos espectadores, sino que comprendiéndolo bien a través de los ritos y oraciones, participen conscientes, piadosa y activamente en la acción sagrada, sean instruidos con la palabra de Dios, se fortalezcan en la mesa del Cuerpo del Señor, den gracias a Dios, aprendan a ofrecerse a sí mismos al ofrecer la hostia inmaculada no sólo por manos del sacerdote, sino juntamente con él, se perfeccionen día a día por Cristo mediador en la unión con Dios y entre sí, para que, finalmente, Dios sea todo en todos.

49. Por consiguiente, para que el sacrificio de la Misa, aun por la forma de los ritos alcance plena eficacia pastoral, el sacrosanto Concilio, teniendo en cuanta las Misas que se celebran con asistencia del pueblo, especialmente los domingos y fiestas de precepto, decreta lo siguiente:

14 de noviembre de 2012

"La Disputa del Sacramento"



UN FAMOSO FRESCO SOBRE LA EUCARISTÍA

“LA DISPUTA DEL SACRAMENTO” (RAFAEL, 1509)

UNA CATEQUESIS EN IMÁGENES DEL TRIUNFO DE LA EUCARISTÍA

“La disputa del Sacramento” es una famosa pintura del artista Rafael Sanzio. Fue pintada en 1509, siendo el primero de los frescos con los que decoró las habitaciones papales, que hoy en día son conocidas como las estancias de Rafael (ubicadas en el Vaticano y que forman parte en la actualidad de los Museos Vaticanos).

En realidad, el nombre con el que se conoce este fresco no es exacto, ya que la obra fue concebida como una exaltación de la Eucaristía en la vida de la Iglesia, celestial y peregrina.. El título de la obra bien habría podido ser El triunfo de la Iglesia o El triunfo de la Eucaristía. El término "disputa", en el italiano de la época, se entendía como "debate" pero no tiene por ello significado de divergencia y enfrentamiento entre las personas que discuten.

En la tradición cristiana, la Eucaristía, es el gesto de acción de gracias por excelencia que Jesucristo lega a sus discípulos en su memoria, poco tiempo antes de su pasión. Por lo tanto, todo el servicio de la Iglesia de Cristo sobre la tierra gira en torno a este acto supremo, como medio de redención y también de relación con la Santísima Trinidad, con los coros angélicos y con todos los santos en todas las épocas. Es pues esta realidad teológica la que Rafael pretende representar en este fresco pintado en la biblioteca del papa Julio II, como una ayuda para la contemplación del misterio de la Iglesia sobre la tierra y en los cielos.

13 de noviembre de 2012

Letanías en honor a la Sangre de Cristo



Invoquemos espontáneamente la sangre de Cristo que adoramos en la Eucaristía, con estas jaculatorias, para que nos embriague y sature nuestros corazones con el Espíritu Santo:


Sangre de Cristo, Hijo Unigénito del Eterno Padre: Sálvanos

Sangre de Cristo, del Verbo de Dios hecho Hombre: Rescátanos

Sangre de Cristo, de la Nueva y Eterna Alianza: Fortalécenos

Sangre de Cristo, caída en la tierra durante la agonía del Huerto: Ayúdanos

Sangre de Cristo, que corrió abundante durante la flagelación: Lávanos

Sangre de Cristo, vertida de la cabeza en la coronación de espinas: Purifícanos

Sangre de Cristo, derramada en la Cruz: Sálvanos.

Sangre de Cristo, el precio único de nuestra salvación.

Sangre de Cristo, sin la cual no hay perdón: Perdónanos.

Sangre de Cristo, en la Eucaristía bebida y baño de las almas: Aliméntanos.

12 de noviembre de 2012

El Latín, la lengua de la liturgia que ha sido capaz de transmitir universalmente el Evangelio



La Carta Apostólica en forma de Motu Proprio titulada “Latina Lingua” de Benedicto XVI lleva la fecha del 10 de noviembre, memoria de San León Magno, octavo año de su Pontificado y con ella instituye la Pontificia Academia de Latinidad, que estará dedicada a promover y valorar la lengua y la cultura latina, y las instituciones católicas de formación en materia. Dicha Academia dependerá del Pontificio Consejo de la Cultura, y estará regida por un Presidente asistido por un secretario y ambos nombrados por el mismo Santo Padre, su validez es por un lapso de cinco años. En la constitución –presentada en un anexo de la Carta Apostólica- se establece que estará constituida por un máximo de 50 miembros ordinarios entre académicos, estudiosos y cultores de la materia, nombrados por el secretario de Estado.

