31 de octubre de 2012

Mensaje de María, Reina de la Paz



¡Queridos hijos! Hoy los invito a orar por mis intenciones. Renueven el ayuno y la oración, porque satanás es astuto y atrae muchos corazones al pecado y a la perdición. Yo los invito, hijitos, a la santidad y a vivir en la gracia. Adoren a mi Hijo para que Él los colme con Su paz y Su amor a los que ustedes anhelan. Gracias por haber respondido a mi llamado.
25-10-2012

Comentario del P. Justo Antonio Lofeudo


"Adoren a mi Hijo para que Él los colme con Su paz y Su amor a los que ustedes anhelan."

         
A la oración y el ayuno, Ella agrega la adoración a su Hijo, o sea la adoración eucarística. La adoración nos permite ahondar el misterio, tener encuentros con el Señor más profundos, prolongados y perdurables que los que tenemos en las celebraciones eucarísticas, y así, en la medida que entramos en su intimidad Él entra en la nuestra. Porque adorar es penetrar en el misterio del amor de Dios, que es su intimidad más profunda, y dejarse penetrar por su amor. 

28 de octubre de 2012

No hay nueva evangelización sin Eucaristía




Declaraciones del Cardenal Antonio Cañizares, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la disciplina de los Sacramentos, día 26 de octubre de 2012, en la Sala de Prensa del Sínodo de los Obispos, cuyo tema es: “La nueva evangelización para la trasmisión de la fe”

El cardenal Antonio Cañizares hizo declaraciones a los periodistas de lengua española reunidos en la Sala de Prensa de la Santa Sede acerca de los temas considerados en el Sínodo de los Obispos, cuyo tema es “La nueva evangelización para la trasmisión de la fe”.

“El gran reto del Sínodo -dijo el cardenal español- es hacer revivir la presencia de Dios, la necesidad de Dios en el hombre y de manera especial que la Iglesia ser testigo de la presencia de Dios”.

“Dios tiene que estar en el centro de la nueva evangelización --aseveró Su Eminencia- pues todo cambia si Dios existe o no. Es necesario anunciar el reino del Señor para contraponerse a la secularización y la Iglesia tiene que ser testigo”.

27 de octubre de 2012

Himno Eucarístico

Orar con los salmos ante la presencia eucarística



De un libro miniado elaborado por el scriptorum monástico:
Miniatura que representa al rey David tocando el arpa delante del Arca de la Alianza, camino de regreso a Jerusalén.


La palabra griega “psalmos” y la latina “psalmus” vienen del verbo “psallo”, pulsar las cuerdas de un instrumento, el “salterio”, haciéndolas vibrar, como hacía David para calmar los ánimos de Saúl (1 Samuel 16, 16-23). Hoy los sabios escrituristas dicen que los salmos probablemente fueron escritos entre el siglo octavo antes de Cristo y el siglo segundo (a.C..) por autores anónimos – aunque el libro judío con frecuencia los atribuye, entre otros, a David, Asaf y Coré-y que, la mayor parte fueron redactados definitivamente después de volver del destierro de Babilonia y de construir el nuevo Templo en Jerusalem (año 515 antes de Cristo). En los mismos hay odas de una grandiosidad épica y pequeños poemas de una sencillez encantadora.

Desde el 1 hasta el 150 hay un solo tema que palpita en cada uno de estos himnos: Dios. De Él se habla. A Él se le canta; a su misericordia se le pide perdón y a su poderío se le implora protección. Y en la descripción de la Suprema Belleza de Dios y de su infinito amor ningún otro poeta ha logrado superar en belleza literaria a los autores de los salmos. Allí se le canta a la grandeza salvaje de los montes y a las costumbres populares de la gente humilde. Allí se le canta a la historia, a la patria, al mar, a las tempestades y al amor del hogar, y todo con una entonación elevada que llega frecuentemente a las alturas de lo sublime. Los salmos son la voz de todos los que gimen, adoran, dan gracias y piden perdón. Más que Píndaro y Horacio, más que Homero y Dante, los salmistas compusieron cánticos inmortales que resonarán en todos los países, a través de todas las edades, para ser el eco de todos los sentimientos y afectos de la humanidad para con Dios. Así que Dios, al darnos este libro de Plegarias, ha puesto en nuestras manos las más preciadas joyas de la literatura universal.

