"Más dichosos que los santos del Antiguo Testamento, no solamente poseemos a Dios por la grandeza de su inmensidad, en virtud de la cual se halla en todas partes, sino que le tenemos con nosotros como estuvo en el seno de María durante nueve meses, como estuvo en la Cruz. Más afortunados aún que los primeros cristianos, quienes hacían cincuenta o sesenta leguas de camino para tener la dicha de verle; nosotros le poseemos en cada parroquia, cada parroquia puede gozar a su gusto de tan dulce compañía. !Oh, pueblo Feliz!"
"!Oh, amor tierno y generoso de un Dios para con tan viles criaturas como nosotros, que tan indignos somos de su predilección!, ¡cuánto respeto deberíamos tener a ese grande Sacramento, en el que un Dios hecho hombre se muestra presente cada día en nuestros altares!"
"La santa Misa alegra toda la corte celestial, alivia a las pobres ánimas del purgatorio, atrae sobre la tierra toda suerte de bendiciones, y da más gloria a Dios que todos los sufrimientos de los mártires juntos, que las penitencias de todos los solitarios, que todas las lágrimas por ellos derramadas desde el principio del mundo y que todo lo que hagan hasta el fin de los siglos."
Cuánta necesidad hay en la Iglesia, de conocer la profunda espiritualidad de hombres de Dios, como el Santo cura de Ars. No solo los sacerdotes y los consagrados deben alimentar su vida espiritual sino todos los católicos de cualquier estado y condición. ¡Qué distinto sería nuestro mundo! Sin duda, mucho mejor que como está.
ResponderEliminarY ¿cómo conocerán lo maravilloso de este Milagro y derroche de Amor si nadie se los da a conocer?
Urge que a los católicos se nos note que Aquél que es la Fuente del Amor, viene a nosotros en la Eucaristía, para HACERSE UNO CON NOSOTROS; para que nosotros lleguemos a SER AQUELLO QUE RECIBIMOS: PAN DE COMUNIÓN PARA EL MUNDO.