En el primer punto del Motu Proprio “Latina Lingua” se destaca que ésta ha sido mantenida en elevada consideración por la Iglesia Católica y por los Romanos Pontífices, quienes asiduamente han promovido su conocimiento y difusión, haciendo del latín la propia lengua, capaz de transmitir universalmente el mensaje del Evangelio. En efecto se hace mención de la Constitución Apostólica Veterum Sapientia de Papa Juan XXIII. “En realidad, desde Pentecostés la Iglesia ha hablado y orado en todas las lenguas de los hombres. Sin embargo, las Comunidades cristianas de los primeros siglos usaron ampliamente el griego y el latín, lenguas de comunicación universal del mundo en el que vivían, gracia a las cuales la novedad de la Palabra de Cristo encontraba la herencia de la cultura helénico-romana”. El texto recuerda que tras la desaparición del imperio romano de Occidente, la Iglesia de Roma no solo siguió valiéndose del latín, sino que en cierto modo se hizo también custodia y promotora tanto en el ámbito teológico y litúrgico, como en el de la formación y transmisión del saber.

Benedicto XVI recuerda en el segundo punto de su Carta Apostólica en forma de Motu Proprio “Latina Lingua”, que en nuestros tiempos, el conocimiento del latín resulta altamente necesario para el estudio de las fuentes a las cuales hacen referencia, y entre éstas se citan disciplinas eclesiásticas tales como la Teología, la Liturgia, la Patrística y el Derecho Canónico. Además, se constata que es en lengua latina en la que están redactados los más importantes Documentos del Magisterio pontificio y los Actos oficiales más solemnes de los Romanos Pontífices, y precisamente con la finalidad de evidenciar la índole universal de la Iglesia.

11 de noviembre de 2012

La música sacra impulsa la Fe y la nueva evangelización


 Que el canto litúrgico llegue al corazón de todos y así todos alaben dignamente al Señor. Con gran alegría, Benedicto XVI recibió este mediodía a unos seis mil participantes en el encuentro promovido por la Asociación Italiana de Santa Cecilia, que en el marco de su peregrinación a Roma, llegando de todas partes de Italia, mañana participarán en la celebración eucarística, que presidirá en la Basílica vaticana, el Cardenal Arcipreste Angelo Comastri.
       Tras destacar su aprecio y la importancia del magnífico servicio de alabanza con el canto de la numerosas Scholae Cantorum, el Papa señaló la feliz ocasión de este encuentro, en el Año de la Fe, conmemorando la inauguración del Concilio y subrayando el impulso de la música sacra para la nueva evangelización: 
      «Este encuentro se coloca intencionalmente en la conmemoración del 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II.   Y con gusto veo que la Asociación Santa Cecilia quiere volver a proponer a la atención de todos ustedes la enseñanza de la Constitución conciliar sobre la liturgia, en particular en el artículo VI, sobre la música sacra.    En esta conmemoración, como bien saben, he querido para toda la Iglesia un especial Año de la Fe, con el fin de promover la profundización de la fe en todos los bautizados y el compromiso común para la nueva evangelización.    Por lo tanto, encontrándome con ustedes, quisiera subrayar cómo la música sacra puede, ante todo favorecer la fe y, además, cooperar en la nueva evangelización».
      «La tradición musical de la Iglesia universal constituye un tesoro de valor inestimable, que sobresale entre las demás expresiones artísticas, principalmente porque el canto sagrado, unido a las palabras, constituye una parte necesaria o integral de la Liturgia solemne», con la Constitución Sacrosantum Concilium (N.112), y reiterando la dignidad de la música sagrada, el Santo Padre evocó a San Agustín, uno de los grandes Padres de la Iglesia, y a san Ambrosio, para luego agradecer a los cantores:   

10 de noviembre de 2012

Nueva Capilla de adoración perpetua en España



El Obispo de Alcalá de Henares ha hecho conocer una breve Carta de invitación a toda la comunidad diocesana, instituyendo la Capilla de Adoración Perpetua en la que fuera Capilla de las Santas Formas, bellamente restaurada:

CARTA DE MONS. JUAN ANTONIO REIG PLA
OBISPO DE ALCALÁ DE HENARES
ADORACIÓN PERPETUA DIOCESANA

Alcalá de Henares, 31 de octubre de 2012

Queridos sacerdotes, religiosos, seminaristas y fieles cristianos laicos:
Os escribo para anunciaros el comienzo de la Adoración perpetua en nuestra Diócesis. El próximo 11 de noviembre quedará expuesto solemnemente el Santísimo Sacramento en la capilla de las Santas Formas para ser adorado ininterrumpidamente día y noche todos los días del año.
El árbol de la vida, que el pecado de nuestros primeros padres nos arrebató, nos ha sido devuelto en el Hijo de Dios. Él nos redimió haciéndose hombre, muriendo y resucitando por nosotros. Ahora continúa esta obra de redención de los corazones quedándose con nosotros todos los días hasta el fin del mundo en el Sacramento de la Eucaristía. Inaugurar la Adoración perpetua es plantar el árbol de la vida en medio de nuestra Diócesis, posibilitar la comunión con Dios, acceder y ayudar a muchos a que accedan al paraíso en la tierra. La amistad con Cristo, realmente presente en este Sacramento, fuente de todo consuelo y de toda bendición, une el cielo con la tierra y nos hace participar ya de la vida eterna.
Este es el mejor modo de comenzar el Año de la Fe y de llamar la atención sobre el motor más íntimo y verdadero de la nueva evangelización que es la oración. Como si de un manantial se tratara, desde la adoración en la Capilla de las Santas Formas partirán ríos inagotables de gracias para todos los fieles, para todas las familias y para todas las realidades apostólicas de nuestra Diócesis.
Como todos habéis podido comprobar por mis continuas referencias en las cartas pastorales que os he dirigido, en nuestros encuentros o cada vez que me he dirigido a vosotros haciendo referencia a las necesidades de la Diócesis, comenzar la Adoración perpetua es un deseo profundo del corazón de vuestro obispo hecho realidad.
Con mucha alegría os invito a todos a participar en esta iniciativa que reclama adoradores en espíritu y en verdad. El próximo día 11 de noviembre de 2012 tendrá lugar en la Catedral a las 18 horas la Celebración de la Eucaristía. A continuación será el solemne traslado del Santísimo Sacramento a la Capilla de las Santas Formas para dar comienzo así a la Adoración perpetua.
Os invito de modo especial a los sacerdotes para concelebrar juntos la Eucaristía y dar un testimonio de unidad y de fe en torno a Cristo.
Invito también, de modo especial a las comunidades religiosas de vida activa y cuento con la oración de los monasterios de contemplativas para que sean muchos los frutos de esta celebración.
Invito a todos los responsables de los movimientos y asociaciones y a los presidentes y hermanos mayores de las Cofradías y Hermandades para que hagan llegar esta invitación a los miembros de sus movimientos y grupos.
Cuento con vosotros, fieles de Alcalá de Henares y del resto de la Diócesis, para que con vuestra participación en este acontecimiento demos un testimonio de fe y pongamos la mirada en el centro de nuestra vida cristiana.
Con mi bendición,
+ Juan Antonio Reig Pla
Obispo Complutense

9 de noviembre de 2012

La dedicación de la Basílica de Letrán: oraciones de la Misa




Antífona de entrada Cf Ap 21, 2

Vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo.

Oración colecta

Señor, Dios nuestro, que has querido que tu pueblo se llamara Iglesia, haz que, reunida en tu nombre, te venere, te ame y te siga y, guiada por ti, alcance el reino que le has prometido. Por nuestro Señor Jesucristo.

Oración sobre las ofrendas

Recibe, Señor, nuestras ofrendas y concede a tu pueblo, unido en la plegaria, ser fortalecido por tus sacramentos y obtener lo que pide en sus oraciones. Por Jesucristo, nuestro Señor.

