19 de septiembre de 2014

Claras definiciones del prefecto de la Congregación de la Fe


El cardenal Müller precisa que "la total indisolubilidad de un matrimonio es un dogma divino"

El cardenal Gerhard Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe en el Vaticano, ha precisado que la indisolubilidad del matrimonio no es una mera doctrina sino un dogma de la Iglesia, y ha resaltado la necesidad de comprender la realidad de este sacramento y de la familia.

Así lo ha expresado en un libro-entrevista que pronto será publicado y que ha sido realizado por el periodista español Carlos Granados, director de la Biblioteca de Autores Cristianos en Madrid. El libro se titula La esperanza de la familia y será lanzado en inglés, italiano y español, porparte de la editorial Ignatius Press.

Según informa Aciprensa, en el texto, el prelado alemán corrige los malos entendidos sobre la enseñanza de la Iglesia respecto a la familia, se refiere a la dramática situación de los hijos de padres separados y resalta la necesidad de una mayor educación que debe comenzar con la realidad del amor de Dios.

El libro, señala Andrea Gagliarducci, vaticanista de CNA –agencia en inglés del grupo ACI– puede considerarse como la “contribución definitiva” para los preparativos para el siguiente Sínodo de los Obispos, dedicado a la familia, que se realizará en Roma del 5 al 19 de octubre. Por el momento, el cardenal ha decidido no dar más entrevistas.

Diversas publicaciones han especulado sobre “posibles cambios” en la enseñanza de la Iglesia respecto a la recepción de la Comunión por parte de los divorciados en nueva unión, así como una disciplina más laxa en cuanto a la anulación del matrimonio.

“Dogma definitivo”

Ante estas especulaciones, el cardenal Müller reafirma que “la total indisolubilidad de un matrimonio válido no es mera doctrina, sino que es un dogma divino y definitivo de la Iglesia”.

Sobre quienes dicen que los divorciados pueden “comenzar todo de nuevo” o que el amor entre dos personas puede morir, el purpurado indicó que “estas teorías están radicalmente equivocadas”.

El cardenal Müller explica que “uno no puede declarar que un matrimonio está extinguido bajo el pretexto de que el amor entre los esposos está ‘muerto’” porque “la indisolubilidad del matrimonio no depende de los sentimientos humanos, ya sean permanentes o transitorios. Esta propiedad del matrimonio la quiere Dios mismo. El Señor está involucrado en el matrimonio entre hombre y mujer, y por eso el lazo existe y tiene su origen en Dios. Esa es la diferencia”. 

Para el Prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe los errores en el entendimiento del matrimonio en nuestra sociedad son el resultado del individualismo, y propone un nuevo anuncio de la Palabra de Dios para superarlos.

“En un mundo amargamente individualista y subjetivista, el matrimonio ya no se percibe como una oportunidad para el ser humano de llegar a su plenitud, compartiendo el amor”, lamenta.

“Una falsa antropología que lleva al desastre”

“Estamos llamados a anunciar una vez a Dios, ¡a la Trinidad de Amor! Debemos anunciar al Dios revelado que nos llama a ser parte de su ser relacional”, afirma y añade que es importante una buena educación para el sacramento: “la preparación remota para el matrimonio –desde la infancia y la adolescencia– debe ser una prioridad pastoral y educativa”.
Ante los errores y la mala comprensión del matrimonio, el cardenal Müller señala luego que “como pastor, me digo a mí mismo: ¡no puede ser! ¡Tenemos que decirle a la gente la verdad! Debemos abrir sus ojos, decirles que han sido cobardemente engañados a través de una falsa antropología que solo puede llevar al desastre”.

“Los huérfanos del divorcio, a veces rodeados por muchos bienes y con mucho dinero disponible, son los más pobres entre los pobres, porque tienen cosas materiales pero están privados del bien fundamental: el amor entregado de los padres que ellos mismos niegan para sus hijos”.

El libro La esperanza de la familia contiene un prefacio escrito por el cardenal Fernando Sebastián, de quien el Papa Francisco, cuando todavía era el cardenal Jorge Mario Bergoglio, se consideraba su “alumno”, en el que señala que “el principal problema presente en la Iglesia respecto a la familia no es el pequeño número de divorciados y vueltos a casar que quieren recibir la comunión eucarística”.

“Nuestro más serio problema es el gran número de bautizados que se casen civil y sacramentalmente que no viven el matrimonio o la vida marital en armonía con la vida cristiana y las enseñanzas de la Iglesia, que los convertiría es iconos vivientes del amor de Cristo por su Iglesia presente y sirviendo en el mundo”.

En su defensa del dogma de la indisolubilidad del matrimonio, al cardenal Müller también se le han unidos los cardenales Caffarra, Brandmüller, Bagnasco, Sarah, Re, Ruini, De Paolis, y Collins, entre otros.

El 7 de octubre, Ignatius Press también lanzará el libro Permaneciendo en la verdad de Cristo, un trabajo de cinco cardenales que responde al cardenal Walter Kasper y que refutan la “premisa de que la doctrina tradicional católica y la práctica pastoral contemporánea están en contradicción”.


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