26 de octubre de 2012

El santo sacrificio de la Misa en el Catecismo Mayor II



2º.- De la manera de asistir a la santa Misa

666.- ¿Qué cosas son necesarias para oír bien y con fruto la santa Misa? - Para oí bien y con fruto la santa Misa son necesarias dos cosas: 1ª., modestia en el exterior de la persona; 2ª., devoción del corazón.

667.- ¿En qué consiste la modestia de la persona? - La modestia de la persona consiste de un modo especial en ir modestamente vestido, en guardar silencio y recogimiento.

668.- ¿Cuál es la mejor manera de practicar la devoción del corazón mientras se oye la santa Misa? - La mejor manera de practicar la devoción del corazón mientras se oye la santa Misa, es la siguiente:

1º. Unir desde el principio nuestra intención con la del sacerdote, ofreciendo a Dios el santo sacrificio por los fines para que fue instituido.

2º. Acompañar al sacerdote en todas las oraciones y acciones del sacrificio.

3º. Meditar la pasión y muerte de Jesucristo y aborrecer de corazón los pecados que fueron causa de ella.

4º. Hacer la comunión sacramental o, a lo menos, la espiritual, al tiempo que comulga el sacerdote.

El santo sacrificio de la Misa en el Catecismo Mayor



1º.- De la esencia, institución y fines del santo sacrificio de la Misa

652.- ¿Es la Eucaristía solamente sacramento? - La Eucaristía, además de sacramento, es también el sacrificio perenne de la nueva ley dejado por Jesucristo a su Iglesia para ser ofrecido a Dios por mano de los sacerdotes.

653.- ¿En qué consiste en general el sacrificio? - El sacrificio en general consiste en ofrecer una cosa sensible a Dios y destruirla de alguna manera en reconocimiento de su supremo dominio sobre nosotros y sobre todas las cosas.

654.- ¿Cómo se llama este sacrificio de la nueva ley? - Este sacrificio de la nueva ley se llama la santa Misa.

655.- ¿Qué es, pues, la santa Misa? - La santa Misa es el Sacrificio del Cuerpo y Sangre de Jesucristo, que se ofrece sobre nuestros altares bajo las especies de pan y de vino en memoria del sacrificio de la Cruz.

25 de octubre de 2012

Del precepto de la comunión



Continuamos con las enseñanzas del Catecismo Mayor:


647.- ¿Cuándo hay obligación de comulgar? - Hay obligación de comulgar todos los años por Pascua florida o de Resurrección y, además, en peligro de muerte.

648.- ¿A qué edad empieza a obligar el precepto de la Comunión pascual? - El precepto de la Comunión pascual empieza a obligar a la edad de la discreción, esto es, luego que se tiene uso de razón.

De las enseñanzas del Catecismo Mayor sobre la Eucaristía



3º.- De las disposiciones necesarias para bien comulgar

629.- ¿Produce siempre en nosotros sus maravillosos efectos el sacramento de la Eucaristía? - El sacramento de la Eucaristía produce en nosotros sus maravillosos efectos cuando lo recibimos con las debidas disposiciones.

630.- ¿Cuántas cosas son necesarias para hacer una buena Comunión? - Para hacer una buena Comunión son necesarias tres cosas: 1ª., estar en gracia de Dios; 2ª., guardar el ayuno debido; 3ª., saber lo que se va a recibir y acercarse a comulgar con devoción.

631.- ¿Qué quiere decir estar en gracia de Dios? - Estar en gracia de Dios quiere decir tener la conciencia pura y limpia de todo pecado mortal.