8 de noviembre de 2012

"Jesús vió una gran multitud que acudía a Él"



La multiplicación de los panes (Jn 6, 1-14)

"Después de esto, Jesús atravesó el mar de Galilea, llamado Tiberíades. Lo seguía una gran multitud, al ver los signos que hacía curando a los enfermos. Jesús subió a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Se acercaba la Pascua, la fiesta de los judíos. Al levantar los ojos, Jesús vio que una gran multitud acudía a él y dijo a Felipe: «¿Dónde compraremos pan para darles de comer?». Él decía esto para ponerlo a prueba, porque sabía bien lo que iba a hacer. Felipe le respondió: «Doscientos denarios no bastarían para que cada uno pudiera comer un pedazo de pan». Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: «Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente?». Jesús le respondió: «Háganlos sentar». Había mucho pasto en ese lugar. Todos se sentaron y eran unos cinco mil hombres. Jesús tomó los panes, dio gracias y los distribuyó a los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados, dándoles todo lo que quisieron. Cuando todos quedaron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos: «Recojan los pedazos que sobran, para que no se pierda nada». Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos que sobraron de los cinco panes de cebada. Al ver el signo que Jesús acababa de hacer, la gente decía: «Este es, verdaderamente, el Profeta que debe venir al mundo».
“Al levantar los ojos, Jesús vio que una gran multitud acudía a él.”

En varios pasajes de la Biblia, observamos como la gente se acercaba al Maestro en grandes multitudes. ¿Que poder de atracción tenía aquel simple hombre que había salido de Nazareth, para que pueblos enteros dejaran las comodidades de sus hogares, sus trabajos y ocupaciones cotidianas cuando se enteraban que Jesús pasaba por allí?

7 de noviembre de 2012

María, Madre y Medianera de la Gracia



Oración para rezar frente al sagrario:

«Madre de la Eucaristía, tú que conoces todos sus sufrimientos y esperanzas, tú que sientes maternalmente todas las luchas entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas que invaden el mundo contemporáneo, recibe nuestro grito que, movidos por el Espíritu Santo, elevamos directamente a tu corazón: abraza con amor de Madre y de Sierva del Señor a este mundo humano nuestro, que te confiamos y consagramos, llenos de inquietud por la suerte terrena y eterna de los hombres y de los pueblos.

Al encomendarte, Madre de la Eucaristía, el mundo, todos los hombres y pueblos, te confiamos también la misma consagración del mundo, poniéndola en tu corazón maternal.

6 de noviembre de 2012

Ubi Eucharistia ibi Ecclesia



Del cardenal Joseph Ratzinger,  entonces Prefecto de la Congregación para la doctrina de la Fe, un extracto de su análisis sobre la Constitución Lumen Gentium del Concilio Vaticano II

El texto conciliar pasa del Bautismo a la Eucaristía, en la que Cristo da su Cuerpo y nos convierte así en su Cuerpo. Este Cuerpo es único; así, nuevamente la Eucaristía, para toda Iglesia local, es el lugar de la inserción en el único Cristo, el llegar a ser uno con todos los que participan en la comunión universal, que une el cielo y la tierra, a los vivos y a los muertos, el pasado, el presente y el futuro, y abre a la eternidad.

La Eucaristía no nace de la Iglesia local y no termina en ella. Manifiesta continuamente que Cristo entra en nosotros desde fuera a través de nuestras puertas cerradas. Viene continuamente a nosotros desde fuera, desde el único y total cuerpo de Cristo, y nos introduce en él. Este "extra nos" del sacramento se revela también en el ministerio del obispo y del presbítero: la Eucaristía necesita del sacramento del servicio sacerdotal precisamente porque la comunidad no puede darse a sí misma la Eucaristía; debe recibirla del Señor a través de la mediación de la única Iglesia.

5 de noviembre de 2012

Adoración: Camino para vivir el Amor de Dios


Nos dice Benedicto XVI:
                           Cuando en adoración miramos a la Hostia consagrada, el signo de creación nos habla. Y así, hallamos la grandeza de este don; pero también encontramos la Pasión, la Cruz de Jesús y su Resurrección. A través de esta mirada de adoración, nos conduce hasta Él, dentro de su misterio, a través del cual quiere transformarnos como transformó la Hostia”.
En la adoración se cruzan las miradas del adorador y del Señor adorado. Por la adoración nos dejamos abrazar, abarcar y también abrasar por el Amor de Dios. Lo miro, lo amo, entablo un coloquio de amor. “¿Cómo pudiste hacerte tan pequeño, tan frágil para estar conmigo? Para que no tema tu absoluto poder y tu tremenda Majestad.Tú no viniste ni en el trueno, ni en el fuego, ni el viento huracanado o la tempestad cuando te manifestaste a Elías ,sino en la brisa. Pues , a mí te presentas en el suave suspiro del amante, suspiro que exhala como perfume de la Hostia Santa e Inmaculada.

