A lo largo de este mes mariano estamos invitados a ofrecer el santo sacrificio de la Misa en honor a nuestra Madre. La Iglesia tiene la sagrada costumbre de ofrecer Misas en honor de la santísima Virgen María. Es una práctica que se remonta a los primeros tiempos de la Iglesia, cuando se ofrecían Misas por los mártires en los aniversarios de su muerte. Nos damos perfecta cuenta que no puede ofrecerse la Misa a una criatura, que sólo puede ofrecerse a Dios. Pero es grato a Dios que honremos a su Madre, haciendo una conmemoración especial a Ella. Damos gloria a Dios honrando la obra maestra de su gracia: LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA. Cuando ofrecemos la Misa en honor a la Virgen María, pedimos a Ella que se una a nosotros para dar Gloria a Dios, y pedimos a Dios que nos conceda las gracias que solicitamos por la intercesión de nuestra Madre celestial.
Madre Mia eres, REINA DE LA PAZ
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