22 de octubre de 2012

Fiesta litúrgica del beato Juan Pablo II



Juan Pablo II en la Encíclica EE , el número 25, dice:

 El culto que se da a la Eucaristía fuera de la Misa es de un valor inestimable en la vida de la Iglesia. Dicho culto está estrechamente unido a la celebración del Sacrificio eucarístico. La presencia de Cristo bajo las sagradas especies que se conservan después de la Misa –presencia que dura mientras subsistan las especies del pan y del vino [45]–, deriva de la celebración del Sacrificio y tiende a la comunión sacramental y espiritual [46]. Corresponde a los Pastores animar, incluso con el testimonio personal, el culto eucarístico, particularmente la exposición del Santísimo Sacramento y la adoración de Cristo presente bajo las especies eucarísticas [47].

De las enseñanzas del Catecismo Mayor



2º.- De la institución y de los efectos del sacramento de la Eucaristía

624.- ¿En qué tiempo instituyó Jesucristo el sacramento de la Eucaristía? - Jesucristo instituyó el sacramento de la Eucaristía en la última Cena que hizo con sus discípulos la noche antes de su Pasión.

625.- ¿Por qué instituyó Jesucristo la Santísima Eucaristía? - Jesucristo instituyo la Santísima Eucaristía para tres fines principales:

1º. Para que fuese sacrificio de la nueva ley.

2º. Para que fuese manjar de nuestra alma.

3º. Para que fuese un perpetuo memorial de su pasión y muerte y una prenda preciosa de su amor a nosotros y de la vida eterna.

20 de octubre de 2012

En el año de la Fe: revivimos las enseñanzas del catecismo Mayor de San Pio X

(promulgado el 18 de octubre de 1912)

Antecedente del actual Catecismo de la Iglesia Católica

En 2003, el entones cardenal Joseph Ratzinger -actualmente el Papa Benedicto XVI- afirmó que el Catecismo de San Pío X continúa todavía válido, porque "la fe como tal es siempre idéntica. Por lo tanto, el Catecismo de San Pío X conserva siempre su valor. Lo que pude cambiar es la manera de transmitir los contenidos de la fe. [...] Pero eso no impide que pueda haber personas o grupos de personas que se sientan más a la voluntad con el Catecismo de San Pío X. Es preciso no olvidar que aquel Catecismo [...] era fruto de la experiencia catequética personal de Giuseppe Sarto [...]. También por eso, el Catecismo de San Pío X podrá continuar y tener en el futuro algunos amigos". El cardenal Ratzinger fue el responsable de la preparación del actual Catecismo de la Iglesia Católica, promulgado por Juan Pablo II.


San Pío X, patrono de los catequistas

DE LA EUCARISTÍA

1º.- De la naturaleza de este sacramento y de la presencia real de Jesucristo en el mismo

598.- ¿Qué es el sacramento de la Eucaristía? - La Eucaristía es un sacramento en el cual, por la admirable conversión de toda la sustancia del pan en el Cuerpo de Jesucristo y de toda la sustancia del vino en su preciosa Sangre, se contiene verdadera, real y sustancialmente el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad del mismo Jesucristo Señor nuestro, bajo las especies del pan y del vino, para nuestro mantenimiento espiritual.

599.- ¿Está en la Eucaristía el mismo Jesucristo que está en el cielo y que en la tierra nació de la Santísima Virgen? - Si, señor; en la Eucaristía está verdaderamente presente el mismo Jesucristo que está en el cielo y que en la tierra nació de la Santísima Virgen.

19 de octubre de 2012

La liturgia se celebra para Dios y no para nosotros mismos



S.S. Benedicto XVI, Audiencia General del 3 de octubre de 2012

La Iglesia se hace visible de muchas maneras: en la acción caritativa, en los proyectos de misión y en el apostolado personal que cada cristiano debe realizar en el propio ambiente. Pero el lugar donde se la experimenta plenamente como Iglesia es en la liturgia: la liturgia es el acto en el cual creemos que Dios entra en nuestra realidad y nosotros lo podemos encontrar, lo podemos tocar.

17 de octubre de 2012

Sínodo sobre la Nueva Evangelización

Ponencia de S. Em. R. Cardenal Angelo SCOLA, Arzobispo de Milán (ITALIA)

en la XIII Asamblea del Sínodo de los Obispos, 15 de octubre de 2012

"¿Cuáles son las dimensiones constitutivas que no pueden faltar nunca en la evangelización?

A través del sumario de los Hechos de los Apóstoles (Hch 2, 42.46-47), podemos identificar cuatro:

1. “Se mantenían constantes... en la fracción del pan y en las oraciones...”: la Eucaristía es la fuente inagotable de la vida de la comunidad.

2. “Se mantenían constantes en la enseñanza de los apóstoles”, heraldos de la Palabra de Dios en todos los ámbitos de la existencia humana. San Pablo habla de educación al “pensamiento de Cristo” (cf. 1 Co 2, 16). San Máximo el Confesor lo describe de este modo: “También yo, de hecho, digo que tengo el pensamiento de Cristo, es decir, el pensamiento que piensa según Él y piensa Él a través de todas las cosas”.

15 de octubre de 2012

Frases de Santa Teresa de Ávila sobre Jesús Eucaristía



"No sé qué trabajos, por grandes que fuesen, se habían de tener, a trueque de tan gran bien para la cristiandad; que aunque muchos no lo advertimos estar Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, como está en el Santísimo Sacramento en muchas partes, gran consuelo nos había de ser."

"Mas a ésta habíale el Señor dado tan viva fe, que cuando oía decir a algunas personas que quisieran ser en el tiempo que andaba Cristo nuestro bien en el mundo, veía entre sí, pareciéndole que teniéndole tan verdaderamente en el Santísimo Sacramento como entonces, que más se les daba."

14 de octubre de 2012

Indulgencias para el año de la Fe: la comunión eucarística es fundamental



En conformidad con el Sumo Pontífice Benedicto XVI, que ha establecido un Año particularmente dedicado “a la profesión de la verdadera Fe” que dará comienzo el próximo 11 de octubre, en el día del cincuenta aniversario de la solemne apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II, la Penitenciaría Apostólica ha hecho público el Decreto para ganar el don de las indulgencias durante el Año de la Fe.

13 de octubre de 2012

Frutos de la Comunión


Según el R. P. Antonio Royo Marín, los principales efectos que la Sagrada Comunión bien recibida son los siguientes:

1) La Eucaristía nos une íntimamente con Cristo y, en cierto sentido, nos transforma en Él. Es el primer efecto y más inmediato puesto que en el recibimos real y verdaderamente el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad del mismo Cristo. "Yo soy el pan de vida...Yo soy el pan que bajó del cielo...Si uno come de este pan vivirá para siempre y el pan que yo daré es la carne mía para la vida del mundo. En verdad, en verdad, os digo, si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis la sangre del mismo, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y Yo le resucitaré el último día. Porque la carne mía es verdaderamente comida y la sangre mía es verdaderamente bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en Mí permanece y Yo en él. El que come de este pan vivirá eternamente" (Juan, 6, 35-58).

Los alimentos corporales que comemos, los transformamos en carne propia; por el contrario, al comulgar es Cristo quien nos transforma en Él, haciéndonos cada vez más semejantes a Él. El que comulga bien, puede decir con San Pablo: “Cristo vive en mí" (Gálatas, 2, 20). Esto es una maravillosa realidad. Podemos poner un ejemplo, aunque muy imperfecto: al arrojar una esponja al agua, podemos decir que la esponja está en el agua y el agua está en la esponja.

La santa comunión nos une a Cristo de una manera muy estrecha e íntima por medio de una gran caridad y vehemente amor. Después de ser recibido por nosotros, “Jesucristo nos mira como cosa suya propia y nos cuida con especialísimo amor, como cosa a él perteneciente y nos rodea de singular providencia para que seamos y permanezcamos dignos de Él. No sólo tiene cuidado de nuestra alma, sino aún de nuestro propio cuerpo y de toda nuestra persona en orden a nuestra santificación y perfección” .

