Entre las prácticas que comprende la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, conformes con el fin de la misma, sobresale la de la Comunión de los nueve primeros viernes de mes seguidos, para conseguir además la gracia de la penitencia final, según promesa hecha por el mismo Sagrado Corazón a Santa Margarita María, para todos los fieles.
Así lo narra Santa Margarita María Alacoque: