30 de junio de 2014

Sin sacerdotes no hay Eucaristía



Si desapareciese el sacramento del Orden, no tendríamos al Señor.

¿Quién lo ha puesto en el sagrario?    El sacerdote.

29 de junio de 2014

15 minutos en compañía de Jesús Sacramentado


No es preciso, hijo mío, saber mucho para agradarme mucho; basta que me ames con fervor. Háblame, pues, aquí sencillamente, como hablarías a tu madre, a tu hermano.

¿Necesitas hacerme en favor de alguien una súplica cualquiera?

Dime su nombre, bien sea el de tus padres o hijos, bien el de tus hermanos y amigos; dime enseguida qué quisieras que hiciese actualmente por ellos. Pide mucho, mucho, no vaciles en pedir; me gustan los corazones generosos que llegan a olvidarse en cierto modo de sí mismos, para atender a las necesidades ajenas.

Háblame así, con sencillez, de los pobres a quienes quisieras consolar, de los enfermos a quienes ves padecer, de los extraviados que anhelas volver al buen camino, de los amigos ausentes que quisieras ver otra vez a tu lado. Dime por todos una palabra de amigo, palabra entrañable y fervorosa. Recuérdame que he prometido escuchar toda súplica que salga del corazón; y ¿no ha de salir del corazón el ruego que me dirijas por aquellos que tu corazón especialmente ama?

28 de junio de 2014

La indigencia del hombre y el poder de Cristo




“No tenemos más que cinco panes y dos pescados” (Lc 9,13). Tal es la respuesta de los discípulos ante el pedido de Jesús de alimentar a la multitud que los seguía en un lugar desierto (cf. Lc 9,12). Se trata de la confesión de una impotencia humana, que dará la oportunidad para que Jesús manifieste la omnipotencia divina mediante el signo portentoso de la multiplicación de los panes.

Desde el principio, la Iglesia ha entendido en este milagro del Señor, un signo que prefiguraba el pan eucarístico que Él nos dejaría como alimento para nuestra peregrinación terrena y como memorial perpetuo de su sacrificio redentor. El mismo Cristo así nos lo ha explicado al referirse a este acontecimiento en el sermón sobre el Pan de Vida, contenido en el capítulo 6 del Evangelio de San Juan.

Reparemos una nueva profanación ocurrida en Panamá



Entre los artículos robados el pasado 24 de junio en la Iglesia de la Merced están la hostia consagrada, el Copón (Copa donde se guardan las hostias y se sirve el vino) y un relicario con huesos de Beatos Mártires Mercedarios.

Mons. Ulloa relacionó el robo sufrido en la templo, ubicado en el barrio de San Felipe, con la pérdida de valores que sufre la sociedad panameña. Agregó que por encima de las creencias se deben recuperar los valores, como el respeto, la honestidad y la honradez.

Lo más grave, el robo de las hostias

25 de junio de 2014

Hora santa en la solemnidad del Sagrado Corazón



EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO

CANTO EN HONOR AL SAGRADO CORAZÓN

MEDITACIÓN (con las palabras de BENEDICTUS PP. XVI, en el Vaticano, 15 de mayo de 2006):

Las palabras del profeta Isaías, «sacaréis agua con gozo de los hontanares de salvación» (Isaías 12, 3), que dan inicio a la encíclica con la que Pío XII recordaba el primer centenario de la extensión a toda la Iglesia de la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, no han perdido nada de su significado hoy, cincuenta años después. Al promover el culto al Corazón de Jesús, la encíclica «Haurietis aquas» exhortaba a los creyentes a abrirse al misterio de Dios y de su amor, dejándose transformar por él. Cincuenta años después, sigue en pie la tarea siempre actual de los cristianos de continuar profundizando en su relación con el Corazón de Jesús para reavivar en sí mismos la fe en el amor salvífico de Dios, acogiéndolo cada vez mejor en su propia vida.

