5 de noviembre de 2012

Adoración: Camino para vivir el Amor de Dios


Nos dice Benedicto XVI:
                           Cuando en adoración miramos a la Hostia consagrada, el signo de creación nos habla. Y así, hallamos la grandeza de este don; pero también encontramos la Pasión, la Cruz de Jesús y su Resurrección. A través de esta mirada de adoración, nos conduce hasta Él, dentro de su misterio, a través del cual quiere transformarnos como transformó la Hostia”.
En la adoración se cruzan las miradas del adorador y del Señor adorado. Por la adoración nos dejamos abrazar, abarcar y también abrasar por el Amor de Dios. Lo miro, lo amo, entablo un coloquio de amor. “¿Cómo pudiste hacerte tan pequeño, tan frágil para estar conmigo? Para que no tema tu absoluto poder y tu tremenda Majestad.Tú no viniste ni en el trueno, ni en el fuego, ni el viento huracanado o la tempestad cuando te manifestaste a Elías ,sino en la brisa. Pues , a mí te presentas en el suave suspiro del amante, suspiro que exhala como perfume de la Hostia Santa e Inmaculada.

Sí, aquí estás. Te veo. Te amo. Te adoro.
Como la paloma del Cantar de los cantares, que se esconde en la hendidura de la roca, mi alma se hunde en el abismo de tu Corazón traspasado por amor y descubre el abismo infinito de tu misericordia.

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