4 de noviembre de 2012

Hora santa: Mes de María



Cantamos: "Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar"

Exposición...

"Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar"...

Adoramos en silencio...

Podríamos tranquilamente afirmar, sin temor a equivocarnos, que fue María, la primera adoradora de Cristo. Durante 30 años, María no hizo otra cosa que contemplar casi en exclusividad a Nuestro Señor. Años de Amor. Su mirada lo seguía atenta y amorosamente, sin saberlo estaba rezando, viendo al autor de la creación entera.

Lo sintió lleno de vida en su vientre: Lo vio apenas nació aquella noche oscura y fría que instantáneamente se transformó en una noche de luz y calor. Y desde allí, desde ese mismo momento, nunca más pudo sacar sus ojos de él.

Todo el tiempo lo miraba, lo veía crecer, pequeño y frágil. Dios hecho hombre, se amantaba de ella, se dormía en sus brazos, hallaba consuelo en ellos. Gateaba, caminaba y corría. Balbuceaba y hablaba. Sonreía, lloraba y reía. Imitaba a su padre con las herramientas, la imitaba a ella cuando rezaba.

Los años pasaban y María seguía contemplando asiduamente al Jesús que la abismaba y la superaba. Sus corazones eran uno sólo.

Durante los años de predicación de su hijo, María lo seguía atenta y guardaba en lo profundo de su corazón las lecciones de su Maestro. En el momento mismo de su muerte, ella seguía firme al pie de la cruz haciendo lo que había estado haciendo durante 33 años, contemplando, adorando y amando a su hijo.

Lo siguió haciendo en la noche oscura del sábado y luego de la resurrección. En la eucaristía María veía al mismo Jesús que había llevado en su vientre, al niño que corría y gritaba de alegría, al joven que hablaba de Dios, al hombre que curaba los corazones. Su alegría ahora era mayor aun, porque ahora todos los hombres tenían la gracia de poder vivir y experimentar aquello tan grande que la llenaba a ella desde hacía tanto tiempo.

3 de noviembre de 2012

San Martín de Porres



El beato Juan XXIII en la homilía de canonización, dibujó el pefil moral y religioso de San Martín:

"Tuvo especial devoción a Jesús Crucificado y al Santísimo Sacramento de la Eucaristía, al que dedicaba con frecuencia largas horas de oculta adoración ante el sagrario ...

1 de noviembre de 2012

La Iglesia Celestial celebra una Eucaristía sin Ocaso



EN LA SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS

Esta Fiesta pone alas en nuestras almas para volar hasta el Cielo; nos coloca, con la fe, en la mansión gozosa de los elegidos, y nos hace asistir a la liturgia misteriosa de las mansiones eternas. Y podemos repetir con San Juan: «Vi una gran muchedumbre que nadie podía contar, de todas las naciones y tribus y lenguas, que estaban junto al trono y delante del Cordero, revestida de un ropaje blanco, con palmas en sus manos…”

«Alegrémonos todos en el Señor, en este día de la Fiesta que celebramos en honor de Todos los Santos, por cuya solemnidad se alegran los ángeles y alaban con ellos al Hijo de Dios.»

Así canta la Iglesia al ofrecer hoy la misa en honor de todos sus hijos trasladados de la muerte a la vida, del combate al descanso. Día tras día, a través del ciclo del año, va presentando a nuestra veneración y a nuestra imitación sus glorias más espléndidas; pero, Madre fecunda y amorosa, no puede olvidar a aquellos de sus hijos cuyos nombres desconocen los hombres, pero que están escritos en el libro de la vida.

Solemnidad de Todos los santos: oraciones de la Misa



Antífona de entrada

Alegrémonos todos en el Señor al celebrar este día de fiesta en honor de todos los Santos. Los ángeles se alegran de esta solemnidad y alaban a una al Hijo de Dios.

Oración colecta

Dios todopoderoso y eterno, que nos has otorgado celebrar en una misma fiesta los méritos de todos los Santos, concédenos, por esta multitud de intercesores, la deseada abundancia de tu misericordia y tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo.

Oración sobre las ofrendas

Dígnate aceptar, Señor, las ofrendas que te presentamos en honor de todos los Santos, y haz que sintamos interceder por nuestra salvación a todos aquellos que ya gozan de la gloria de la inmortalidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.