12 de octubre de 2012

Año de la Fe: "La Sagrada Liturgia, manifestación del misterio de Cristo y de la verdadera Iglesia"



De una breve cita de la Constitución “Sacrosanctum Concilum” sobre la Sagrada Liturgia, (cfr.n.2), que fuera el primer documento aprobado por el Concilio Vaticano II en diciembre 1963

“La Liturgia, por cuyo medio "se ejerce la obra de nuestra Redención", sobre todo en el divino sacrificio de la Eucaristía, contribuye en sumo grado a que los fieles expresen en su vida, y manifiesten a los demás, el misterio de Cristo y la naturaleza auténtica de la verdadera Iglesia.

11 de octubre de 2012

Apertura del año de la Fe



De la audiencia en este día de Benedicto XVI:

Mirando en esta luz la riqueza contenida en los documentos del Vaticano II, quisiera nombrar sólo las cuatro Constituciones, casi cuatro puntos cardinales de la brújula capaz de orientarnos. La Constitución sobre la Sagrada Liturgia Sacrosanctum Concilium nos indica cómo en la Iglesia en primer lugar está la adoración, está Dios, está la centralidad del misterio de la presencia de Cristo.

10 de octubre de 2012

Adoración eucarística: camino de renovación de la Fe



La Adoración Eucarística es un camino de renovación de la Fe, es un modo de permanecer en el amor de Dios uniéndonos íntimamente a Él, cual el sarmiento a la vid, muchos son los frutos que derivan de la Adoración. El más inmediato es la intimidad con el Señor y el poder ahondarla.

Quien adora encuentra paz, una paz desconocida para el mundo. Son muchísimos los testimonios en ese sentido. Personas que nunca pisaron una iglesia y que de pronto por alguna circunstancia o porque el Señor las atrajo entraron a la capilla de adoración y encontraron la paz para ellos desconocida, la que sólo puede dar el Señor.

8 de octubre de 2012

Propuesta para el año de la Fe



Podemos decir los que podrían ser signos de una renovación profunda de la fe:
   1. Que en todas partes se celebrara correctamente la liturgia; que los sacerdotes fomenten por todos los medios el sacramento de la penitencia, y estuvieran dispuestos a dedicar horas a este exigente y apasionante ministerio; que anunciaran orgánicamente el entero misterio de Cristo en la predicación y en la catequesis, sobre todo el misterio eucarístico
 2. Una participación cada vez más consciente y activa de los fieles en la liturgia, especialmente en la Eucaristía; esto requiere una paciente labor de explicar el hondo y riquísimo significado de todo lo que se hace y se dice en la liturgia.

7 de octubre de 2012

San Juan de Ávila, proclamado Doctor de la Iglesia


La Eucaristía como sacramento y comunión

Lo que se celebra en la Eucaristía (como presencia y sacrificio del Señor), tiene eficaz significado sacramental, «pues eso que pasa de fuera, se ha de obrar allá dentro; que los sacramentos así son, que lo que muestran de fuera obran de dentro» (Serm 57, 357ss). De modo especial, esta acción sacramental tiene lugar en la comunión eucarística: «¿Quién vio, quién oyó que Dios se diese en majar a los hombres y que el Criador sea manjar de su criatura?» (Serm 33, 20ss).
La presencia de Cristo sacrificado se hace comunión sacramental. La comunión no es, pues, algo separado del sacrificio, sino unido a él: «Manso va el Señor y callado como un cordero, y con entrañas encendidas de amor para darnos lo que nos cumple; y todo lo que allí se ve y se cree nos convida a que nos lleguemos a Él, a recibir de su mano el perdón y la gracia» (Serm 36, 213ss). «Todo lo cual recibís cuando comulgáis» (cuerpo, sangre, alma y divinidad) (Serm 37, 1032ss).

6 de octubre de 2012

Preparándonos al año de la Fe: del "Pequeño catecismo eucarístico" VII



CONDICIONES PARA HACER BIEN LA COMUNIÓN

74. ¿Qué se requiere para hacer bien la Comunión? Se requieren por lo menos tres condiciones:

1) estar en gracia de Dios;

2) pensar y saber a quién se recibirá;

3) estar en ayunas por lo menos una hora antes de la Comunión, excluyendo el agua y los medicamentos.