El costado traspasado del Redentor es el manantial al que nos invita a acudir la encíclica «Haurietis aquas»: debemos recurrir a este manantial para alcanzar el verdadero conocimiento de Jesucristo y experimentar más a fondo su amor. De este modo, podremos comprender mejor qué significa conocer» en Jesucristo el amor de Dios, experimentarlo, manteniendo fila mirada en Él, hasta vivir completamente de la experiencia de su amor, para poderlo testimoniar después a los demás. De hecho, retomando una expresión de mi venerado predecesor, Juan Pablo II, «junto al Corazón de Cristo, el corazón humano aprende a conocer el auténtico y único sentido de la vida y de su propio destino, a comprender el valor de una vida auténticamente cristiana, a permanecer alejado de ciertas perversiones del corazón, a unir el amor filial a Dios con el amor al prójimo. De este modo --y ésta es la verdadera reparación exigida por el Corazón del Salvador-- sobre las ruinas acumuladas por el odio y la violencia podrá edificarse la civilización del Corazón de Cristo» («Insegnamenti», vol. IX/2, 1986, p. 843).

 

23 de junio de 2014

El maravilloso magisterio de Benedicto XVI sobre la Eucaristía



Esta tarde quiero meditar con vosotros sobre dos aspectos, relacionados entre sí, del Misterio eucarístico: el culto de la Eucaristía y su sacralidad. Es importante volverlos a tomar en consideración para preservarlos de visiones incompletas del Misterio mismo, como las que se han dado en el pasado reciente.
Ante todo, una reflexión sobre el valor del culto eucarístico, en particular de la adoración del Santísimo Sacramento. Es la experiencia que también esta tarde viviremos nosotros después de la misa, antes de la procesión, durante su desarrollo y al terminar. Una interpretación unilateral del concilio Vaticano II había penalizado esta dimensión, restringiendo en la práctica la Eucaristía al momento celebrativo. En efecto, ha sido muy importante reconocer la centralidad de la celebración, en la que el Señor convoca a su pueblo, lo reúne en torno a la doble mesa de la Palabra y del Pan de vida, lo alimenta y lo une a sí en la ofrenda del Sacrificio. 

22 de junio de 2014

Corpus Christi: solemnidad litúrgica que invita a adorar al Señor



En la Fiesta del Corpus Domini celebramos a Jesús “pan vivo bajado del cielo” (Jn.6,51) alimento para nuestra hambre de vida eterna, fuerza para nuestro camino. Agradezco al Señor que hoy me dona celebrar el Corpus Domini con ustedes, hermanos y hermanas de esta Iglesia que está en Cassano Allo Jonio. La fiesta de hoy es la fiesta en la cual la Iglesia alaba al Señor por el don de la Eucaristía. Mientras el Jueves Santo recordamos su institución en la Última Cena, hoy predomina la acción de gracias y la adoración. Y de hecho, es tradicional en este día la procesión con el Santísimo Sacramento. Adorar a Jesús Eucaristía y caminar con Él.   Estos son los dos aspectos inseparables de la fiesta de hoy, dos aspectos que dan huella a toda la vida del pueblo cristiano: un pueblo que adora a Dios y un pueblo que camina, que no está detenido, camina.

21 de junio de 2014

Homilía para el Corpus Christi


La fiesta del Corpus celebrada en el mes del Sagrado Corazón, abre generosamente a todos –de manera más abundante–, los tesoros de la misericordia divina, y nosotros hemos venido a decirle a nuestro Padre Dios, que deseamos renovar nuestra condición de hijos, compartiendo la Palabra y el Pan. De esta manera, nos unimos a toda la Iglesia Católica dispersa en el mundo, para rendir homenaje a Cristo e implorar su misericordia.

Esa bella poesía que llamamos Secuencia del Corpus Christi, nos dice: «El motivo de alabanza que hoy se nos propone, es el pan que da la vida». Y también: «Bajo la forma del pan y del vino que son signos solamente, se ocultan preciosas realidades». «Este es el pan de los ángeles, convertido en alimento de los hombres peregrinos, es el verdadero pan de los hijos…».

20 de junio de 2014

Filipinas: sede del próximo Congreso Eucarístico Internacional


"Jesús en nosotros, la esperanza de la gloria" será el lema elegido para el 51º Congreso Eucarístico Internacional que se celebrará en Cebú, Filipinas, en enero de 2016. "Nosotros sólo esperamos en una persona. Esperamos en Dios", afirmó el arzobispo de Manila, cardenal Luis Antonio Tagle, al explicar, en una conferencia de prensa, el sentido del lema.

