13 de diciembre de 2010

El exceso de Su Amor


Oh Jesús amantísimo mira hasta donde te ha llevado el exceso de tu amor: para darte todo a mí, me has preparado un banquete divino donde me sirves tu carne y tu sangre preciosa. ¿Quién te impulsó a esos transportes de amor? Nadie, con seguridad, sino tu corazón lleno de ternura. O adorable corazón de Jesús, horno ardiente del amor divino, recibe mi alma en tu llaga sagrada, para que en esta escuela de caridad, aprenda a amar en reciprocidad a un Dios que ha dado pruebas tan sorprendentes de su Amor. Amén.

Pío VII, 1818

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