75. ¿Qué quiere decir «pensar y saber a quién se recibirá»? Quiere decir, sobre todo, conocer las verdades fundamentales que se refieren a la Eucaristía y, principalmente, saber que en la Hostia Consagrada está presente verdaderamente Jesús vivo. Pero si se hace la Comunión es necesario renovar la fe, para recibir a Jesús con gran anhelo, devoción y amor. Sólo así la Comunión dará todos sus frutos. Esto es lo que quiere decir «saber y pensar a quién se recibirá».

76. ¿Cómo se recibe la Comunión? La comunión puede ser recibida, de pie o de rodillas;  directamente en la boca; para esto, el sacerdote pone la Hostia Consagrada sobre la lengua de quien se acerca a comulgar. Quien quiera, la puede recibir también sobre la mano, siempre que sepa cómo hacerlo: se debe poner la mano izquierda con la palma abierta sobre la mano derecha, el sacerdote pone en la mano la Hostia, sobre la palma de la mano izquierda, e inmediatamente después se toma respetuosamente con el pulgar y el índice de la mano derecha, para llevarla con devoción a la boca. Como ya hemos recordado, si alguna migaja quedara sobre la mano, tenemos que llevarla también a la boca.

5 de octubre de 2012

Sepamos vivir la liturgia como acción de Dios en nosotros


Audiencia de Benedicto XVI 

“¿En mi vida, reservo un espacio suficiente a la oración y, sobre todo, qué lugar tiene en mi relación con Dios la oración litúrgica, especialmente la Santa Misa, como participación en la oración común del Cuerpo de Cristo que es la Iglesia?”.
·         Así que la vida de oración es estar habitualmente en presencia de Dios y tener conciencia de ello, en el vivir en relación con Dios como si viviese las relaciones habituales de nuestra vida, aquellos con los familiares más queridos, con los verdaderos amigos; de hecho, aquella con el Señor es la relación que alumbra a todas nuestras otras relaciones. 
·         La liturgia no es, pues, una especie de “auto-manifestación” de una comunidad, sino que es la salida del simple “ser uno mismo”, ser cerrado en sí mismo, y entrar en el gran banquete, entrar en la gran comunidad viviente, en la que Dios mismo nos alimenta.   La liturgia implica universalidad y este carácter universal debe entrar una y otra vez en el conocimiento de todos.

4 de octubre de 2012

Oraciones de la Misa de San Francisco de Asís


ANTÍFONA DE ENTRADA

Francisco, el hombre de Dios, dejó su casa, abandonó su herencia y se hizo pobre y desvalido; pero el Señor se hizo cargo de él.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que otorgaste a san Francisco de Asís la gracia de seguir gozosamente a Cristo en una vida de pobreza y humildad, haz que, a ejemplo suyo, nuestra preocupación esencial en esta tierra sea la de amar y seguir a tu Hijo, Jesucristo, que vive y reina contigo…

3 de octubre de 2012

Hora santa en el mes del Rosario: meditación de Juan Pablo II en Lourdes



Señor Jesús, estás aquí...

Y vosotros, hermanos, hermanas, amigos míos, estáis aquí, conmigo, ante Él.

Señor, hace dos mil años, aceptaste subir a una Cruz de infamia para resucitar después y permanecer siempre con nosotros, tus hermanos, tus hermanas. Y vosotros, hermanos, hermanas, amigos míos, habéis aceptado dejaros atraer por Él.

Lo contemplamos... Lo adoramos... Lo amamos... Buscamos amarlo todavía más...

Contemplamos a Aquel que, durante la cena pascual, ha entregado su Cuerpo y su Sangre a sus discípulos, para estar con ellos “todos los días, hasta el fin del mundo” (Mt 28,20). Adoramos a Aquel que está al inicio y al final de nuestra fe, sin el que no estaríamos aquí esta tarde, sin el que no seríamos nada, sin el que no existiría nada, nada, absolutamente nada.