El purpurado filipino señaló desde el punto de vista gramatical que el verbo “esperar” está acompañado de la preposición “en”, indicando así una fuente de la esperanza, la cual es finalmente Dios, porque lo que celebra la Iglesia en el Congreso Eucarístico es que Dios “ya vino a nosotros” y que es “la mayor razón para la esperanza”. “Tenemos deseos -explicó-, pero los deseos no son esperanza. La gente puede tener muchos deseos, pero puede no tener esperanza".

19 de junio de 2014

Hora Santa para Corpus Christi: pensamientos breves sobre la Eucaristía




EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO

CANTO DE ADORACIÓN

1. Pensamiento- Concilio Vaticano II:

"Es el don más grande que el Señor ha ofrecido a su Esposa, la Iglesia permanente...

Es compendio de las palabras, vida y obra de Jesús,

ofrecida al Padre por nosotros...

Es gloria de su Cuerpo Resucitado.

Es fuente, centro y culmen de la vida cristiana".

SILENCIO

CANTO DE ADORACIÓN

18 de junio de 2014

La Solemnidad del Corpus Christi



A fines del siglo XIII surgió en Lieja, Bélgica, un Movimiento Eucarístico cuyo centro fue la Abadía de Cornillón fundada en 1124 por el Obispo Albero de Lieja. Este movimiento dio origen a varias costumbres eucarísticas, como por ejemplo la Exposición y Bendición con el Santísimo Sacramento, el uso de las campanillas durante la elevación en la Misa y la fiesta del Corpus Christi.

Estas procesiones fueron dotadas de indulgencias por los Papas Martín V y Eugenio IV, y se hicieron bastante comunes a partir del siglo XIV.

14 de junio de 2014

Homilía sobre la Eucaristía en vísperas de la solemnidad de la Santísima Trinidad



1. "Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a que habéis sido llamados" (Ef 4, 4).
¡Un solo cuerpo! En estas palabras del apóstol san Pablo se concentra esta tarde de modo particular nuestra atención, durante estas Vísperas solemnes, con las que inauguramos el Congreso eucarístico internacional. Un solo cuerpo: nuestro pensamiento va, ante todo, al Cuerpo de Cristo, ¡Pan de vida!
Jesús, que nació hace dos mil años de María Virgen, quiso dejarnos durante la última Cena su cuerpo y su sangre, inmolados por toda la humanidad. En torno a la Eucaristía, sacramento de su amor a nosotros, se reúne la Iglesia, su Cuerpo místico. Cristo y la Iglesia, un solo cuerpo, un único y gran misterio. Mysterium fidei!

7 de junio de 2014

El Espíritu Santo y la Eucaristía



La acción del Espíritu Santo se desarrolla en el sacramento eucarístico, cima del encuentro personal entre Jesucristo y el creyente, en orden a la plena apropiación de su santidad, a revestirse con ella. Ciertamente, la Eucaristía extiende y hace presente toda la vida de Cristo, aunque de manera especial destacamos el misterio de la Encarnación y la Pascua, momentos constitutivos del misterio cristiano donde contemplamos la acción del Espíritu Santo, tanto para tejer la veste humana del Salvador en el seno de María, como para vivificar la humanidad muerta de Jesús y llamarlo al estado glorioso de Señor.[1]
 
 
Efectivamente, en la Eucaristía entramos en comunión con el Hijo de Dios hecho carne que santifica a los hombres, ya que por medio de este admirable sacramento

 
“Cristo se vuelca en nosotros y con nosotros se funde, cambiándonos y transformándonos en sí como una gota de agua en un infinito océano de ungüento perfumado. Éstos son los efectos que puede producir ese ungüento en los que lo encuentran: no sólo los vuelve perfumados, no sólo les hace aspirar ese perfume, sino que transforma su misma sustancia en el perfume de ese ungüento y nosotros nos volvemos el buen olor de Cristo”.[2]
 

6 de junio de 2014

La Eucaristía: fuerza que transforma el mundo


¿Qué está sucediendo? ¿Cómo Jesús puede repartir su Cuerpo y su Sangre? Haciendo del pan su Cuerpo y del vino su Sangre, anticipa su muerte, la acepta en lo más íntimo y la transforma en una acción de amor. Lo que desde el exterior es violencia brutal ―la crucifixión―, desde el interior se transforma en un acto de un amor que se entrega totalmente. Esta es la transformación sustancial que se realizó en el Cenáculo y que estaba destinada a suscitar un proceso de transformaciones cuyo último fin  es  la  transformación  del mundo hasta que Dios sea todo en todos (cf. 1 Co 15, 28). Desde siempre todos los hombres esperan en su corazón, de algún modo, un cambio, una transformación del mundo.