Aquel, por medio de quien “se hizo todo” (Jn 1,3); por quien hemos sido creados, para la eternidad; el que nos ha dado su propio Cuerpo y su propia Sangre, Él está aquí, esta tarde, ante nosotros, ofreciéndose a nuestras miradas.

Amamos, y buscamos amar todavía más, a Quien está aquí, ante nosotros, abierto a nuestras miradas, tal vez a nuestras preguntas, a nuestro amor.

Sea que caminemos, o estemos clavados en el lecho del dolor —que caminemos con gozo o estemos en el desierto del alma (cf. Num 21,5) —, Señor, acógenos a todos en tu Amor: en el amor infinito, que es eternamente el del Padre al Hijo y del Hijo al Padre, el del Padre y del Hijo al Espíritu, y el del Espíritu al Padre y al Hijo.

La Hostia Santa expuesta ante nuestros ojos proclama este poder infinito del Amor manifestado en la Cruz gloriosa.

La Hostia Santa proclama el increíble anonadamiento de Quien se hizo pobre para darnos su riqueza, de Quien aceptó perder todo para ganarnos para su Padre.

La Hostia Santa es el Sacramento vivo y eficaz de la presencia eterna del Salvador de los hombres en su Iglesia.

Hermanos, hermanas, amigos míos, aceptemos, aceptad, ofreceros a Quien nos lo ha dado todo, que vino no para juzgar al mundo, sino para salvarlo (cf. Jn 3,17), aceptad reconocer en vuestras vidas la presencia activa de Quien está aquí presente, ante nuestras miradas. Aceptad ofrecerle vuestras propias vidas.

María, la Virgen Santa, María, la Inmaculada Concepción, aceptó, hace dos mil años, entregarle todo, ofrecer su cuerpo para acoger el Cuerpo del Creador. Todo ha venido de Cristo, incluso María; todo ha venido por María, incluso Cristo. María, la Santísima Virgen, está con nosotros esta tarde, ante el Cuerpo de su Hijo, ciento cincuenta años después de revelarse a la pequeña Bernadette.

2 de octubre de 2012

Pensamientos de San Juan de Ávila sobre Jesús Eucaristía


La Eucaristía como sacrificio

El único sacrificio de Cristo, que tiene su máxima expresión en la muerte de cruz y en su glorificación, se hace presente en la Eucaristía, para hacer que la vida cristiana sea participación y prolongación de este mismo sacrificio. La separación de las dos especies nos recuerda y significa la muerte del Señor (Serm 46, 715ss). La Eucaristía es, pues, «representación de Jesucristo crucificado» (Serm 47, 153s).
La Eucaristía es «memoria» que actualiza lo que Cristo hizo el Jueves Santo (A Trento II, n.79), «para que la Iglesia tenga sacrifico precioso que ofrecer al Eterno Padre» (ib., n.81, 3153s). «Encerró Dios en este Sacramento santísimo todas sus maravillas pasadas... Pues aquí en el Sacramento hallaréis todo eso que ha ya tantos años que pasó; pues ésa es la virtud que tiene este santísimo Sacramento, como la que tenía el maná que cayó del cielo» (Ser 41, 215ss).
La Eucaristía es «memoria» a modo de «retablo en el que puso (Dios) todas sus maravillas, en que está dibujado su encarnación, su nacimiento y su pasión, y todas las obras pasadas que ha hecho dignas de memoria» (Serm 41, 236ss). Allí se hace presente «lo que Cristo padeció por vosotros. De manera que es el Sacramento retablo de toda la vida pasada de Jesucristo» (ib., 681ss). El cuerpo y la sangre de Cristo, presentes en la Eucaristía, son, pues, «memoria de aquella sagrada Pasión» (Serm 51, 498).

1 de octubre de 2012

Santa Teresa del Niño Jesús y su primera comunión


"Los días de mi primera comunión han quedado grabados en mi corazón como un recuerdo sin nubes. Creo que no podía estar mejor preparada de lo que estuve, y mis sufrimientos del alma desaparecieron durante casi un año. Jesús quería darme a gustar la alegría más plena posible en este valle de lágrimas ...