4 de junio de 2014

Aman la Eucaristía, la oración y el vínculo apostólico


John Harbaugh, de 51 años, ex jugador y ahora entrenador de fútbol americano y ganador de la SuperBowl de 2013 a su propio hermano (ambos católicos practicantes), participó recientemente en la cena y misa de Catholic Athlets for Christ [Deportistas Católicos por Cristo], y concedió en mayo una entrevista al National Catholic Register donde volvió a expresar con nitidez sus convicciones cristianas.
 Y sus respuestas muestran una fe que va más allá de lo aprendido en casa o en la parroquia, y muestra una formación seria y un interés personal en procurársela.

 "La misa me recuerda que cada sacerdote, hoy, puede remontar su linaje hasta Jesús. Hay una sucesión ininterrumpida de obispos que han ordenado sacerdotes durante siglos, de modo que todos y cada uno de los sacerdotes católicos están verdaderamente unidos a Jesús de forma sacramental. Es algo extraordinario e irreemplazable que nos ofrece hoy la Iglesia", afirma cuando le preguntan por su decisión de reimplantar una misa regular para los jugadores y miembros del equipo técnico de los Baltimore Ravens que quisieran asistir.

2 de junio de 2014

Hora santa: vigilia de Pentecostes




Exposición del Santísimo Sacramento

Canto

Rezamos juntos:

Ven, Espíritu Santo, luz y gozo,

Amor, que en tus incendios nos abrazas:

renueva el alma de este pueblo tuyo

que por mis labios canta tu alabanza.


En tus fatigas diarias, sé descanso;

en su lucha tenaz, vigor y gracia:

haz germinar la caridad del Padre,

que engendra flores y que quema zarzas.


Ven, Amor, que iluminas el camino,

compañero divino de las almas:

ven con tu viento a sacudir al mundo

y a abrir nuevos senderos de esperanza. Amén


1 de junio de 2014

La Ascensión fue anunciada en la primera Eucaristía


CATEQUESIS DE SAN JUAN PABLO II DEL 05-04-89
1. Los símbolos de fe más antiguos ponen después del artículo sobre la resurrección de Cristo, el de su ascensión. A este respecto los textos evangélicos refieren que Jesús resucitado, después de haberse entretenido con sus discípulos durante cuarenta días con varias apariciones y en lugares diversos, se sustrajo plena y definitivamente a las leyes del tiempo y del espacio, para subir al cielo, completando así el «retorno al Padre» iniciado ya con la resurrección de entre los muertos.

En esta catequesis vemos cómo Jesús anunció su ascensión (o regreso al Padre) hablando de ella con la Magdalena y con los discípulos en los días pascuales y en los anteriores la Pascua.

2. Jesús, cuando encontró a la Magdalena después de la resurrección, le dice: «No me toques, que todavía no he subido al Padre; pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios» (Jn 20,17).

Ese mismo anuncio lo dirigió Jesús varias veces a sus discípulos en el período pascual. Lo hizo especialmente durante la última Cena, «sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre…, sabiendo que el Padre le había puesto todo en sus manos y que había salido de Dios y a Dios volvía» (Jn 13, 1-3). Jesús tenía, sin duda, en la mente su muerte ya cercana y, sin embargo, miraba más allá y pronunciaba aquellas palabras en la perspectiva de su próxima partida, de su regreso al Padre mediante la ascensión al cielo: «Me voy a aquel que me ha enviado» ( Jn 16, 5): « Me voy al Padre, y ya no me veréis» (Jn 16, 10). Los discípulos no comprendieron bien, entonces, qué tenía Jesús en mente, tanto menos cuanto que hablaba de forma misteriosa: «Me voy y volveré a vosotros», e incluso añadía: «Si me amarais, os alegraríais de que me fuera al Padre, porque el Padre es más grande que yo» (Jn 14, 28). Tras la resurrección aquellas palabras se hicieron para los discípulos más comprensibles y transparentes, como anuncio de su ascensión al cielo.